Infarto de miocardio
Términos relacionados
Ataque cardiaco, ataque al corazón, infarto de corazón
¿Qué es?
Un infarto es la necrosis o muerte de las células del corazón debido a la falta de riego sanguíneo de la arteria que llega hasta el órgano. Al estrecharse las arterias, el oxígeno no llega al miocardio (tejido muscular del corazón), por lo que este no puede bombear la sangre y el tejido se necrosa (se muere), provocando el infarto.
La obstrucción arterial puede deberse a la formación de un coágulo sanguíneo (trombo) en una arteria ya estrechada por la acumulación de placas de colesterol y otros materiales. Cuando el flujo sanguíneo se ve significativamente reducido o bloqueado, las células del músculo cardíaco comienzan a sufrir daño debido a la falta de oxígeno y nutrientes.
Síntomas
- Dolor en el pecho que no varía con los movimientos o la respiración, bastante intenso y que se irradia hacia la mandíbula, el cuello, la espalda, el abdomen y el brazo izquierdo. Dura más de 20 minutos.
- Se siente como una presión que aplasta el pecho, como algo pesado colocado encima.
- Problemas para respirar.
- Ganas de vomitar.
- Pérdida del conocimiento.
- Ansiedad.
- Tos.
- Mareo o vértigo.
- Palpitaciones.
- Sudoración abundante.
- Cansancio inexplicable.
Causas
Las causas más comunes son un coágulo de sangre y la aterosclerosis (acumulación de grasa en las paredes de las arterias, estrechándolas).
Otras posibles causas son una contracción que estrecha una arteria coronaria e impide el paso de la sangre al corazón o enfermedades crónicas de corazón, como las arritmias y la insuficiencia cardíaca.
El ataque cardiaco puede ocurrir durmiendo, después de hacer mucha actividad física, si hace frío o tras un episodio de estrés emocional o físico súbito e intenso.
Algunas de las principales causas y factores de riesgo asociados con el infarto incluyen:
- Aterosclerosis: la acumulación de placas de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias. Con el tiempo, estas placas pueden estrechar las arterias coronarias, reduciendo el flujo sanguíneo y aumentando el riesgo de formación de coágulos.
- Trombosis: la formación de un coágulo sanguíneo (trombo) sobre una placa de ateroma puede bloquear completamente una arteria coronaria y causar un infarto.
- Embolia: un coágulo sanguíneo o una placa de ateroma pueden desprenderse de una arteria en otro lugar del cuerpo y viajar a través del torrente sanguíneo hasta el corazón, obstruyendo una arteria coronaria y causando un infarto.
- Espasmo coronario: en algunos casos, los vasos sanguíneos del corazón pueden experimentar un espasmo repentino, lo que puede reducir temporalmente el flujo sanguíneo y causar un infarto.
- Edad y género: el riesgo de infarto aumenta con la edad, y los hombres tienen un mayor riesgo que las mujeres, aunque las mujeres también pueden experimentar infartos.
- Historial médico: antecedentes de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular u otras afecciones cardiovasculares aumentan el riesgo de infarto.
Factores de riesgo
Complicaciones
Después de un ataque cardíaco, es más probable volver a sufrir otro. El pronóstico y las expectativas dependen del daño causado al miocardio y las válvulas cardiacas, dónde se localiza ese daño, los cuidados médicos, el tiempo de respuesta y atención, etc.
La mayoría de las personas pueden retornar gradualmente a sus actividades normales después de un ataque cardíaco, pero a veces puede causar la muerte si el corazón no se recupera, el daño es muy grave o se sufren varios infartos seguidos.
- Insuficiencia cardíaca: un infarto puede debilitar el músculo cardíaco, afectando su capacidad para bombear sangre eficientemente. Esto puede llevar a la insuficiencia cardíaca, donde el corazón no puede satisfacer las demandas del cuerpo.
- Arritmias: las arritmias cardíacas, como la fibrilación auricular, pueden desarrollarse como resultado de un infarto. Las alteraciones en la conducción eléctrica del corazón pueden causar ritmos cardíacos irregulares y potencialmente peligrosos.
- Ruptura del músculo cardíaco: en casos graves, el músculo cardíaco puede debilitarse tanto que puede haber ruptura del tejido, lo que puede ser una complicación potencialmente mortal.
- Trombos y embolias: la formación de coágulos sanguíneos en el corazón, especialmente en la zona afectada por el infarto, aumenta el riesgo de trombos. Estos coágulos pueden desprenderse y viajar a otras partes del cuerpo, causando embolias.
- Disección ventricular: en casos raros, puede ocurrir una separación entre las capas del músculo cardíaco, conocida como disección ventricular, como resultado del infarto.
- Pericarditis: la inflamación del saco que rodea el corazón (pericardio) puede ocurrir después de un infarto y se conoce como pericarditis. Esto puede causar dolor en el pecho y otros síntomas.
- Angina postinfarto: aunque no es una complicación aguda del infarto, algunas personas pueden experimentar episodios recurrentes de dolor en el pecho conocido como angina postinfarto.
- Insuficiencia renal: la disminución del flujo sanguíneo al riñón como resultado del infarto puede afectar la función renal y llevar a la insuficiencia renal.
- Complicaciones respiratorias: en algunos casos, puede ocurrir dificultad respiratoria, especialmente si el infarto afecta la función del ventrículo izquierdo y provoca acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar).
Prevención
Los infartos de miocardio son una de las enfermedades más fáciles de prevenir ya que, en la mayoría de los casos, está causado por un estilo de vida nada saludable. Por eso, para evitar un ataque al corazón debes:
- Evitar el sobrepeso y la obesidad.
- Controlar la tensión arterial.
- Evitar el colesterol y los triglicéridos altos.
- Seguir una dieta cardiosaludable rica en frutas, verduras, pescados… y nada de grasas saturadas.
- Evitar el tabaco y el alcohol.
- Realizar ejercicio físico de manera regular.
Diagnóstico
Normalmente basta con los síntomas y una exploración médica auscultando el pecho para comprobar que la persona está sufriendo un infarto, pero pueden ser necesarias algunas pruebas como un electrocardiograma, un examen de sangre, una angiografía coronaria, una ecocardiografía, una prueba de esfuerzo, una tomografía computarizada del corazón o una resonancia magnética del corazón.
Tratamiento
Un infarto de miocardio es una enfermedad muy seria que debe ser atendida cuanto antes para evitar daños graves al corazón (cuanto más tejido se necrose, peor) e incluso la muerte. Por eso, si estás sufriendo un infarto o alguien de tu entorno hay que llamar al 112 y acudir de inmediato a urgencias.
Una vez allí se procederá a administrar nitroglicerina y morfina para reducir el dolor, colocar oxígeno al paciente, administrar ácido acetilsalicílico para prevenir los coágulos de sangre y, en caso necesario, medicamentos o electrochoques para evitar las arritmias.
Una vez estabilizado el paciente se le puede realizar una angioplastia para abrir los vasos sanguíneos estrechados. Esta intervención debe hacerse en los primeros 90 minutos tras llegar al hospital y nunca más tarde de las 12 horas posteriores al infarto.
Además, se puede colocar un stent, una especie de tubo de malla metálica que se coloca en la arteria estrechada para evitar que vuelva a estrecharse.
A veces hace falta una cirugía de revascularización coronaria (también conocida cirugía a corazón abierto) para abrir los vasos sanguíneos estrechos o bloqueados.
Otra opción es realizar un bypass coronario, que consiste en implantar un puente para que la sangre pueda esquivar el bloqueo provocado por la obstrucción uniendo una vena de la pierna (vena safena) o una arteria del antebrazo (arteria radial) y la arteria coronaria.
Después de varios días, una vez recuperado, se le dará el alta, pero deberá tomar medicación de por vida para evitar un nuevo infarto, así como cambiar el estilo de vida y cuidarse mucho.
Fuentes
- Amsterdam EA, Wenger NK, Brindis RG, et al. 2014 AHA/ACC guideline for the management of patients with non-ST-elevation acute coronary syndromes: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol. 2014;64(24):e139-e228. PMID: 25260718 pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25260718/.