Las 6 claves para vivir más con más salud

Las 6 claves para vivir más con más salud

El Principio de Pareto, también conocida como la regla del 80-20, hace alusión al hecho de que en muchas ocasiones unos pocos factores son responsables de la gran parte de un resultado. No es una regla universal y en salud puede ser muy discutible dado que cada organismo además de único es complejo. Pero sí nos puede servir para señalar una lista de intervenciones que han mostrado con mucha evidencia científica tener un impacto en nuestra salud.

Índice

1. Ejercicio regular

Estar en movimiento es consustancial con la salud. A más sedentarismo, más enfermedad. Es así de claro y así de directo.

Los beneficios del ejercicio físico son innumerables: ayuda a mantener un peso saludable, mejora la capacidad cardiovascular, fortalece los huesos y músculos, reduce el estrés y mejora el bienestar general o alargar la esperanza de vida saludable son sólo algunas de sus aportaciones.

Mejores prácticas en esta área:

  • priorizar el ejercicio de fuerza sobre cualquier otro tipo de ejercicio.
  • si se realiza ejercicio aeróbico, sesiones de HIIT son mucho más recomendables.
  • aumentar el NEAT es fundamental, sea cual sea el ejercicio que se practique.
  • para ser sostenible a largo plazo hay que disfrutar de lo que se está haciendo. Afortunadamente, hay literalmente cientos de opciones para practicar ejercicio, sólo se trata de explorar hasta encontrar a la que uno se adapte mejor.
  • hacer ejercicio en compañía es mucho más llevadero. Contar con un grupo con el que compartir experiencias, competir, etc. es una de las formas más sencillas de mantener el hábito a largo plazo.


2. Alimentación Saludable

El papel de la alimentación en la salud es tan vital como muchas veces infraestimado. Literalmente una buena alimentación puede revertir muchas enfermedades crónicas no transmisibles y/o prevenir su aparición.

Mejores prácticas en esta área:

  • no se trata de hacer una dieta o adscribirse a una moda, sino de buscar una forma de alimentarnos que nos guste y que sea saludable ya que sólo de esta manera podremos mantener la adherencia a largo plazo.
  • al principio es mucho más útil restringir alimentos que añadir nuevos. Con retirar los ultraprocesados (incluyendo algunos aceites vegetales) ya habremos realizado un cambio radical y positivo en nuestra alimentación. 
  • teniendo en cuenta este hecho, cualquier alimentación con un equilibrio entre macronutrientes (proteinas, grasas y carbohidratos) puede ser saludable. Así, reemplazaremos los ultraprocesados por vegetales, frutas, frutos secos, legumbres, carne, pescado, etc. Básicamente, se trata de no consumir productos que vengan en una caja… y si vienen en ese formato, que no tengan muchos ingredientes (a modo de ejemplo, unos pepinillos en vinagre o un atún en lata no tienen más de 3 o 4…).
  • la mejor manera de no caer en una tentación… es no estar expuesta a ella. Así, es mejor que en nuestra casa no haya ningún alimento que sepamos no queremos comer. 
  • dicho todo esto, no tenemos que obsesionarnos y ser flexibles. Si comemos algo no saludable de vez en cuando no pasa nada. Disfrutémoslo. Eso sí…, debe ser de manera excepcional.


3. Dormir adecuadamente

Aunque poca gente es consciente, el sueño es la base de nuestra salud. Durante el mismo producen múltiples tareas de reparación y de su calidad dependerá los niveles de energía y hambre que tengamos al día siguiente.

Mejores prácticas en esta área:

  • Mantener una correcta higiene del sueño es fundamental para su calidad y dentro de la misma existen muchísimas prácticas que fomentarán un sueño de calidad:
    • cenar al menos dos o tres horas antes de ir a la cama
    • no exponerse a la luz azul de las pantallas de los dispositivos electrónicos al menos 1 hora antes de dormir
    • realizar en esta hora actividades relajantes
    • mantener la habitación a oscuras y fresca
    • y un largo etcétera que hemos tocado en varios artículos
  • Una de las principales causas del insomnio es el estrés y la ansiedad. Saber gestionarlo es clave para nuestro bienestar
  • Conocer nuestro ritmo circadiano es fundamental para poder descansar bien. Las implicaciones de este conocimiento pasan por ir a dormir todos los días a la misma hora, ajustar la hora de ir a dormir a nuestro cronotipo, dormir las horas suficientes cada noche, exponernos al Sol a lo largo del día en diferentes momentos, etc.


4. Estado Mental

Nuestro estado mental tiene un efecto directo y potente en nuestra salud “física”. Cada segundo, nuestro cuerpo reacciona físicamente frente a nuestros pensamientos. El simple hecho de pensar en algo provoca que el cerebro libere una serie de mensajeros químicos llamados neurotransmisores que pueden controlar todas las funciones del cuerpo, en cascadas de señalización a más bajo nivel, desde la digestión hasta las hormonas o nuestros sentimientos. Si nuestra mente está tranquila y en paz, nuestra salud será óptima.

Mejores prácticas en esta área:

  • la gestión del estrés y la ansiedad son fundamentales. No se trata de evitar situaciones potencialmente estresantes (esto es imposible) sino de saber gestionarlas. Existe un buen número de prácticas, con toda la evidencia científica, que se han mostrado eficaces para esta área:
  • Mantener una tupida red de relaciones sociales nos ayuda a sentirnos bien. La soledad sólo es buena si es buscada.
  • Tener un sentido de propósito en la vida aumenta los niveles de satisfacción con la misma


5. Evitar la exposición a tóxicos

Parece una recomendación evidente, pero no está de más señalar que existen numerosos agentes tóxicos que pueden perjudicar nuestra salud.

Mejores prácticas en esta área:

  • Evitar el consumo de tabaco, alcohol, drogas, etc.
  • No exponerse a entornos con radiación, amianto, etc.
  • “Huir” de situaciones, trabajos o personas que emocionalmente nos perturben.


6. Controlar regularmente la salud

Cada organismo es único, complejo y evoluciona constantemente, de manera que hoy podemos estar sanos pero en 2 días no…

Adicionalmente, no existen en salud recetas universales ni para siempre, de manera que es importante:

  • Conforme se envejece, realizar un chequeo médico periódico. A partir de ciertas edades, por ejemplo a partir de los 60 años, el control anual debería ser una medida de mínimos
  • Revisar nuestros síntomas y percepciones, sin caer en la hipocondría, es importante. No hay nadie que se conozca mejor que uno mismo y, si detectamos algún cambio que pensamos puede ser relevante para la salud, es preciso prestarle atención

¡Son sólo 6 claves... pero seguirlas, supondrá una gran diferencia!

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Ideas clave

  • Estar en movimiento es consustancial con la salud. A más sedentarismo, más enfermedad. Es así de claro y así de directo.
  • Los beneficios del ejercicio físico son innumerables: ayuda a mantener un peso saludable, mejora la capacidad cardiovascular, fortalece los huesos y músculos, reduce el estrés y mejora el bienestar general o alargar la esperanza de vida saludable son sólo algunas de sus aportaciones.
  • Debemos priorizar los ejercicios de fuerza, si se hace ejercicio aeróbico practicar HIIT, aumentar el NEAT, buscar algo que nos guste y hacerlo con más gente.
  • El papel de la alimentación en la salud es tan vital como muchas veces infraestimado. Literalmente una buena alimentación puede revertir muchas enfermedades crónicas no transmisibles y/o prevenir su aparición.
  • Debemos buscar una dieta saludable que se adapte a nosotros, evitar ultraprocesados, evita las tentaciones.
  • Aunque poca gente es consciente, el sueño es la base de nuestra salud. Durante el mismo producen múltiples tareas de reparación y de su calidad dependerá los niveles de energía y hambre que tengamos al día siguiente.
  • Mantener una correcta higiene del sueño es fundamental para su calidad y dentro de la misma existen muchísimas prácticas que fomentarán un sueño de calidad: cenar al menos dos o tres horas antes de ir a la cama, no exponerse a la luz azul de las pantallas de los dispositivos electrónicos al menos 1 hora antes de dormir, realizar en esta hora actividades relajantes, etc.
  • Una de las principales causas del insomnio es el estrés y la ansiedad. Saber gestionarlo es clave para nuestro bienestar
  • Nuestro estado mental tiene un efecto directo y potente en nuestra salud “física”. Si nuestra mente está tranquila y en paz, nuestra salud será óptima.
  • Existe un buen número de prácticas, con toda la evidencia científica, que se han mostrado eficaces para esta área: terapia cognitivo-conductual, realizar deporte, dar paseos en la naturaleza, ejercicios de respiración y / o meditación.
  • Mantener una tupida red de relaciones sociales nos ayuda a sentirnos bien. La soledad sólo es buena si es buscada.
  • Evitar el consumo de tabaco, alcohol, drogas, etc. No exponerse a entornos con radiación, amianto, etc. “Huir” de situaciones, trabajos o personas que emocionalmente nos perturben.
  • Conforme se envejece, realizar un chequeo médico periódico. A partir de ciertas edades, por ejemplo a partir de los 60 años, el control anual debería ser una medida de mínimos.
  • ¡Son sólo 6 claves... pero seguirlas, supondrá una gran diferencia!

Enfermedades relacionadas

Fuente:

  • J. Graham Ruby, Kevin M. Wright, Kristin A. Rand, Amir Kermany, Keith Noto, Don Curtis, Neal Varner, Daniel Garrigan, Dmitri Slinkov, Ilya Dorfman, Julie M. Granka, Jake Byrnes, Natalie Myres and Catherine Ball. Estimates of the Heritability of Human Longevity Are Substantially Inflated due to Assortative Mating. GENETICS November 1, 2018 vol. 210 no. 3 1109-1124; https://doi.org/10.1534/genetics.118.301613

Redacción: Marcelo Lewin

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

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