Parasitosis
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¿Qué es?
Parásitosis es cualquier enfermedad o condición causada por parásitos que infectan o infestan a un organismo. Los parásitos son organismos que viven dentro o sobre otro organismo (el huésped) y obtienen nutrientes a expensas de este.
Síntomas
Los síntomas de la parasitosis pueden variar ampliamente según el tipo de parásito, la localización de la infección y la respuesta inmune del huésped.
Síntomas generales de parasitosis:
Dolor abdominal o cólicos
Diarrea o estreñimiento
Náuseas y vómitos
Fatiga y debilidad general
Pérdida de peso sin causa aparente
Fiebre intermitente
Anemia (sobre todo en helmintiasis)
Picazón anal o perianal (frecuente en oxiuros)
Alteraciones del apetito (aumento o disminución)
Hinchazón abdominal y gases
Reacciones alérgicas cutáneas (sarpullido, picazón)
Causas
Consumo de agua o alimentos contaminados.
Picaduras de insectos.
Contacto directo con personas o animales infectados.
Contacto con suelos contaminados.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo de parasitosis son las condiciones o comportamientos que aumentan la probabilidad de adquirir infecciones parasitarias.
Estos factores varían según el tipo de parásito y la región geográfica, pero muchos están relacionados con condiciones de higiene, saneamiento y exposición ambiental.
Beber o usar agua no tratada (ríos, lagos, pozos contaminados).
Falta de baños adecuados o eliminación inadecuada de excretas humanas/animales.
Casas sin protección contra insectos vectores o animales.
Vivir o viajar a zonas tropicales o rurales donde hay alta prevalencia de parásitos.
Aumento de temperaturas y lluvias que favorecen la proliferación de vectores como mosquitos y caracoles.
Lavado insuficiente de manos, frutas y verduras.
Carnes (cerdo, pescado, res) y vegetales contaminados.
Agricultores, mineros, veterinarios, pescadores, personal sanitario en áreas endémicas.
Contacto con suelos contaminados por larvas (ej. uncinarias).
VIH/SIDA, pacientes oncológicos, personas bajo inmunosupresión.
Complicaciones
Las complicaciones de la parasitosis pueden variar dependiendo del tipo de parásito, la duración de la infección, el órgano afectado y la respuesta inmune del huésped. Algunas parasitosis son leves y autolimitadas, pero otras pueden generar complicaciones graves e incluso potencialmente mortales si no son diagnosticadas y tratadas a tiempo.
- Ascaris lumbricoides, Giardia lamblia, Taenia spp.: Malnutrición, obstrucción intestinal, retraso en el crecimiento infantil, deshidratación severa, síndrome de mala absorción.
- Sarna, piojos, garrapatas: Infecciones bacterianas secundarias por rascado, dermatitis crónica, anemias (por garrapatas).
- Plasmodium spp. (malaria), Trypanosoma cruzi, Leishmania spp.: Falla multiorgánica, anemia grave, daño cardíaco (Chagas), insuficiencia renal, hepatoesplenomegalia.
- Toxoplasma gondii, Trichinella spiralis, Taenia solium (neurocisticercosis): Convulsiones, encefalitis, ceguera, miocarditis, meningitis, insuficiencia respiratoria.
Otras complicaciones:
- Obstrucción, perforación, sangrado, síndrome de mala absorción.
- Convulsiones, hidrocefalia, meningitis, daño cerebral irreversible.
- Abscesos hepáticos (Entamoeba histolytica), hepatomegalia.
- Miocarditis, insuficiencia cardíaca (ej. enfermedad de Chagas).
- Ulceraciones crónicas, infecciones bacterianas secundarias.
- Anemia grave, trombocitopenia (baja de plaquetas), septicemia en casos severos.
En niños y poblaciones vulnerables:
• Retraso en el crecimiento y desarrollo cognitivo.
• Anemia ferropénica crónica.
• Mayor susceptibilidad a otras infecciones.
Prevención
- Lavado frecuente de manos con agua y jabón (antes de comer, después de ir al baño, después de tocar animales).
- Mantener las uñas cortas y limpias.
- Evitar llevarse las manos sucias a la boca.
- Lavar bien frutas y verduras.
- Cocinar adecuadamente carnes, pescados y mariscos.
- Beber agua potable o hervida.
- Evitar consumir alimentos crudos o mal cocidos en áreas de riesgo.
- Eliminar adecuadamente las excretas humanas y animales.
- Mantener los ambientes limpios y libres de residuos orgánicos.
- Proteger fuentes de agua potable de la contaminación.
- Usar repelentes y mosquiteros.
- Controlar la presencia de insectos vectores (mosquitos, flebótomos, chinches).
- Desparasitar regularmente a animales domésticos.
- Control de roedores y otros animales que transmiten parásitos.
- No caminar descalzo sobre suelos contaminados.
- Evitar el contacto con aguas estancadas potencialmente contaminadas.
- Utilizar ropa protectora en áreas rurales o selváticas.
- Campañas de concientización sobre prácticas higiénicas.
- Programas escolares y comunitarios sobre prevención parasitaria.
- Promoción del saneamiento básico.
Diagnóstico
Análisis de heces, sangre o biopsias según el tipo.
En infecciones graves, pruebas de imagen como ecografías, TAC o resonancia magnética (neurocisticercosis, abscesos hepáticos).
Tratamiento
El tratamiento de la parasitosis depende del tipo de parásito, su localización, la gravedad de la infección y el estado general del paciente. Generalmente, se basa en medicamentos antiparasitarios específicos, acompañados de tratamiento sintomático y medidas de soporte cuando es necesario.
Consideraciones adicionales del tratamiento
• Duración: varía según el fármaco y el tipo de parásito, de 1 día a varias semanas.
• Repetición del tratamiento: en algunos casos, se requiere repetirlo tras 2-3 semanas (ej. oxiuriasis) para eliminar ciclos larvales.
• Tratamiento de convivientes: cuando hay riesgo de transmisión interpersonal (ej. giardiasis, oxiuros, sarna).
• Soporte nutricional: especialmente en niños con malnutrición por parasitosis intestinal.
• Tratamiento sintomático: incluye hidratación, analgésicos, antipiréticos y en algunos casos corticosteroides para reacciones inflamatorias severas.
• Cirugía: casos raros, como abscesos hepáticos amebianos grandes, obstrucción intestinal por ascariasis o neurocisticercosis complicada.
Fuentes
World Health Organization (WHO). Preventive chemotherapy and transmission control (PCT)
Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Parasite prevention & control
Bethony JM, et al. (2006). Soil-transmitted helminth infections: ascariasis, trichuriasis, and hookworm. Lancet. DOI: 10.1016/S0140-6736(06)68653-4
Hotez PJ, et al. (2008). Helminth infections: the great neglected tropical diseases. Journal of Clinical Investigation. DOI:10.1172/JCI34261