¿Cómo cuidar a nuestros padres?
Una de las marcas de identidad de la que hacemos gala en Actiage es que dedicamos mucho tiempo a escuchar y atender a todas las personas que nos contactan, bien estén realizando un tratamiento médico, estén consumiendo nuestros complementos nutricionales o simplemente han leído o visto alguno de nuestros artículos o vídeos. Lógicamente esta escucha, que es muy activa, nos permite aprender y darnos cuenta de necesidades que a primera vista no habíamos tenido en cuenta. En este contexto, son cada vez más las personas de 40, 50 o 60 años que nos preguntan cómo cuidar a sus padres… Sí, una consulta cada vez más habitual es cómo ayudar a nuestros padres a vivir más tiempo con más salud. ¡Y es una preocupación lógica y normal! ¿Quién no quiere lo mejor para sus padres? La buena noticia es que optimizar los hábitos de vida siempre tiene un impacto positivo en la salud de las personas, sea cual sea la edad que se tenga.
Índice
¿Qué es lo que podemos hacer?
Existen literalmente cientos de estudios científicos que apuntan que cambios en estilo de vida en los adultos mayores tiene un impacto positivo en su salud. En áreas como la reducción de la obesidad y su relación con la diabetes, la reducción del riesgo de cáncer a través del consumo de algunos compuestos determinados, el impacto del ejercicio físico en la prevención de la enfermedad de Alzheimer y de otras enfermedades neurodegenerativas y un largo etcétera que abarca las enfermedades más comunes que se padecen conforme envejecemos.
En este contexto, parece lógico convertirnos en “mentores” de nuestros mayores y ayudarles a optimizar sus hábitos de vida para así puedan disfrutar de más años con salud.
A modo de resumen, podemos trabajar en las siguientes áreas:
1. Fomentar una dieta nutritiva y saludable
La alimentación juega un papel fundamental en la salud y el bienestar de las personas mayores. Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition concluyó que una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales, pescado y grasas saludables está asociada con una menor incidencia de enfermedades crónicas y una mayor longevidad. Ya a nivel macros, es importante mantener una buena proporción de ingesta de proteínas para mantener la masa muscular, si bien parece recomendable que éstas sean de origen vegetal.
Adoptar una dieta equilibrada puede contribuir a una vida más saludable y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer, lo que se traduce en más años de vida saludable para los padres mayores.
En términos prácticos, una muy buena manera de comenzar es eliminar todos los alimentos ultraprocesados de la dieta y empezar a introducir el nivel de proteínas preciso puesto que el consumo de este macronutriente disminuye con la edad.
Por último siempre es buena idea recurrir a la suplementación siempre y cuando ésta esté especificamente formulada para personas mayores.
2. Fomentar la Actividad Física Regular
La actividad física regular es esencial para mantener la salud física y mental en la vejez. Un estudio longitudinal realizado en el Reino Unido encontró que la actividad física moderada a vigorosa está asociada con un menor riesgo de mortalidad en adultos mayores..
Además, el ejercicio regular puede ayudar a prevenir la pérdida de masa muscular, mejorar la densidad ósea y reducir el riesgo de caídas, lo que contribuye a una vida más independiente y activa en la vejez.
En términos prácticos, se recomienda aumentar los minutos diarios en movimiento a través de acciones cotidianas y priorizar la realización de ejercicios de fuerza ya que existe una correlación muy acentuada entre pérdida de musculatura y mortalidad por todas las causas.
3. Fomentar la Socialización y el Apoyo Emocional
Esta se trata de un área muy poco valorada, pero el apoyo social y emocional juega un papel crucial en el bienestar emocional y la salud mental de los adultos mayores.
Un metaanálisis publicado en PLOS Medicine destacó que el apoyo social está asociado con una reducción del riesgo de mortalidad en adultos mayores.
Mantener conexiones sociales puede ayudar a reducir el estrés, la depresión y la ansiedad, promoviendo así una mejor calidad de vida y una mayor longevidad para los padres mayores.
Promover el encuentro con amigos y familia, participar en actividades comunitarias y de voluntariado o practicar algún hobby compartido con otras personas són un buen comienzo.
4. Mantener la curiosidad por la vida
Una de las claves de un envejecimiento sano, especialmente a nivel cognitivo, radica en no caer en la rutina y estar expuesto siempre a nuevos estímulos que impliquen aprender habilidades, pudiendo ser estas desde empezar a aprender un idioma hasta descubrir un nuevo sendero en una montaña pasando por viajar a lugares donde nunca se ha estado o conocer a personas muy diferentes de las del entorno diario.
Hacerse mayor muchas veces es sinónimo de inmovilidad o de costumbres fijas. Toda vez que experimentemos nuevos conocimientos o experiencias estaremos alimentando a un cerebro sano.
5. Asegurar el Cumplimiento de las Recomendaciones Médicas
El seguimiento de las recomendaciones médicas es fundamental para prevenir y controlar enfermedades crónicas en adultos mayores.
Un estudio publicado en Journal of General Internal Medicine encontró que el cumplimiento de las recomendaciones médicas está asociado con una mejor salud y una mayor longevidad en adultos mayores.
Esto incluye seguir las pautas de medicación prescritas, asistir a citas médicas regulares y someterse a pruebas de detección recomendadas, lo que puede contribuir a una detección temprana y un mejor manejo de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y la osteoporosis.
En este marco, los hijos pueden colaborar con sus padres mayores para monitorear sus condiciones de salud, comunicarse con los profesionales de la salud y asegurarse de que sigan el plan de tratamiento recomendado.
¿Por qué cuidar a tus padres también es beneficioso para los hijos?
Cuidar de los padres mayores no solo es un acto de amor y gratitud, sino también una oportunidad para mejorar su calidad de vida y promover su longevidad.
Pero hay algo más… cuando cuidamos de nuestros padres (en realidad de cualquier ser querido) estamos trabajando también por nuestra salud y felicidad a través de los siguientes mecanismos de acción:
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Sentimiento de propósito y significado: Cuidar a los demás puede proporcionar un sentido de propósito y significado en la vida del cuidador. Un estudio publicado en el Journal of Gerontology: Psychological Sciences (Brown et al., 2003) encontró que el cuidado informal de familiares mayores estaba asociado con una mayor satisfacción y sentido de propósito en la vida de los cuidadores. Tener un propósito de vida fuerte y definido tiene un impacto mayor en la salud.
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Generación de Emociones Positivas: El acto de cuidar a los demás puede generar emociones positivas, como la gratitud, la compasión y el amor, que pueden mejorar el bienestar emocional del cuidador y en la expresión génica.
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Fomento de Relaciones Sociales: Cuidar a los demás puede fomentar relaciones sociales significativas y fortalecer los lazos familiares y comunitarios. Un estudio publicado en el Journal of Family Nursing encontró que el cuidado de personas mayores en el hogar estaba asociado con una mayor cohesión familiar y una mayor percepción de apoyo social en los cuidadores, redundando en mayores niveles de felicidad.
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Desarrollo de Habilidades de Afrontamiento: El cuidado de los demás puede ayudar al cuidador a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia frente al estrés y, como ya hemos visto en muchas ocasiones, el control efectivo del estrés impacta positivamente en la salud.
Ahora bien, todos estos beneficios se refieren al cuidado de personas no dependientes…ya que el cuidado de este tipo de mayores produce el efecto totalmente contrario y, por ello, es tan importante, aunque solo sea por egoísmo, preocuparnos por la salud de nuestros padres para que éstos vivan más tiempo de manera independiente y satisfactoria.
Ideas clave
- Existen literalmente cientos de estudios científicos que apuntan que cambios en estilo de vida en los adultos mayores tiene un impacto positivo en su salud. En áreas como la reducción de la obesidad y su relación con la diabetes, la reducción del riesgo de cáncer a través del consumo de algunos compuestos determinados, el impacto del ejercicio físico en la prevención de la enfermedad de Alzheimer y de otras enfermedades neurodegenerativas y un largo etcétera que abarca las enfermedades más comunes que se padecen conforme envejecemos.
- A modo de resumen, podemos trabajar en las siguientes áreas para cuidar a nuestros padres:
- Una alimentación rica en frutas, verduras, granos integrales y proteínas, preferiblemente de origen vegetal, reduce el riesgo de enfermedades crónicas y promueve la longevidad en adultos mayores.
- El ejercicio moderado y de fuerza es clave para mantener la salud física, mejorar la densidad ósea y prevenir la pérdida muscular, lo que contribuye a una vida activa e independiente.
- Mantener conexiones sociales reduce el riesgo de mortalidad, mejora la salud mental y aumenta la calidad de vida en la vejez.
- Estimular el cerebro con nuevos conocimientos y experiencias contribuye a un envejecimiento cognitivo saludable y evita la rutina.
- Seguir las pautas médicas, asistir a controles regulares y tomar medicación adecuada ayuda a prevenir y manejar enfermedades crónicas.
- Cuidar a los padres mayores genera un sentido de propósito, emociones positivas y mejora la salud emocional, además de fortalecer las relaciones sociales.
- Promover la salud de los padres para que mantengan su independencia también es beneficioso para los hijos, evitando efectos negativos del cuidado de personas dependientes. Nos hace temner un propósito en la vida, sentir mejor, fomentar las relaciones sociales...
Enfermedades relacionadas
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