
Desparasitación y salud a largo plazo: ¿Mito o necesidad?
La desparasitación ha sido una práctica común durante siglos, especialmente en comunidades con condiciones sanitarias deficientes o en regiones tropicales y subtropicales, donde las infecciones parasitarias son más prevalentes. Sin embargo, en las últimas décadas ha surgido un debate sobre si la desparasitación regular es realmente necesaria en personas sanas que viven en países desarrollados o con acceso a condiciones higiénicas adecuadas. Entonces, ¿es la desparasitación una necesidad médica real o simplemente un mito sostenido por la tradición y la industria farmacéutica?
Índice
- ¿Qué son los parásitos y cómo afectan al cuerpo?
- ¿Qué es la desparasitación y cuándo es necesaria?
- ¿Qué dice la ciencia sobre la desparasitación masiva?
- ¿Y en los países desarrollados? ¿Debemos desparasitarnos cada cierto tiempo?
- Riesgos de la desparasitación innecesaria
- Consejos para prevenir los parásitos en el organismo
- ¿Qué sustancias naturales pueden evitar los parásitos y proteger nuestro intestino?
¿Qué son los parásitos y cómo afectan al cuerpo?
Los parásitos son organismos que viven y se alimentan a expensas de otro organismo (huésped). En el caso de los humanos, los parásitos más comunes incluyen:
- Helmintos: lombrices intestinales como Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura y Enterobius vermicularis.
- Protozoos: como Giardia lamblia y Entamoeba histolytica, que causan infecciones intestinales.
- Ectoparásitos: como piojos, pulgas y ácaros, que afectan la piel y el cabello.
Estos parásitos pueden residir en el tracto gastrointestinal, hígado, músculos y otros órganos, causando diversas enfermedades conocidas como helmintiasis.
Los parásitos pueden causar desde síntomas leves (malestar estomacal, diarrea, fatiga) hasta enfermedades graves (anemia, desnutrición, daño hepático o pulmonar) si no se tratan adecuadamente.
1. Malnutrición y retraso en el crecimiento. Los parásitos intestinales, como las lombrices intestinales (Ascaris lumbricoides), las tenias y los anquilostomas, pueden interferir en la absorción de nutrientes al alimentarse de los mismos o al causar daño en el revestimiento del intestino.
Esto puede llevar a déficit de vitaminas y minerales (especialmente hierro y vitamina A); anemia debido a la pérdida de sangre causada por parásitos como el anquilostoma; retraso en el crecimiento y el desarrollo físico y cognitivo en los niños.
La OMS estima que la infección por helmintos causa aproximadamente el 35% de la anemia en niños en edad escolar en regiones endémicas. (WHO, 2022).
2. Problemas cognitivos y de aprendizaje. Las infecciones parasitarias crónicas en la infancia pueden afectar el desarrollo cerebral y la función cognitiva debido a la deficiencia de nutrientes y la inflamación constante.
Esto puede llevar a déficit de atención y memoria, dificultades de aprendizaje, bajo rendimiento escolar.
Un metaanálisis de la revista American Journal of Tropical Medicine mostró que la infección por helmintos estaba asociada con un rendimiento académico más bajo y un coeficiente intelectual reducido en niños de países en desarrollo.
3. Enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Las infecciones parasitarias crónicas pueden aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas debido a la inflamación persistente y la respuesta inmune exagerada.
La inflamación crónica puede contribuir a hipertensión, resistencia a la insulina, síndrome metabólico.
Investigaciones han encontrado que la inflamación crónica inducida por infecciones parasitarias puede aumentar los marcadores de inflamación cardiovascular, como la proteína C reactiva (PCR).
4. Problemas musculoesqueléticos y de movilidad. Parásitos como el Toxoplasma gondii y el Trypanosoma cruzi pueden afectar el sistema muscular y nervioso, provocando dolor muscular crónico, debilidad, problemas de coordinación y movilidad.
5. Daño en órganos vitales. Algunos parásitos pueden migrar y alojarse en órganos importantes, provocando daño directo y complicaciones graves:
Fasciola hepatica (duela hepática): Puede causar fibrosis hepática y cirrosis.
Echinococcus granulosus (hidatidosis): Forma quistes en el hígado, pulmones y cerebro, que pueden romperse y causar shock anafiláctico.
Schistosoma: Puede causar hipertensión portal, fibrosis hepática y cáncer de vejiga.
6. Enfermedades autoinmunes y respuesta inmune desregulada. Las infecciones parasitarias pueden alterar el sistema inmunológico, provocando tolerancia inmunológica (el cuerpo deja de responder adecuadamente a otras infecciones), mayor susceptibilidad a infecciones bacterianas y virales, desarrollo de enfermedades autoinmunes debido a la activación crónica del sistema inmune.
Estudios han encontrado que Toxoplasma gondii puede desencadenar respuestas autoinmunes y aumentar el riesgo de enfermedades como el lupus y la artritis reumatoide.
7. Riesgo de cáncer. Algunos parásitos están directamente relacionados con ciertos tipos de cáncer:
Schistosoma haematobium → Cáncer de vejiga.
Opisthorchis viverrini y Clonorchis sinensis → Colangiocarcinoma (cáncer de vías biliares).
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasifica las infecciones por Schistosoma y Opisthorchis como carcinógenas para los humanos.
8. Problemas de salud mental. Las infecciones parasitarias crónicas también pueden afectar la salud mental. Estudios han encontrado que las personas infectadas con Toxoplasma gondii tienen hasta 2,7 veces más probabilidades de desarrollar esquizofrenia. El malestar físico constante y la inflamación crónica pueden causar ansiedad y estrés.
¿Qué es la desparasitación y cuándo es necesaria?
Las principales organizaciones de salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), recomiendan la desparasitación en ciertas circunstancias específicas, pero no como una práctica universal o rutinaria en todas las personas.
Se considera una práctica necesaria en estos casos:
1- Zonas endémicas de parásitos. La OMS recomienda la desparasitación periódica en poblaciones que viven en áreas con alta prevalencia de helmintos y otras infecciones parasitarias. La estrategia de la OMS ha logrado reducir las tasas de parasitosis en un 60% en comunidades rurales de África y Asia.
En áreas donde las infecciones por helmintos transmitidos por el suelo (geohelmintos) son comunes, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan la administración masiva de antiparasitarios de forma regular. Específicamente, se aconseja el tratamiento una vez al año cuando la prevalencia de infecciones en la comunidad es superior al 20%, y dos veces al año cuando supera el 50%.
2- Niños en edad escolar. La OMS recomienda la desparasitación masiva en niños de 1 a 15 años en regiones endémicas, ya que las infecciones parasitarias afectan el crecimiento, la nutrición y el rendimiento escolar. La desparasitación en escolares ha mejorado el peso, la capacidad de atención y el rendimiento académico.
3- Viajeros a zonas de alto riesgo. Las personas que viajan a países con problemas de saneamiento y alta prevalencia de parásitos deben considerar la desparasitación tras el viaje si presentan síntomas o están en riesgo de infección.
4- Personas con síntomas de parasitosis. Si hay síntomas como diarrea persistente, pérdida de peso inexplicada, hinchazón abdominal o anemia, se debe realizar un análisis de heces para confirmar la presencia de parásitos y recibir tratamiento adecuado.
5- Personas inmunocomprometidas. Pacientes con VIH, enfermedades autoinmunes o que reciben tratamiento inmunosupresor tienen mayor riesgo de complicaciones por infecciones parasitarias y deben ser desparasitados si hay evidencia de infección.
En resumen, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la desparasitación de los niños que viven en zonas endémicas:
- Una vez al año cuando la prevalencia de gusanos parásitos transmitidos por el suelo en la comunidad sea superior al 20 %
- Dos veces al año cuando la prevalencia de gusanos parásitos transmitidos por el suelo en la comunidad sea del 50 %
Las personas con mayor riesgo de contraer enfermedades causadas por gusanos son:
- Niños en edad preescolar y escolar
- Mujeres en edad reproductiva
- Embarazadas en el segundo y tercer trimestre
- Mujeres que están dando el pecho
- Adultos en determinadas ocupaciones de alto riesgo, como recolectores de té o mineros
¿Qué dice la ciencia sobre la desparasitación masiva?
La desparasitación masiva, también llamada quimioterapia preventiva, es una estrategia de salud pública que implica tratar a grandes poblaciones, especialmente niños en edad escolar, en áreas con alta prevalencia de infecciones por helmintos transmitidos por el suelo y esquistosomiasis. Esta estrategia se basa en administrar tratamientos antihelmínticos a todos los individuos de una comunidad, independientemente de si están infectados, debido a que las pruebas diagnósticas pueden ser más costosas que el tratamiento en sí.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 870 millones de niños están en riesgo de infecciones parasitarias que pueden interferir en la absorción de nutrientes, provocar anemia, desnutrición y afectar el desarrollo físico y mental. Estas infecciones representan una amenaza significativa para la salud, educación y productividad de los niños.
Sin embargo, la efectividad de la desparasitación masiva ha sido objeto de debate. Uno pensaría que sería una buena idea tratar a todos los niños con medicamentos antiparasitarios en las partes del mundo donde las lombrices intestinales son un problema.
Pero un informe publicado por Cochrane Review sobre la desparasitación desató cierta controversia.
El informe concluyó que la desparasitación sistemática de todos los niños en áreas con altas tasas de infección (ya sea que se haya demostrado que tienen lombrices intestinales o no) no es, en promedio, beneficiosa para los niños.
La distribución de los gusanos entre los huéspedes humanos no es uniforme; sólo una minoría de los individuos en una comunidad tendrá una infección a un nivel suficientemente alto como para causar morbilidad (es decir, en intensidades moderadas o altas de cargas de gusanos). Las estimaciones indican que, cuando la prevalencia de la infección por Ascaris lumbricoides es del 50%, aproximadamente el 20% de los niños en la comunidad tendrán infecciones de intensidad moderada o alta y, por lo tanto, presentarán morbilidad. Sin embargo, las tabletas antiparasitarias se administran a toda la población infantil que vive en un área endémica (debido a consideraciones de salud pública como el alto costo y la carga logística de los enfoques de prueba y tratamiento, la baja sensibilidad de las técnicas de diagnóstico aplicables en el campo, la relativa seguridad de los medicamentos, la infraestructura de salud limitada y el acceso deficiente al tratamiento, y el bajo comportamiento de búsqueda de atención médica, entre otros). En consecuencia, la intervención de desparasitación beneficiará directamente sólo a una parte de los niños tratados y obviamente no proporcionará ningún beneficio a los niños que no están infectados.
Esta revisión concluyó que la desparasitación masiva tiene un efecto escaso o nulo en el peso, la altura, la asistencia escolar, la cognición o la mortalidad de los niños. A pesar de ello, algunos defensores argumentan que ciertos estudios no evaluaron impactos más sutiles a largo plazo y que la desparasitación masiva sigue siendo una intervención costo-efectiva en áreas endémicas.
Y es que el hallazgo contradice la recomendación actual de la Organización Mundial de la Salud de tratar periódicamente a todos los niños y mujeres en edad fértil con medicamentos antiparasitarios en áreas donde un gran número de personas se ven afectadas, incluidas partes del África subsahariana, India, China, Asia oriental y las Américas.
Los estudios de observación (estudios que intentan comprender la causa y el efecto mediante la observación de grandes grupos de personas) han proporcionado evidencia de que el tratamiento de desparasitación masiva tiene beneficios.
Hay evidencia de que los niños tratados con medicamentos antiparasitarios crecen mejor y tienen un mejor rendimiento cognitivo de acuerdo a un estudio de Kenia que mostró un mejor rendimiento escolar e incluso un mejor rendimiento laboral.
Pero la Revisión Cochrane, que resume la evidencia de la investigación existente, no analizó los estudios observacionales, sin tener en cuenta este tipo de estudios.
Después del artículo de la Revisión Cochrane, se publicaron otros tres artículos en PLOS: Neglected Tropical Diseases, cada uno cuestionando la conclusión de la Revisión Cochrane y expresando preocupación porque al analizar sólo un tipo de evidencia, los expertos en políticas de salud podrían concluir que la desparasitación masiva es un ejercicio inútil, cuando para todo ellos no es así.
Lo ideal sería tratar solo a las personas infectadas, pero realizar pruebas y luego tratar a las personas que se sabe que tienen lombrices intestinales es costoso y puede resultar imposible en algunas regiones del mundo que carecen de equipos de laboratorio y técnicos capacitados. Además, en algunas regiones del mundo las letrinas son de mala calidad sanitaria o inexistentes. Hasta que no haya más instalaciones de este tipo, es más barato tratar a todas las personas, infectadas o no, en las zonas donde hay un problema importante de infección por lombrices.
En los estudios en los que se trató regularmente a los niños con medicamentos antiparasitarios, hubo poco o ningún efecto sobre el peso en todos los ensayos excepto en dos, independientemente de si los niños estaban muy infectados con gusanos o no. Esto genera incertidumbre y significa que no sabemos si el tratamiento regular de los niños con medicamentos antiparasitarios mejora su peso. La desparasitación regular de los niños probablemente no tenga ningún efecto sobre la altura, la hemoglobina, la cognición y la mortalidad. No sabemos si hay un impacto en la asistencia escolar, ya que la evidencia es inconsistente y tiene un alto riesgo de sesgo. No hay datos suficientes para saber si hay un efecto sobre la aptitud física.
A pesar de estos estudios, la OMS sigue considerando que estas desparasitaciones masivas son necesarias en ciertas regiones. La constitución de la Organización Mundial de la Salud declara que “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano…”. Los antihelmínticos utilizados para la desparasitación masiva tienen una eficacia indudable en el tratamiento de las infecciones por helmintos transmitidos por el contacto con el suelo. Todos los niños tienen derecho a estar libres de estas infecciones y la desparasitación masiva es la forma más rentable de alcanzar este objetivo. Al cuestionar el valor de la desparasitación masiva mediante el uso de una metodología inadecuada, Taylor-Robinson et al. ponen en peligro la financiación de programas de desparasitación que beneficiarán a cientos de millones de niños en los países en desarrollo.
¿Y en los países desarrollados? ¿Debemos desparasitarnos cada cierto tiempo?
En este tema, la evidencia científica es clara y no respalda la desparasitación rutinaria en personas que viven en países desarrollados con buenas condiciones de saneamiento e higiene.
Los casos de parasitosis en países desarrollados son poco frecuentes y generalmente están relacionados con viajes o consumo de alimentos contaminados.
Tampoco hay evidencia de que desparasitarse de forma rutinaria mejore la salud o prevenga enfermedades en personas sin síntomas ni factores de riesgo. Y, de hecho, el uso innecesario de antiparasitarios puede contribuir a la resistencia a los medicamentos y a efectos secundarios adversos. Los medicamentos antiparasitarios deben usarse solo cuando hay evidencia de infección confirmada o alta probabilidad de exposición.
En resumen, la desparasitación no es necesaria de forma rutinaria en personas sanas que viven en países desarrollados o con buenas condiciones sanitarias. Sin embargo, sí es necesaria en situaciones específicas, como:
- Niños en zonas endémicas.
- Personas inmunocomprometidas.
- Casos confirmados de parasitosis.
- Viajes a zonas de riesgo.
Riesgos de la desparasitación innecesaria
El uso rutinario o innecesario de medicamentos antiparasitarios puede tener consecuencias negativas:
- Resistencia a los medicamentos: el uso excesivo de antiparasitarios puede inducir resistencia en los parásitos, lo que dificulta el tratamiento de infecciones graves en el futuro.
- Efectos secundarios: los antiparasitarios pueden causar efectos secundarios como náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y reacciones alérgicas. Algunos antiparasitarios también pueden afectar el hígado o los riñones si se usan de manera prolongada o sin necesidad.
- Desequilibrio de la microbiota intestinal: algunos antiparasitarios pueden afectar las bacterias beneficiosas del intestino, alterando el equilibrio de la microbiota y debilitando el sistema inmunológico.
Consejos para prevenir los parásitos en el organismo
1. Higiene adecuada (lavado de manos, limpieza de alimentos). La higiene personal es fundamental para evitar el ingreso y la proliferación de parásitos en el cuerpo. Hay que lavarse las manos antes de comer, después de ir al baño, después de tocar mascotas o animales, etc.
2. Consumo de alimentos ricos en fibra (frutas, verduras, legumbres).
3. Consumo habitual de probióticos (yogur, kéfir, kimchi) para fortalecer la microbiota intestinal. Un intestino con una microbiota equilibrada dificulta el crecimiento y establecimiento de parásitos. Reduce el consumo de azúcar y carbohidratos refinados, ya que los parásitos prosperan en entornos ricos en azúcar.
4. Evitar carne cruda o poco cocida, especialmente cerdo y pescado. El calor destruye la mayoría de los parásitos y sus huevos. Cocina bien las carnes, especialmente las de cerdo, res y pescado. Asegúrate de que el centro de la carne alcance una temperatura mínima de 70 °C. Evita el consumo de carne cruda o poco cocida (como carpaccio o sushi de baja calidad).
5. Desparasitación de mascotas y mantenimiento de la higiene en el hogar. Las mascotas son una fuente común de parásitos intestinales como lombrices y giardias.
6. Mantener las uñas cortas y limpias para evitar la acumulación de huevos de parásitos.
7. Lavar y desinfectar bien los alimentos. Los alimentos crudos, como frutas, verduras y hortalizas, pueden contener huevos o larvas de parásitos. Lávalos bien si los vas a consumir crudos con agua potable o una solución de vinagre y bicarbonato. Pela frutas y verduras cuando sea posible para eliminar contaminantes de la superficie.
8. Consumir agua potable y evitar agua contaminada. El agua contaminada es una de las principales vías de transmisión de parásitos. Bebe solo agua potable o embotellada en zonas en las que el agua no cumpla las condiciones mínimas de calidad. Si tienes dudas sobre la calidad del agua, hiérvela durante al menos 1 minuto o utiliza filtros de agua. Evita los cubitos de hielo o las bebidas preparadas con agua no segura.
9. Evitar el contacto directo con tierra o agua contaminada. Los huevos de parásitos pueden encontrarse en la tierra y el agua contaminada. Usa guantes al trabajar en el jardín, lávate bien las manos después de manipular tierra o agua, evita caminar descalzo en zonas de riesgo (especialmente en áreas tropicales).
10. Fortalecer el sistema inmunológico. Un sistema inmunológico fuerte dificulta que los parásitos se establezcan en el cuerpo. Duerme bien, dieta sana, reducción del estrés…
¿Qué sustancias naturales pueden evitar los parásitos y proteger nuestro intestino?
Si bien los tratamientos médicos son efectivos para eliminar parásitos intestinales, existen estrategias naturales que pueden ayudar a prevenir infecciones y mantener un equilibrio saludable en el intestino.
1- Ajo. El ajo crudo puede actuar como un desparasitante natural para los niños al matar los parásitos y expulsarlos del cuerpo. El ajo es conocido por sus potentes propiedades antimicrobianas y antiparasitarias gracias a su compuesto activo llamado alicina. La alicina actúa como un agente tóxico para ciertos parásitos intestinales, debilitando sus membranas celulares y dificultando su reproducción.
2- Semillas de calabaza. Contienen cucurbitacina, que puede paralizar a las lombrices y hacer que les sea imposible sobrevivir dentro del cuerpo. Son especialmente efectivas contra lombrices intestinales y tenias.
3- Papaya cruda. Contiene la enzima papaína, que funciona como un antihelmíntico para matar las lombrices intestinales, y las semillas de papaya ayudan a expulsar las lombrices del cuerpo. Las semillas de papaya contienen carpaína, una enzima que puede matar parásitos intestinales y favorecer su expulsión.
4- Zanahorias. Ricas en vitamina A, tienen propiedades que estimulan el sistema inmunológico para ayudar a combatir las lombrices intestinales.
5- Cúrcuma. Tiene propiedades medicinales y antisépticas y ayuda a eliminar las lombrices parasitarias del cuerpo.
6- Cocos. Ricos en ácido láurico, que se transforma en monolaurina, un compuesto conocido por mejorar la inmunidad. El aceite de coco también mejora la salud intestinal al promover el crecimiento de bacterias beneficiosas y dificultar la proliferación de parásitos.
7- Pimienta de cayena (Capsicum annuum). La capsaicina, el compuesto activo en la pimienta de cayena, tiene propiedades antimicrobianas y puede ayudar a eliminar parásitos del tracto digestivo. También estimula la digestión y aumenta la producción de enzimas gástricas, dificultando la supervivencia de los parásitos.
8- Jengibre (Zingiber officinale). El jengibre promueve la producción de ácido gástrico, lo que dificulta la supervivencia de los parásitos en el estómago. También tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que ayudan a restaurar el equilibrio del microbioma intestinal. Un estudio en Parasitology International mostró que el extracto de jengibre inhibe el crecimiento de Giardia lamblia.
9- Orégano. El orégano es rico en carvacrol y timol, compuestos con potentes propiedades antiparasitarias y antibacterianas. El aceite de orégano es especialmente efectivo contra parásitos protozoarios como Blastocystis hominis y Giardia. Un estudio en Phytotherapy Research mostró que el aceite de orégano redujo significativamente la infección por Blastocystis hominis en humanos.
10- Clavo de olor. El clavo contiene eugenol, un compuesto que destruye los huevos y larvas de parásitos. También ayuda a reducir la inflamación intestinal y promueve una mejor digestión. Un estudio en Journal of Medicinal Plants Research mostró que el aceite de clavo inhibe el crecimiento de Giardia lamblia y otros protozoos.

Enfermedades relacionadas
Fuente:
- Taylor-Robinson DC, Maayan N, Donegan S, Chaplin M, Garner P. Public health deworming programmes for soil-transmitted helminths in children living in endemic areas. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 9. Art. No.: CD000371. DOI: 10.1002/14651858.CD000371.pub7
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- de Silva N, Ahmed B-N, Casapia M, de Silva HJ, Gyapong J, Malecela M, et al. (2015) Cochrane Reviews on Deworming and the Right to a Healthy, Worm-Free Life. PLoS Negl Trop Dis 9(10): e0004203. https://doi.org/10.1371/journal.pntd.0004203
- Hicks JH, Kremer M, Miguel E (2015) The Case for Mass Treatment of Intestinal Helminths in Endemic Areas. PLoS Negl Trop Dis 9(10): e0004214. https://doi.org/10.1371/journal.pntd.0004214
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