Hipotiroidismo
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¿Qué es?
El hipotiroidismo es un trastorno en el que la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, lo que ralentiza el metabolismo y puede afectar diversas funciones del cuerpo.
Síntomas
- Fatiga y debilidad
- Aumento de peso sin causa aparente
- Piel seca y cabello quebradizo
- Intolerancia al frío
- Depresión o cambios en el estado de ánimo
- Ritmo cardíaco más lento
- Estreñimiento
Causas
Tiroiditis de Hashimoto: es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca la glándula tiroides, causando inflamación y disminución de su función. Es la causa más común de hipotiroidismo en países desarrollados.
Deficiencia de yodo: el yodo es esencial para la producción de hormonas tiroideas. Su deficiencia puede provocar hipotiroidismo, especialmente en regiones donde la dieta es pobre en este mineral.
Cirugía de tiroides: la extirpación total o parcial de la glándula tiroides por cáncer, nódulos tiroideos u otras enfermedades puede reducir la producción hormonal y causar hipotiroidismo.
Tratamiento con yodo radiactivo: se utiliza en casos de hipertiroidismo o cáncer de tiroides, pero puede dañar la glándula y provocar hipotiroidismo permanente.
Trastornos congénitos: algunas personas nacen con una glándula tiroides poco desarrollada o con una anomalía en la producción de hormonas tiroideas, lo que se conoce como hipotiroidismo congénito.
Enfermedades hipofisarias o hipotalámicas: la tiroides está regulada por la hipófisis y el hipotálamo. Si estas glándulas no funcionan correctamente debido a tumores, traumatismos o enfermedades, la producción de hormonas tiroideas puede disminuir.
Efectos secundarios de ciertos medicamentos: algunos fármacos, como el litio (usado para trastornos psiquiátricos) o la amiodarona (para tratar arritmias cardíacas), pueden afectar la función tiroidea y causar hipotiroidismo.
Tiroiditis posparto: algunas mujeres pueden desarrollar inflamación de la tiroides después del embarazo, lo que puede derivar en hipotiroidismo transitorio o permanente.
Factores de riesgo
Existen varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar hipotiroidismo. Algunos de los más importantes incluyen:
- Sexo y edad: las mujeres tienen un mayor riesgo de padecer hipotiroidismo, especialmente después de los 60 años. Antecedentes familiares: tener familiares con enfermedades tiroideas o trastornos autoinmunes, como la tiroiditis de Hashimoto, aumenta el riesgo de desarrollar hipotiroidismo.
- Enfermedades autoinmunes: personas con enfermedades autoinmunes, como diabetes tipo 1, artritis reumatoide o lupus, tienen más probabilidades de desarrollar hipotiroidismo.
- Cirugía o tratamiento de la tiroides: haber sido sometido a una cirugía para extirpar la tiroides o haber recibido tratamiento con yodo radiactivo para el hipertiroidismo puede llevar al desarrollo de hipotiroidismo.
- Deficiencia de yodo: una dieta baja en yodo puede afectar la producción de hormonas tiroideas, aunque en muchos países el uso de sal yodada ha reducido este riesgo.
- Embarazo y posparto: algunas mujeres pueden desarrollar disfunción tiroidea durante el embarazo o después del parto, lo que puede derivar en hipotiroidismo posparto.
- Consumo de ciertos medicamentos: medicamentos como el litio (utilizado para trastornos psiquiátricos), la amiodarona (para arritmias cardíacas) y algunos tratamientos para el cáncer pueden afectar la función de la tiroides.
- Exposición a radiación: personas que han recibido radioterapia en la cabeza, el cuello o el pecho, o que han estado expuestas a radiación ambiental, tienen mayor riesgo de desarrollar hipotiroidismo.
- Trastornos hipofisarios o hipotalámicos: enfermedades que afectan la hipófisis o el hipotálamo pueden alterar la producción de TSH, la hormona que regula la función tiroidea, provocando hipotiroidismo secundario.
Complicaciones
El hipotiroidismo no tratado o mal controlado puede llevar a diversas complicaciones que afectan la salud en distintos niveles. Algunas de las principales complicaciones incluyen:
1. Problemas cardiovasculares
Aumento del colesterol LDL ("colesterol malo"), lo que incrementa el riesgo de arteriosclerosis.
Mayor probabilidad de desarrollar hipertensión arterial.
Mayor riesgo de enfermedad cardíaca y accidentes cerebrovasculares.
2. Mixedema
Es una forma grave y poco común de hipotiroidismo no tratado. Puede causar somnolencia extrema, hipotermia, disminución del ritmo cardíaco y hasta coma. Requiere atención médica urgente, ya que puede ser mortal.
3. Problemas neurológicos
Sensación de hormigueo o entumecimiento en extremidades debido a daño en los nervios periféricos.
Dificultades cognitivas, como problemas de concentración y pérdida de memoria.
4. Infertilidad y complicaciones en el embarazo
Dificultad para concebir debido a alteraciones hormonales.
Mayor riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro y preeclampsia.
Posibilidad de afectar el desarrollo cerebral del feto si el hipotiroidismo no se trata adecuadamente.
5. Problemas metabólicos
Aumento de peso debido a un metabolismo más lento.
Mayor tendencia a la retención de líquidos.
Intolerancia al frío y fatiga constante.
6. Depresión y trastornos del estado de ánimo
El hipotiroidismo puede contribuir a la depresión, ansiedad e irritabilidad. En casos graves, puede llevar a trastornos psiquiátricos más severos.
7. Bocio
Aumento del tamaño de la glándula tiroides como respuesta al déficit hormonal. Puede causar dificultad para tragar o respirar si el bocio es muy grande.
Prevención
El hipotiroidismo no siempre se puede prevenir, ya que en muchos casos está relacionado con factores genéticos o enfermedades autoinmunes como la tiroiditis de Hashimoto. Sin embargo, hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta afección o a detectarla tempranamente para evitar complicaciones.
- Consumir suficiente yodo en la dieta: el yodo es esencial para la producción de hormonas tiroideas. Fuentes de yodo: sal yodada, pescados, mariscos, lácteos y huevos. En países donde la deficiencia de yodo es común, se recomienda la suplementación bajo supervisión médica.
- Evitar el exceso de ciertos alimentos bociógenos: algunos alimentos, como la soja, el brócoli, la col, la coliflor y el mijo, pueden interferir con la absorción del yodo si se consumen en grandes cantidades. No es necesario eliminarlos de la dieta, pero se recomienda moderación y variar los alimentos.
- Mantener un estilo de vida saludable: una alimentación equilibrada y rica en nutrientes esenciales (selenio, zinc, hierro y omega-3) puede favorecer la salud tiroidea. Realizar ejercicio regularmente y manejar el estrés ayuda a mantener el equilibrio hormonal.
- Evitar la exposición innecesaria a radiación: la radioterapia en la cabeza, el cuello o el pecho puede afectar la tiroides. También se recomienda limitar la exposición a contaminantes ambientales que puedan afectar la función tiroidea.
- Controlar los factores de riesgo y antecedentes familiares: si hay antecedentes familiares de enfermedades tiroideas, es importante realizar controles médicos regulares. Las mujeres mayores de 60 años y aquellas que han pasado por el embarazo deben estar especialmente atentas a los síntomas.
- Consultar al médico ante síntomas sospechosos: la detección temprana del hipotiroidismo permite un tratamiento adecuado y evita complicaciones. Se recomienda realizar análisis de sangre para medir la TSH y hormonas tiroideas en caso de presentar fatiga persistente, aumento de peso sin explicación, piel seca o cambios en el estado de ánimo.
Diagnóstico
El diagnóstico del hipotiroidismo se basa en una combinación de síntomas, examen físico y pruebas de laboratorio:
Historia clínica y síntomas: fatiga, aumento de peso, piel seca, intolerancia al frío, estreñimiento, depresión, caída del cabello, hinchazón, entre otros.
Exploración física: se evalúa el tamaño de la tiroides, la frecuencia cardíaca y otros signos de disfunción tiroidea.
Pruebas de laboratorio:
TSH (hormona estimulante de la tiroides): Nivel elevado indica hipotiroidismo primario.
T4 libre (tiroxina): Nivel bajo confirma el diagnóstico.
Anticuerpos antitiroideos: Pueden detectar tiroiditis de Hashimoto, causa común del hipotiroidismo autoinmune.
Tratamiento
El tratamiento estándar es la levotiroxina sódica (T4 sintética), que reemplaza la hormona tiroidea deficiente.
La dosis se ajusta según la edad, peso, severidad del hipotiroidismo y otros problemas de salud.
Se inicia con dosis bajas en adultos mayores o personas con enfermedades cardíacas.
Se revisan niveles de TSH y T4 libre cada 6-8 semanas hasta encontrar la dosis óptima.
Una vez estabilizado, los controles pueden ser anuales.
Tomar la medicación en ayunas, al menos 30-60 minutos antes del desayuno.
Evitar interferencias con calcio, hierro y algunos medicamentos que afectan la absorción.
El hipotiroidismo es una enfermedad crónica, pero con el tratamiento adecuado, los pacientes pueden llevar una vida normal.
Fuentes