Vitamina B1

Tiamina, complejo B

2-[3-[(4-amino-2-methylpyrimidin-5-yl)methyl]-4-methyl-1,3-thiazol-3-ium-5-yl]ethanol

La vitamina B1, también llamada tiamina, es una vitamina hidrosoluble (se disuelve en agua y no se acumula en el organismo) que pertenece al complejo de vitaminas B.

Desempeña un papel crucial en el metabolismo de los carbohidratos y en el funcionamiento del sistema nervioso.

La vitamina B1 participa en muchas funciones y reacciones químicas del organismo, como ayudar a las células a convertir la glucosa de los carbohidratos en energía, ayudar a la conducción de señales nerviosas o metabolizar el piruvato (un compuesto que ayuda a la síntesis de energía).

Participa en la transmisión de impulsos nerviosos y en la síntesis de neurotransmisores. Contribuye al mantenimiento de un corazón sano y ayuda a regular la presión arterial. Ayuda en el funcionamiento adecuado de los músculos, incluido el músculo cardíaco.

Por todo ello, la vitamina B1 ayuda al funcionamiento del cerebro, los músculos, el corazón, el sistema nervioso o el aparato digestivo.

La vitamina B1 ofrece muchos beneficios a la salud. Entre ellos destaca aumentar la energía ya que la vitamina B1 es necesaria para la producción de ATP, la principal molécula que sirve para transportar energía a todas las células del organismo. Además, como decíamos, la tiamina ayuda en la conversión de los carbohidratos en glucosa. También ayuda a descomponer las proteínas y las grasas.

La tiamina, en su forma difosfato de tiamina, ayuda al metabolismo de la glucosa, por lo que puede disminuir las complicaciones de la diabetes al evitar la acumulación de la misma en la sangre.

Al igual que otras vitaminas del complejo B, la vitamina B1 puede fortalecer el sistema inmunológico.

Los niveles bajos de tiamina y la disfunción del piruvato está presente en pacientes con ataxia, un problema neurodegenerativo. Por eso, la suplementación con esta vitamina puede proteger la mielina y mejorar el funcionamiento de las células nerviosas, lo que podría ayudar a personas con enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer y la enfermedad de Huntington.

La tiamina es vital para la función del sistema cardiovascular por lo que su la deficiencia puede causar insuficiencia cardíaca congestiva.

También previene el riesgo de cataratas y ayuda al funcionamiento del sistema digestivo. La vitamina B1 ayuda a regular la producción de ácido clorhídrico, que es necesario para mantener una función digestiva adecuada.

Por último, los suplementos de vitamina B1 pueden aliviar la depresión ya que ayuda a elevar el estado de ánimo.

Como hemos comentado, la vitamina B1 ayuda a la síntesis de ciertas moléculas como la ATP que ayudan a producir energía. También ayuda a descomponer los macronutrientes como carbohidratos, grasas y proteínas.

Las cantidades diarias recomendadas de esta vitamina son:

0 a 6 meses: 0.2 miligramos por día (mg/día)

7 a 12 meses: 0.3 mg/día

1 a 3 años: 0.5 mg/día

4 a 8 años: 0.6 mg/día

9 a 13 años: 0.9 mg/día

Hombres de 14 en adelante: 1.2 mg/día

Mujeres de 14 a 18 años: 1.0 mg/día

Mujeres de 19 años en adelante: 1.1 mg/día (se necesitan 1.4 mg durante el embarazo y la lactancia)

Una falta de tiamina puede causar debilidad, fatiga, psicosis y daño neurológico. Además, puede causar una enfermedad llamada beriberi que se produce por la acumulación de ácido pirúvico en la sangre, causando problemas en la respiración, los movimientos oculares, la función cardíaca y el estado de alerta.

La deficiencia de tiamina es más frecuente en las personas alcohólicas ya que el consumo excesivo de alcohol dificulta la absorción de la tiamina. También en aquellas que padecen enfermedad de Crohn o anorexia.

En los casos de deficiencia grave de tiamina, se puede presentar daño cerebral como el síndrome de Korsakoff o la enfermedad de Wernicke, que pueden aparecer juntas o separadas.

No se han encontrado efectos secundarios al tomar mucha vitamina B1 ya que se excreta en la orina. No obstante, en algunos casos puede causar rubor, urticaria, prurito, debilidad, sudoración, náuseas.

Las principales fuentes alimenticias de esta vitamina son los productos integrales, enriquecidos y fortificados como el pan, los cereales, el arroz, la pasta y la harina, el germen de trigo, o alimentos naturalmente ricos en B1 como la carne de res y de cerdo, la trucha y el atún de aleta azul, los huevos, las legumbres, los guisantes, las nueces y semillas. Recomendaríamos las fuentes naturales frente a alimentos fortificados.

Sí, no tiene efectos tóxicos.

La vitamina B1, también conocida como tiamina, es una vitamina soluble en agua que generalmente se considera segura y no presenta muchas interacciones medicamentosas significativas. Sin embargo, puede haber algunas interacciones a tener en cuenta.

- Diuréticos: algunos diuréticos, especialmente aquellos de la clase de los diuréticos de asa como la furosemida, pueden disminuir los niveles de tiamina en el cuerpo. Esto puede aumentar el riesgo de deficiencia de vitamina B1. Por lo tanto, en personas que toman diuréticos de forma crónica, puede ser necesario considerar suplementos de vitamina B1.

- Alcohol: el alcohol puede interferir con la absorción y la utilización de la vitamina B1 en el cuerpo, lo que puede aumentar el riesgo de deficiencia. Las personas que consumen alcohol en exceso pueden tener un mayor riesgo de deficiencia de vitamina B1 y pueden beneficiarse de suplementos.

- Medicamentos que reducen el ácido estomacal: algunos medicamentos que reducen el ácido estomacal, como los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol, etc.) y los antagonistas de los receptores H2 (ranitidina, cimetidina, etc.), pueden disminuir la absorción de vitamina B1, aunque generalmente no se considera clínicamente significativo. En casos de uso prolongado de estos medicamentos, puede ser prudente supervisar los niveles de vitamina B1 y, si es necesario, suplementar.

- Medicamentos anticonvulsivos: algunos medicamentos anticonvulsivos, como la fenitoína y la carbamazepina, pueden disminuir los niveles de vitamina B1 en el cuerpo. Las personas que toman estos medicamentos pueden requerir suplementos de vitamina B1 para prevenir deficiencias.

Las interacciones entre hierbas y suplementos con vitamina B1 (tiamina) son generalmente limitadas, ya que la vitamina B1 es considerada segura y esencial para muchas funciones corporales. Sin embargo, aquí hay algunas consideraciones importantes:

- Vitamina B1 y otras vitaminas del complejo B: la vitamina B1 a menudo se encuentra en complejos vitamínicos B que contienen otras vitaminas del grupo B, como la vitamina B2 (riboflavina), la vitamina B3 (niacina), la vitamina B6 (piridoxina), la vitamina B9 (ácido fólico) y la vitamina B12 (cobalamina). Estas vitaminas a menudo trabajan en sinergia y pueden complementarse entre sí para mejorar la salud metabólica y del sistema nervioso.

- Hierbas y suplementos que mejoran la absorción de nutrientes: algunas hierbas y suplementos, como el jengibre, la cúrcuma y la pimienta negra, pueden ayudar a mejorar la absorción de nutrientes en general. Si se toman junto con suplementos de vitamina B1, pueden potencialmente mejorar la absorción de la vitamina.

- Suplementos que afectan el metabolismo de carbohidratos: dado que la vitamina B1 es esencial para el metabolismo de los carbohidratos, los suplementos que afectan el metabolismo de los carbohidratos, como la coenzima Q10 y el cromo, podrían potencialmente interactuar con la vitamina B1. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas interacciones no son significativas.

- Hierbas con efectos diuréticos: algunas hierbas con efectos diuréticos, como el diente de león y la cola de caballo, pueden aumentar la excreción de agua y electrolitos del cuerpo. Esto podría teóricamente reducir los niveles de tiamina en el cuerpo, aunque en la práctica, las interacciones no suelen ser clínicamente significativas.

Los alimentos altamente procesados, que son bajos en nutrientes y altos en calorías vacías, pueden no proporcionar una cantidad adecuada de vitamina B1 y otros nutrientes esenciales. Es importante incluir una variedad de alimentos integrales y frescos en la dieta para garantizar un adecuado suministro de vitaminas y minerales.

La dosis usual de tiamina es de 5-30 mg por día en una dosis única o en dosis fraccionadas por un periodo de un mes. La dosis típica para la deficiencia severa puede ser de hasta 300 mg por día.

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