Degeneración macular relacionada con la edad
Términos relacionados
Ceguera, pérdida de visión, envejecimiento
¿Qué es?
La degeneración macular relacionada con la edad (AMD por sus siglas en inglés), es una enfermedad de la vista asociada al envejecimiento que se produce cuando se daña la mácula, la parte de la retina que controla la visión frontal, lo que puede provocar que una visión central nubosa.
Es una enfermedad muy habitual en las personas mayores, la principal causa de pérdida de visión al llegar a la vejez. No implica ceguera total, pero sí la incapacidad de hacer ciertas cosas como leer, coser, conducir, etc.
Hay 2 tipos de AMD:
- AMD seca (conocida también como AMD atrófica): causada porque la mácula se vuelve más fina. Este tipo suele progresar lentamente desde una etapa temprana a la más avanzada. No hay tratamiento para la AMD seca avanzada.
- AMD húmeda (conocida también como AMD neovascular avanzada): menos frecuente que la anterior, causa una pérdida de visión más rápida y siempre supone una etapa avanzada. La causa es el crecimiento de vasos sanguíneos anormales en la parte de atrás del ojo que dañan la mácula. Sin embargo, sí tiene tratamiento.
Síntomas
- Visión borrosa o distorsión en el centro del campo visual.
- Pérdida gradual de la capacidad de ver detalles finos, caras o colores.
- Un área oscura o vacía en el centro de la visión.
- Necesidad de una luz más brillante para leer o realizar tareas.
- Dificultad para reconocer caras o realizar actividades diarias.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden desarrollarse lentamente y pasar desapercibidos en las primeras etapas. Los exámenes oculares regulares pueden ayudar a detectar la afección de manera temprana y prevenir la pérdida de la visión.
Causas
La causa exacta de la degeneración macular relacionada con la edad no se comprende completamente, pero se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales juegan un papel importante en su desarrollo como la edad, la genética, ciertos factores de riesgo, etc.
Factores de riesgo
- Edad: el riesgo de desarrollar AMD aumenta a medida que envejece, especialmente después de los 60 años.
- Genética: se sabe que ciertas variaciones genéticas aumentan el riesgo de AMD.
- Fumar: fumar es un factor de riesgo importante para desarrollar AMD y se ha relacionado con una mayor tasa de progresión de la enfermedad.
- Mala alimentación: una dieta alta en alimentos procesados y baja en frutas y verduras se ha asociado con un mayor riesgo de AMD.
- Exposición a la luz: la exposición prolongada a la luz ultravioleta (UV) del sol u otras fuentes puede aumentar el riesgo de desarrollar AMD.
- Presión arterial alta: las personas con presión arterial alta o enfermedad cardiovascular pueden tener un mayor riesgo de desarrollar AMD.
- Obesidad: tener sobrepeso u obesidad se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar AMD.
- Inflamación crónica: la inflamación crónica en el cuerpo, que puede ser exacerbada por condiciones como la artritis reumatoide, puede contribuir al desarrollo de DMAE.
- Género: las mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollar DMAE en comparación con los hombres.
- Raza: la DMAE es más común en personas de ascendencia caucásica.
- Consumo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol se ha asociado con un mayor riesgo de DMAE.
Complicaciones
Algunas de las complicaciones más comunes asociadas con AMD incluyen:
- Pérdida de la visión: la DMAE puede causar una pérdida progresiva de la visión central, lo que dificulta ver detalles finos, reconocer rostros o realizar actividades diarias.
- Ceguera: en casos severos, puede conducir a la ceguera total en uno o ambos ojos.
- Dificultad para conducir: las personas con AMD pueden tener dificultad para ver las señales de tráfico u obstáculos mientras conducen, lo que hace que sea peligroso conducir.
- Dificultad con las actividades diarias: las personas con AMD pueden tener problemas para leer, escribir o realizar otras tareas que requieren una visión central clara.
- Angustia psicológica: la pérdida de la visión y la ceguera pueden provocar ansiedad, depresión y disminución de la calidad de vida.
- Mayor riesgo de caídas: las personas con esta enfermedad pueden tener dificultades para caminar, lo que puede aumentar el riesgo de caídas y otros accidentes.
- Mayor dependencia de los demás: se pueden volver más dependientes de familiares, amigos o cuidadores para realizar las actividades diarias.
Prevención
- No fumar. El tabaquismo es un factor de riesgo importante para la DMAE. Dejar de fumar puede reducir significativamente el riesgo y mejorar la salud ocular en general.
- Hacer ejercicio con regularidad. La actividad física regular se ha asociado con beneficios para la salud ocular.
- Evitar el sobrepeso y la obesidad.
- Mantener unos niveles de presión arterial y colesterol sanos. Mantén la presión arterial bajo control, ya que la hipertensión arterial puede aumentar el riesgo de DMAE.
- Seguir una dieta sana rica en alimentos buenos para los ojos como las verduras de hoja verde o el pescado rico en ácidos grasos omega-3, nueces, semillas y otros alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas A, C y E.
- Algunos estudios sugieren que ciertos suplementos pueden ayudar a reducir el riesgo de DMAE en personas con factores de riesgo.
- Programa exámenes oculares regulares con un oftalmólogo. La detección temprana de la DMAE es clave para un tratamiento efectivo y para preservar la visión.
- Si tienes enfermedades crónicas como la diabetes, es importante controlarlas adecuadamente, ya que pueden afectar la salud ocular.
- Limita el consumo de alcohol, ya que el consumo excesivo se ha asociado con un mayor riesgo de DMAE.
- La gestión del estrés puede contribuir a la salud ocular. Practicar técnicas de relajación y manejo del estrés puede ser beneficioso.
Diagnóstico
La prueba habitual para diagnosticar esta enfermedad es la dilatación de las pupilas mediante unas gotas que ensanchan la pupila y permite observar detenidamente el ojo.
También se puede realizar una tomografía de coherencia óptica que toma imágenes del fondo de ojo.
Tratamiento
El tratamiento de la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) puede variar según el tipo y la etapa de la enfermedad. Es importante señalar que, mientras que algunos tratamientos pueden ayudar a estabilizar o mejorar la visión en ciertos casos, la DMAE en su forma avanzada (llamada DMAE húmeda o neovascular) a menudo resulta en una pérdida irreversible de la visión central.
En el caso de la DMAE húmeda, se ha utilizado terapia anti-VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular) para frenar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos anormales en la retina. Los medicamentos anti-VEGF se administran mediante inyecciones en el ojo y pueden ayudar a prevenir la pérdida adicional de la visión.
La terapia fotodinámica es otro enfoque para tratar la DMAE húmeda. Implica la administración de un medicamento fotosensibilizador seguido de la exposición a la luz láser, lo que ayuda a destruir los vasos sanguíneos anormales en la retina.
Algunos dispositivos, como los implantes de medicamentos de liberación prolongada, han sido desarrollados para administrar medicamentos en el ojo de manera constante durante un período prolongado.
Se están investigando enfoques con luz, como la terapia con luz de baja intensidad, como posibles tratamientos complementarios.
Para personas con DMAE avanzada, la rehabilitación visual puede ser una opción. Esto implica aprender estrategias y técnicas para utilizar la visión periférica y maximizar la funcionalidad visual restante.
Es fundamental destacar que la eficacia del tratamiento puede variar según el individuo y la etapa de la enfermedad. Además, algunos tipos de DMAE (DMAE seca o atrófica) no tienen actualmente opciones de tratamiento específicas para revertir la pérdida de visión. Sin embargo, se están realizando investigaciones continuas para desarrollar nuevos enfoques terapéuticos.
Fuentes
Roh M, Kim IK. Age-related macular degeneration. In: Yanoff M, Duker JS, eds. Ophthalmology. 5th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2019:chap 6.29.
Wenick AS, Bressler NM, Bressler SB. Age-related macular degeneration: non-neovascular early AMD, intermediate AMD, and geographic atrophy. In: Schachat AP, Sadda SR, Hinton DR, Wilkinson CP, Wiedemann P, eds. Ryan's Retina. 6th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2018:chap 68.