Osteoporosis
Términos relacionados
Masa ósea, hueso, osteopenia
¿Qué es?
La osteoporosis es una enfermedad de los huesos que implica la pérdida de masa ósea, lo que hace que el hueso se vuelva más poroso y proclive a roturas.
El hueso es un tejido vivo en constante renovación. Así, cuenta con células encargadas de destruir el hueso envejecido (osteoclastos) y otras encargadas de formarlo (osteoblastos), para que se vaya renovando. Pero si el equilibrio entre ambas células se rompe, bien porque disminuya la formación de hueso nuevo o la destrucción del viejo, aparece la osteoporosis.
Como resultado, aumentan las celdillas del interior del hueso y se vuelve más poroso, lo que hace que sea más delgado y frágil, pudiendo romperse con cualquier golpe. Las fracturas más frecuentes son las vertebrales, las de cadera y las de la muñeca.
Síntomas
La osteoporosis no causa síntomas ni molestias, aunque puede sospecharse si las fracturas óseas se vuelven muy frecuentes.
Además, si se producen microfracturas pueden doler mucho los huesos, algo más habitual en los huesos de la columna vertebral.
También pueden aparecer aplastamientos vertabrales.
Causas
La osteoporosis primaria, la que no está causada por otras enfermedades, puede ser de tres tipos:
- osteoporosis idiopática juvenil o del adulto, sin causa conocida.
- osteoporosis tipo I o postmenopáusica, provocada por el déficit de estrógenos que se produce con la llegada de la menopausia. Los estrógenos protegen la renovación ósea, por lo que al disminuir, se produce un desequilibrio, apareciendo la pérdida de masa ósea.
- osteoporosis tipo II o senil, producida por el envejecimiento que causa un desequilibrio en la renovación ósea. Una persona alcanza a los 30-35 años una cantidad máxima de masa ósea (“pico de masa ósea”) y, desde ese momento, comienza a disminuir.
Mientras que la osteoporosis secundaria puede estar causada por diversas enfermedades como trastornos endocrinológicos, enfermedades reumáticas, enfermedades hematológicas o la ingesta de algunos fármacos.
Factores de riesgo
El sedentarismo, el alcohol o el tabaco aceleran este problema, así como la edad y el sexo, ya que es más frecuente en mujeres. También la desnutrición o la mala alimentación.
- Edad avanzada: el riesgo de osteoporosis aumenta con la edad, especialmente después de la menopausia en las mujeres. La pérdida de hormonas sexuales (estrógeno en mujeres, testosterona en hombres) durante el envejecimiento contribuye a la pérdida de densidad ósea.
- Género: las mujeres tienen un mayor riesgo de osteoporosis en comparación con los hombres. Esto se debe en parte a la disminución de los niveles de estrógeno durante la menopausia, ya que esta hormona juega un papel crucial en la salud ósea.
- Historia familiar: si hay antecedentes familiares de osteoporosis o fracturas óseas, es posible que haya una predisposición genética a desarrollar la enfermedad.
- Menopausia temprana o insuficiencia ovárica: la menopausia antes de los 45 años puede aumentar el riesgo de osteoporosis debido a la disminución de los niveles de estrógeno.
- Bajo índice de masa corporal (IMC): las personas con un IMC bajo (por debajo de 18.5) pueden tener un mayor riesgo de osteoporosis, ya que la masa corporal está relacionada con la salud ósea.
- Historial de fracturas: si has experimentado fracturas previas, especialmente aquellas relacionadas con una baja energía, como caídas desde una altura baja, tu riesgo de osteoporosis puede aumentar.
- Falta de actividad física: la inactividad física o la falta de ejercicio pueden contribuir a la pérdida de masa ósea y aumentar el riesgo de osteoporosis.
- Consumo insuficiente de calcio y vitamina D: una dieta pobre en calcio y vitamina D puede afectar negativamente la salud ósea, ya que estos nutrientes son esenciales para el desarrollo y mantenimiento de huesos fuertes.
- Tabaquismo: el tabaquismo puede afectar negativamente la salud ósea, reduciendo la densidad mineral ósea y aumentando el riesgo de fracturas.
- Consumo excesivo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol puede interferir con la absorción de calcio y vitamina D, lo que afecta la salud ósea.
- Uso prolongado de ciertos medicamentos: algunos medicamentos, como los glucocorticoides utilizados para tratar enfermedades inflamatorias crónicas, pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.
Complicaciones
La complicación más grande es el riesgo de fractura que puede llevar a operaciones y pérdida de movilidad.
- Fracturas por fragilidad: la complicación más común de la osteoporosis son las fracturas por fragilidad, que son fracturas que ocurren con lesiones mínimas o incluso sin lesiones aparentes. Las fracturas más comunes ocurren en la cadera, la columna vertebral y la muñeca.
- Dolor y deformidad vertebral: la osteoporosis puede provocar la compresión de las vértebras en la columna vertebral, lo que resulta en dolor y en algunos casos en deformidades, como la cifosis (curvatura exagerada de la columna vertebral, a menudo conocida como "joroba de viuda").
- Pérdida de estatura: las fracturas y la deformidad vertebral pueden llevar a la pérdida de altura en las personas con osteoporosis, ya que la columna vertebral se encoge debido a la compresión de las vértebras.
- Limitaciones en la movilidad: las fracturas, especialmente las de cadera, pueden tener un impacto significativo en la movilidad y la capacidad de realizar actividades diarias normales.
- Complicaciones asociadas con la cirugía: la necesidad de cirugía para tratar fracturas o deformidades relacionadas con la osteoporosis puede llevar a complicaciones quirúrgicas, como infecciones o problemas de cicatrización.
- Reducción de la calidad de vida: el dolor crónico, las limitaciones en la movilidad y otras complicaciones de la osteoporosis pueden tener un impacto negativo en la calidad de vida general de una persona.
- Riesgo de fractura aumentado: después de la primera fractura por fragilidad, el riesgo de sufrir fracturas adicionales aumenta significativamente.
- Hospitalizaciones: las fracturas relacionadas con la osteoporosis pueden requerir hospitalización y tratamiento médico, lo que puede afectar la calidad de vida y generar costos significativos en el sistema de salud.
Prevención
Para evitar la aparición de la osteoporosis o detenerla es necesario seguir una serie de medidas como hacer ejercicio físico con regularidad, especialmente entrenamientos de fuerza, evitar el tabaco y el alcohol y llevar una dieta rica en calcio y vitamina D y baja en proteínas.
Los lácteos, los frutos secos, las legumbres, los pescados azules, los vegetales y las semillas aportan calcio. Mientras que la vitamina D se obtiene sobre todo de la exposición al sol.
En cuanto al ejercicio, se recomienda ejercicio aeróbicos como caminar, bailar o jugar al tenis; entrenamientos con pesas o bandas elásticas; y ejercicios de equilibrio como taichí y yoga.
Diagnóstico
El diagnóstico se puede confirmar mediante radiografías que muestren el daño en el hueso y una densitometría que mide la densidad ósea de los huesos. La densitometría ósea permite diagnosticar si hay o no osteoporosis u osteopenia y cómo avanza esta.
Tratamiento
Si la dieta no es suficiente, se deben administrar suplementos de calcio y vitamina D, que facilita la absorción y aprovechamiento del calcio.
La terapia hormonal con estrógenos puede ser útil en el caso de la osteoporosis tipo I. Desde hace poco se usa también un análogo de la hormona paratiroidea para estimular la formación de hueso.
También existen fármacos como los bifosfonatos, denosumab, moduladores selectivos de receptores de estrógenos y estrógenos. El tratamiento osteoformador estimula la formación de nuevo hueso y dentro de este grupo se incluye la teriparatida. Por último, el ranelato de estroncio tiene un mecanismo de acción mixto (antiresortivo y osteoformador).
Fuentes
De Paula FJA, Black DM, Rosen CJ. Osteoporosis: basic and clinical aspects. In: Melmed S, Auchus RJ, Goldfine AB, Loenig RJ, et al, eds. Williams Textbook of Endocrinology. 14th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 30.
Eastell R, Rosen CJ, Black DM, et al. Pharmacological management of osteoporosis in postmenopausal women: an Endocrine Society* clinical practice guideline. J Clin Endocrinol Metab. 2019;104(5):1595-1622. PMID: 30907593 pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30907953/.