Sarcopenia
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¿Qué es?
Es una enfermedad progresiva y generalizada del sistema músculo esquelético que aparece en la mayoría de los seres humanos al ir envejeciendo y que se caracteriza por una pérdida de la masa y la fuerza muscular, lo que dificulta la movilidad y la independencia.
La masa muscular comienza a perderse desde los 30 años entre un 3% y un 8% cada década, proceso que se acelera a partir de los 60.
Esta condición es parte del proceso normal de envejecimiento, pero puede afectar la calidad de vida y la funcionalidad de las personas mayores. La sarcopenia es un fenómeno complejo que involucra factores genéticos, hormonales, nutricionales y de actividad física.
La característica principal de la sarcopenia es la disminución de la masa muscular. A medida que las personas envejecen, tienden a experimentar una pérdida gradual de tejido muscular, lo que puede afectar la fuerza y la función muscular. Además de la pérdida de masa muscular, la sarcopenia también se asocia con una reducción en la fuerza muscular. Esto puede llevar a una disminución en la capacidad funcional, afectando la movilidad y la independencia.
Síntomas
- Debilidad
- Problemas para levantarse de la cama o una silla
- Problemas para caminar
- Caminar lento
- Caídas frecuentes
- Lesiones o fracturas
- Pérdida de peso por la pérdida de masa muscular
- Pérdida de equilibrio
Causas
La principal causa es el deterioro del sistema musculo esquelético por el envejecimiento. Además, existen una serie de enfermedades que pueden provocar este problema, como diabetes, cáncer, alteraciones nutricionales, enfermedades crónicas, etc.
Factores de riesgo
- Edad
- Sedentarismo
- Inactividad física durante una larga temporada debido a hospitalización, enfermedad, discapacidad…
- Ingesta proteica inadecuada
- Cambios hormonales
- Enfermedades crónicas
- Inflamación
Complicaciones
Dependencia, pérdida de movilidad, incapacidad para realizar determinadas actividades o tareas… Y caída grave que suponga la necesidad de una operación, con los riesgos que conlleva.
La sarcopenia puede resultar en una reducción de la fuerza y la capacidad funcional, lo que puede afectar la movilidad y la independencia para realizar actividades cotidianas. Asimismo, puede contribuir al desarrollo de discapacidades que afectan la calidad de vida y la capacidad de realizar tareas esenciales.
La sarcopenia se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y otras condiciones relacionadas con el envejecimiento.
La masa muscular es un factor importante para mantener la salud ósea. La sarcopenia puede contribuir a la pérdida de densidad ósea y aumentar el riesgo de osteoporosis.
La pérdida de masa muscular y la disminución de la fuerza pueden afectar negativamente la calidad de vida al limitar las actividades diarias y las experiencias sociales.
La sarcopenia puede estar asociada con un mayor riesgo de hospitalización y una recuperación más lenta después de eventos médicos.
La pérdida de masa muscular a menudo va de la mano con cambios en la composición corporal, incluida la pérdida de tejido magro. Esto puede afectar la nutrición y la capacidad del cuerpo para mantenerse saludable.
Prevención
Realizar actividad física y mantenerse activo toda la vida previene y retrasa la aparición de la sarcopenia, consiguiendo que se pueda llegar a la tercera edad con una mejor movilidad y mucha más independencia.
El ejercicio regular, especialmente el entrenamiento de fuerza, y una ingesta adecuada de proteínas son componentes clave en la prevención y el tratamiento de la sarcopenia.
Diagnóstico
Diagnóstico No existe una única prueba para hacer el diagnóstico. Se puede hacer por los síntomas, test físicos para medir la fuerza muscular, pruebas de imagen como resonancia magnética nuclear, radiografías o TC.
Tratamiento
El tratamiento se basa fundamentalmente en el ejercicio físico y una dieta sana, con una adecuada ingesta de calorías y proteínas, para recuperar la masa muscular. En ocasiones, hay que recurrir a suplementación.
En cuanto al ejercicio físico, en pacientes con sarcopenia, lo ideal es hacer ejercicios de resistencia y fuerza para mejorar la masa muscular, como pesas, calistenia, etc.
Además, en pacientes con niveles bajos de testosterona se puede administrar testosterona para aumentar la masa muscular.
Otra opción es administrar la hormona de crecimiento, que ayuda a aumentar la masa muscular y la fuerza en personas con hipopituitarismo. O la dihidroepiandrosterona, pero estas terapias con hormonas tienen sus riesgos, por lo que hay que valorar su necesidad.
Por último, a veces se usan sustancias como la pentoxifilina para regular la producción de citosinas, pequeñas proteínas que regulan la masa muscular.
Fuentes