Los beneficios de la sauna y del hamam para la salud y la longevidad

Los beneficios de la sauna y del hamam para la salud y la longevidad

Ahora que estamos en pleno invierno, una de las actividades que me resultan más satisfactorias es ir al hamam que hay en la piscina donde voy a nadar un par de veces a la semana. El uso de la sauna y del hamam (baño turco) ha formado parte de muchas culturas tradicionales durante siglos. Ambas prácticas comparten un objetivo común: el uso del calor para mejorar la salud y el bienestar. Aunque tienen enfoques diferentes debido a las variaciones en temperatura y humedad, ambos ofrecen beneficios significativos, tanto a corto como a largo plazo. En este sentido, se trata de una de las herramientas más poderosas que contamos para optimizar nuestra salud a largo plazo y disfrutar de una longevidad saludable.

Índice

Sauna y Hamam: ¿En qué se diferencian?

Para gustos… los colores. Ambas opciones ofrecen beneficios similares para la salud si bien la experiencia sensorial es diferente.

En la sauna finlandesa nos encontramos con un calor seco de entre los 70 y 100°C y con una baja humedad (5%-20%). Este ambiente seco provoca una sudoración rápida e intensa, lo que impacta directamente en la circulación y el metabolismo.

En el hamam el enfoque es distinto ya que las temperaturas son más moderadas (40 - 50°C), pero con una humedad casi del 100%. Esto genera una sudoración más lenta y prolongada, lo que produce una sensación de relajación profunda.

La sauna, con su calor seco, es más eficaz para aliviar el dolor muscular después del ejercicio intenso. En cambio, el hamam, con su calor más suave y húmedo, es ideal para una relajación prolongada, beneficiando más a las personas con problemas articulares.

Pero en ambos casos el uso regular de esta práctica ofrece una amplia gama de beneficios para la salud y la longevidad.

Al mejorar la función cardiovascular, fortalecer el sistema inmunológico, reducir el estrés y promover la desintoxicación, estas prácticas se convierten en herramientas valiosas para una vida más saludable.

Además, cuando se combinan con otras estrategias, como la exfoliación y la nutrición adecuada, pueden maximizar su impacto positivo en la calidad de vida a largo plazo.

Beneficios claves de la sauna y el hamam

Los beneficios de esta práctica son numerosos:

1. Mejora de la salud cardiovascular: tanto la sauna como el hamam promueven la vasodilatación, lo que mejora la circulación y puede reducir la presión arterial. Un estudio encontró que el uso regular de la sauna finlandesa está asociado con una reducción de hasta un 50% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esta mejora en la circulación se debe al aumento de la frecuencia cardíaca, que simula los efectos de una ligera actividad física.

2. Desintoxicación y eliminación de toxinas: a través de la sudoración, el cuerpo elimina toxinas como metales pesados (plomo, cadmio, mercurio). Aunque la sauna genera una sudoración rápida e intensa, el hamam permite una desintoxicación gradual durante sesiones más largas.

3. Fortalecimiento del sistema inmunológico: al aumentar la temperatura corporal, el cuerpo experimenta un efecto similar a la fiebre leve, lo que estimula la producción de glóbulos blancos, mejorando la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.

4. Mejora de la salud de la piel: el hamam, especialmente, es conocido por sus efectos en la piel. El vapor abre los poros, permitiendo una limpieza profunda y exfoliación que mejora la textura y luminosidad de la piel.

Beneficios psicológicos y emocionales de la sauna y el hamam

Pero los beneficios no sólo son a nivel fisiológico ya que también ofrecen una serie de ventajas psicológicas y emocionales que contribuyen a la satisfacción personal y el bienestar mental.

1. Relajación profunda

  • Hamam: el calor húmedo y suave del hamam proporciona una relajación gradual que favorece una sensación de calma prolongada. El entorno cargado de vapor y humedad facilita la liberación de tensiones de forma más paulatina, lo que es ideal para quienes buscan una experiencia relajante y menos intensa.
  • Sauna: la sauna, al tener un calor seco e intenso, induce una relajación más rápida y vigorosa. La sensación de calor extremo activa el cuerpo de manera inmediata, lo que puede ayudar a liberar rápidamente la tensión muscular y mental. Es especialmente efectivo para personas que disfrutan de un alivio físico más rápido.

2. Desconexión mental

  • Hamam: el ambiente brumoso y tranquilo del hamam ofrece una experiencia que invita a la introspección y al descanso mental. La lentitud con la que se desarrolla la sesión y el calor envolvente crean una atmósfera que facilita la meditación y el mindfulness, ayudando a centrar la atención en el presente y dejando de lado el estrés diario.
  • Sauna: el calor más intenso de la sauna provoca una desconexión mental de forma inmediata. La sensación de estar "abrumado" por el calor seco impulsa a la mente a enfocarse en la respiración y el propio cuerpo, promoviendo una desconexión rápida y efectiva del estrés externo. Para quienes buscan un respiro mental rápido, la sauna puede ser lo más adecuado.

3. Aumento del bienestar emocional

  • Hamam: el ambiente suave del hamam promueve una liberación gradual de endorfinas, neurotransmisores que generan una sensación de placer y bienestar. La experiencia en el hamam, que es menos intensa, permite una transición más suave hacia este estado emocional positivo.
  • Sauna: la sauna, al elevar rápidamente la temperatura corporal, induce una liberación más rápida y significativa de endorfinas. Esto produce una sensación de bienestar emocional más inmediata y, a menudo, más intensa, ideal para quienes buscan un "subidón" de energía y ánimo tras la sesión.

4. Ritual de autocuidado

  • Hamam: tradicionalmente, el hamam está asociado con el autocuidado a través de la limpieza y el mimo personal. La combinación de calor, vapor y exfoliación ofrece una experiencia completa de cuidado corporal y mental. Este ritual fomenta la sensación de bienestar y amor propio, lo que puede mejorar la autoestima.
  • Sauna: la sauna también es un acto de autocuidado, aunque más centrado en la desintoxicación rápida a través de la sudoración intensa. Este tipo de práctica genera una sensación de "limpieza interna", lo que contribuye a la satisfacción personal al sentir que se ha cuidado el cuerpo y liberado toxinas.

5. Experiencia sensorial

  • Hamam: la experiencia en el hamam es más envolvente y multisensorial gracias al calor húmedo y el vapor constante. El contacto con el vapor en la piel, la suavidad del ambiente y el sonido del agua crean un espacio sensorialmente rico, ideal para personas que disfrutan de una experiencia más delicada y prolongada.
  • Sauna: la sauna ofrece una experiencia más directa e intensa. El calor seco y la sudoración rápida son sensaciones físicas más contundentes, ideales para quienes buscan una experiencia corporal fuerte. La sensación de calor abrumador puede, en algunos casos, generar una experiencia catártica que libera tensiones físicas y emocionales.

6. Conexión social

  • Hamam: en muchas culturas, el hamam tiene una tradición comunitaria. Compartir este espacio con otras personas genera un ambiente de conexión y bienestar social, fomentando un sentido de pertenencia y apoyo emocional. Es un espacio propicio para la relajación en compañía de amigos o familiares.
  • Sauna: Aunque algunas saunas también se disfrutan en grupo, su entorno más austero y el calor extremo tienden a fomentar una experiencia más individual. No obstante, en algunas culturas, como la finlandesa, las saunas comunitarias también son un espacio de socialización y convivencia.

7. Mejora del sueño

  • Hamam: la relajación progresiva que proporciona el hamam, junto con la disminución de los niveles de cortisol, favorece un estado de calma que mejora la calidad del sueño. Para quienes sufren de insomnio o tienen dificultades para relajarse antes de dormir, el hamam puede ser especialmente beneficioso.
  • Sauna: la sauna también tiene efectos positivos en el sueño, pero a través de una vía diferente. La experiencia intensa del calor, seguida de una sensación de frescor y relajación posterior, tiende a inducir un cansancio físico que puede facilitar el sueño profundo.

8. Sensación de renovación

  • Hamam: la experiencia suave y constante del hamam, combinada con la exfoliación, genera una sensación de renovación física y emocional. El proceso de limpieza profunda de la piel, junto con la relajación gradual, da como resultado una sensación de "renacimiento" que puede mejorar el estado de ánimo y la percepción de vitalidad.
  • Sauna: tras una sesión de sauna, la sudoración intensa y la eliminación de toxinas generan una sensación inmediata de frescura y desintoxicación. Este tipo de "reset" corporal puede ser muy satisfactorio para quienes disfrutan de sensaciones físicas intensas y renovadoras.

¿Cómo se consiguen estos beneficios?

Estos beneficios vienen mediados por una serie de mecanismos de acción fisiológicos ampliamente estudiados:

- Proteínas de choque térmico (HSPs): el calor produce en nuestro organismo este tipo de proteínas que juegan un papel clave en la reparación celular y en la reducción del estrés oxidativo, lo cual tiene implicaciones importantes en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

- Respuesta cardiovascular al calor: tanto la sauna como el hamam aumentan el flujo sanguíneo y la frecuencia cardíaca, mejorando la oxigenación de los tejidos. Este aumento en el flujo sanguíneo tiene efectos protectores a largo plazo sobre el corazón y las arterias.

- Efecto hormonal: la exposición al calor incrementa la producción de la hormona del crecimiento, esencial para la regeneración celular, la reparación de tejidos y el mantenimiento de la masa muscular. Además, la reducción de cortisol (la hormona del estrés) mejora la calidad del sueño y la recuperación física.

Prácticas complementarias

Más allá de acudir a una sauna o un hamam, hay otras prácticas que puede ser interesante explorar ya que también ofrecen muchos beneficios a nuestra salud:

  • Exfoliación en el Hamam: una de las prácticas tradicionales del hamam es el uso de guantes exfoliantes, que eliminan las células muertas de la piel, mejorando la regeneración celular y permitiendo una mejor transpiración.
  • Alternancia con frío: tanto la sauna como el hamam se pueden combinar con duchas frías o baños de inmersión en agua fría. Este contraste de temperaturas mejora la circulación, reduce la inflamación y fortalece el sistema inmune.
  • Suplementación y nutrición: la combinación de estas prácticas con suplementos antioxidantes como vitamina C, vitamina E y glutatión puede ayudar a mitigar el estrés oxidativo generado por el calor y mejorar la recuperación física.
Suplemento nutricional antienvejecimiento

Ideas clave

  • La sauna y el hamam ofrecen beneficios similares para la salud, pero con experiencias sensoriales distintas. Por ejemplo, en la sauna el calor es seco (70-100°C), hay baja humedad (5%-20%), y la sudoración es rápida e intensa.
  • En el hamam, el calor es húmedo (40-50°C), hay alta humedad (casi 100%) y la sudoración es lenta y prolongada.
  • Entre los beneficios fisiológicos de ambas encontramos mejora cardiovascular, desintoxicación, fortalecimiento inmunológico y salud de la piel.
  • También ofrecen una serie de beneficios psicológicos como relajación profunda, desconexión mental, aumento del bienestar emocional.
  • La experiencia sensorial en la sauna es intensa y rápida; en el hamam, prolongada, relajante y multisensorial.
  • El hamam está asociado con el autocuidado a través de la limpieza y el mimo personal, lo que mejora la autoestima. La sauna también es un acto de autocuidado, aunque más centrado en la desintoxicación rápida a través de la sudoración intensa.
  • El hamam es más comunitario, mientras que la sauna tiende a ser una experiencia más individual.
  • El hamam mejora el sueño al provocar una relajación progresiva; mientras que la sauna provoca cansancio físico seguido de relajación.
  • Estos beneficios vienen mediados por una serie de mecanismos de acción fisiológicos ampliamente estudiados: la creación de proteínas de choque térmico (HSPs), el aumento del flujo sanguíneo y la frecuencia cardiaca, la liberación de hormonas como la del crecimiento y la reducción de otras como el cortisol.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

  • Laukkanen T, Khan H, Zaccardi F, Laukkanen JA. Association between sauna bathing and fatal cardiovascular and all-cause mortality events. JAMA Intern Med. 2015 Apr;175(4):542-8. doi: 10.1001/jamainternmed.2014.8187
 
  • Pilch W, Żychowska M, Piotrowska A, Czerwińska-Ledwig O, Mikuľáková W, Sadowska-Krępa E. Effects of Elevated Body Temperature on Selected Physiological Indices and Thermal Stress in Athletes and Non-Athletes. J Hum Kinet. 2022 Nov 8;84:112-123. doi: 10.2478/hukin-2021-0131. 
 
  • Crinnion WJ. Sauna as a valuable clinical tool for cardiovascular, autoimmune, toxicant- induced and other chronic health problems. Altern Med Rev. 2011 Sep;16(3):215-25. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21951023/
 
  • Sears ME, Kerr KJ, Bray RI. Arsenic, cadmium, lead, and mercury in sweat: a systematic review. J Environ Public Health. 2012;2012:184745. doi: 10.1155/2012/184745. Epub 2012 Feb 22. 
 
  • Vendredy L, Adriaenssens E, Timmerman V. Small heat shock proteins in neurodegenerative diseases. Cell Stress Chaperones. 2020 Jul;25(4):679-699. doi: 10.1007/s12192-020-01101-4. 

Redacción: Marcelo Lewin

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

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