La apoptosis es un tipo de muerte celular en la que una serie de procesos moleculares en la célula conducen a su muerte. Este es un método que el cuerpo usa para deshacerse de células innecesarias o anormales. A la apoptosis también se le conoce como muerte celular programada.
La apoptosis es, por tanto, una vía de destrucción o muerte celular programada o provocada por el mismo organismo con el fin de controlar su desarrollo y crecimiento, que puede ser de naturaleza fisiológica y está desencadenada por señales celulares controladas genéticamente. La apoptosis tiene una función muy importante en los organismos: posibilita la destrucción de las células dañadas evitando la aparición de enfermedades como el cáncer. En algunas ocasiones, la apoptosis se podría confundir con la necrosis, pero hay que tener claro que esta última no es una forma de muerte celular, sino que es un patrón morfológico que ocurre después de la muerte de un tejido en organismos vivos, resultante de un daño agudo a los tejidos.
Para entenderlo mejor, definimos la apoptosis como el proceso de muerte celular programada o “suicidio celular”, un proceso ordenado donde el contenido celular se empaca en pequeños paquetes membranosos para que las células inmunitarias recojan los desperdicios, por decirlo de alguna manera. Esta, a su vez, retira las células durante el desarrollo, elimina las células infectadas de virus y las potencialmente cancerosas manteniendo siempre e el equilibrio en el organismo.
Hay que tener en cuenta que en todos los organismos vivos existe un equilibrio entre el crecimiento y la muerte celular. Este equilibrio asegura el correcto desarrollo de nuestras células, permitiendo que lleven a cabo sus funciones y evita la acumulación de células “anormales”, es decir, con errores; células dañadas y envejecidas.
Como ya veíamos, es un proceso que se produce de manera ordenada y controlada, que empieza con la ruptura del ADN del núcleo y sigue con la formación de pequeñas vesículas a partir de la membrana celular. Estas vesículas, denominadas “cuerpos apoptóticos” contienen los elementos del interior de la célula. Y, finalmente, se produce la fagocitosis de estas vesículas por medio de células especializadas en esta función.
Por último, cabe destacar que, al tratarse la apoptosis de un proceso tan importante en la regulación del organismo, cualquier alteración en este mecanismo de muerte celular puede dar lugar a enfermedades importantes. Entre ellas:
- la formación de tumores, como consecuencia de un desarrollo incontrolado de células.
- las enfermedades autoinmunes, por la acumulación de células “anormales” y “autorreactivas”.
- la persistencia de las infecciones víricas también puede estar relacionada con una disminución de la apoptosis.
- otras patologías, como el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que se relacionan asimismo con un exceso de muerte celular programada.