Es una enzima formada por un complejo proteína-ácido ribonucleico que presentan todas las células necesaria para su mantenimiento al agregar ADN a los telómeros (los extremos de cada cromosoma).
Con cada división celular, los telómeros pierden una pequeña cantidad de ADN y se acortan. Cuando son muy cortos, pierden su capacidad de dividirse y la “hebra” de ADN comienza a deshacerse: se vuelve inestable, lo que daña la célula. Esto hace que no funcione correctamente, aumentando el riesgo de diversas enfermedades asociadas al envejecimiento.
Pero la telomerasa puede evitar que este proceso ocurra al agregar un poco de ADN a la célula, impidiendo que esta deje de funcionar.
Fue descubierta por Elizabeth Blackburn y Carol Greider en 1985 mientras investigaban el protozoo Tetrahymena.
Como decíamos, la telomerasa replica el ADN en los extremos de los cromosomas eucarióticos, consiguiendo alargar los telómeros y que estos no sean demasiado cortos como para dañar la hebra de ADN.
La telomerasa añade desoxirribonucleótidos a los extremos de los telómeros, pero esta acción está guiada por una secuencia de ribonucleótidos o ARN.
La telomerasa está formada por dos componentes:
- Componente ribonucleotídico: una porción de ARN de la telomerasa (también llamado TR o TER) que se encuentra totalmente integrado en la enzima.
- Componente proteico: es la parte de la enzima que contiene la capacidad transcriptasa inversa, es decir, que convierte el ARN en ADN.
En resumen, la telomerasa evita que los telómeros se acorten rápidamente, por lo que es fundamental mantener su función para retrasar el envejecimiento.
Sin embargo, tampoco es bueno un exceso de telomerasa, ya que hace que las células sean “inmortales”, lo que puede llevar a la aparición de un tumor. De hecho, en las células cancerígenas la telomerasa está más elevada. Lo cual tampoco significa que sea una causa del cáncer. Incluso puede evitar el cáncer si está controlada.
Para ello, para mantener los telómeros y evitar que se acorten demasiado, se pueden seguir una serie de consejos:
- Evitar el tabaco, que acelera el acortamiento de los telómeros.
- Usar ciertos suplementos como el pterostilbeno, que induce la telomerasa o el magnesio.
- Controlar el peso ya que la obesidad tiene un impacto negativo en los telómeros.
- Evitar la contaminación, que también acorta los telómeros.
- Evitar el estrés, también asociado a telómeros más cortos.
- Seguir una dieta saludable rica en fibra y en grasas saludables, reducir las proteínas y las calorías, ingerir más antioxidantes y evitar el déficit de ciertas vitaminas como la vitamina B9, la B12, la B3, la A, la D, la C, la E, el zinc.
- Incluir en nuestra dieta ciertas sustancias antienvejecimiento como los omega 3, los polifenoles, la curcumina, la coenzima Q10.
- Realizar ejercicio físico con regularidad.
- Hacer meditación.
- Tomar suplementos antienvejecimiento.
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