¿Las pesadillas pueden causar muerte prematura?

Índice

• ¿Las pesadillas pueden matarnos?
• ¿Cómo afectan las pesadillas al envejecimiento?
• ¿Qué podemos hacer?

¿Las pesadillas pueden matarnos?

El estudio quería comprobar si la frecuencia de pesadillas (“nightmares”) está asociada con un envejecimiento biológico más rápido y un mayor riesgo de morir prematuramente.

Para ello, combinaron datos de cuatro grandes estudios a largo plazo en EE UU, que dieron seguimiento a más de 4.000 personas de entre 26 y 74 años. Al principio, los participantes informaron la frecuencia con la que las pesadillas interrumpían su sueño. Durante los siguientes 18 años, los investigadores registraron cuántos participantes murieron prematuramente: 227 en total.

Incluso después de considerar factores de riesgo comunes como la edad, el sexo, la salud mental, el tabaquismo y el peso, se descubrió que las personas que tenían pesadillas cada semana tenían casi tres veces más probabilidades de morir prematuramente, aproximadamente el mismo riesgo que quienes fuman mucho. El envejecimiento biológico acelerado (medido) explicaba aproximadamente el 40 % de ese riesgo adicional de mortalidad.

Incluso pesadillas mensuales (no solo semanales) mostraron una relación con envejecimiento más rápido y mayor mortalidad comparado con personas que casi nunca las tienen.

El equipo también examinó los "relojes epigenéticos": marcas químicas en el ADN que actúan como contadores de kilometraje biológico. Las personas atormentadas por pesadillas frecuentes eran biológicamente mayores que lo que sugerían sus certificados de nacimiento, en los tres relojes utilizados (DunedinPACE, GrimAge y PhenoAge).

¿Cómo afectan las pesadillas al envejecimiento?

Un envejecimiento más rápido representó aproximadamente el 39% del vínculo entre las pesadillas y la muerte prematura, lo que implica que lo que impulsa las pesadillas también impulsa a las células del cuerpo hacia la meta.

Las pesadillas ocurren durante el llamado sueño de movimientos oculares rápidos, cuando el cerebro está muy activo pero los músculos están paralizados. El aumento repentino de adrenalina, cortisol y otras sustancias químicas de lucha o huida puede ser tan fuerte como cualquier cosa experimentada estando despierto. Si esa alarma suena noche tras noche, la respuesta al estrés puede permanecer parcialmente activada durante todo el día.

El estrés continuo afecta negativamente al cuerpo. Provoca inflamación, eleva la presión arterial y acelera el proceso de envejecimiento al desgastar las puntas protectoras de nuestros cromosomas.

Además, despertarse sobresaltado por pesadillas interrumpe el sueño profundo, el momento crucial en el que el cuerpo se repara y elimina los desechos a nivel celular. Juntos, estos dos efectos (estrés constante y falta de sueño) podrían ser las principales razones por las que el cuerpo parece envejecer más rápido.

Ese estrés crónico “no detectado” por estar dormido, sumado a la interrupción del sueño profundo, compromete los procesos de reparación celular y de reposo nocturno.

La idea de que los sueños perturbadores presagian mala salud no es del todo nueva. Estudios anteriores han demostrado que los adultos atormentados por pesadillas semanales son más propensos a desarrollar demencia y enfermedad de Parkinson, años antes de que aparezcan los síntomas diurnos.

Cada vez hay más evidencia que sugiere que las áreas cerebrales involucradas en los sueños también son afectadas por enfermedades cerebrales, por lo que las pesadillas frecuentes podrían ser una señal temprana de problemas neurológicos.

Las pesadillas también son sorprendentemente comunes. Aproximadamente el 5% de los adultos reportan tener al menos una pesadilla a la semana y otro 12,5% las experimenta mensualmente.

¿Qué podemos hacer?

Debido a que son frecuentes y tratables, los nuevos hallazgos elevan las pesadillas de una inquietante molestia a un posible objetivo de salud pública. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio, la terapia de ensayo visual (en la que los pacientes reescriben el final de una pesadilla recurrente mientras están despiertos) y medidas sencillas como mantener las habitaciones frescas, oscuras y sin pantallas han demostrado reducir la frecuencia de las pesadillas.

No obstante, hay que tener en cuenta que el estudio utilizó los propios relatos de los sueños de los participantes, lo que puede dificultar la diferenciación entre una pesadilla típica y una verdadera pesadilla. Además, la mayoría de los participantes del estudio eran estadounidenses blancos, por lo que los hallazgos podrían no ser aplicables a todos.

Y la edad biológica solo se midió una vez, por lo que aún no podemos afirmar si tratar las pesadillas ralentiza el reloj. Fundamentalmente, el trabajo se presentó como resumen de una conferencia y aún no ha superado la revisión por pares.

Si se confirma causalidad en estudios futuros, tratar las pesadillas podría convertirse en una estrategia de salud pública muy eficaz para ralentizar el envejecimiento y reducir la mortalidad prematura.

Es necesario confirmar causalidad: ¿es que las pesadillas aceleran el envejecimiento, o bien otros factores que predisponen a las pesadillas también causan envejecimiento rápido? También investigar si tratar pesadillas (por ejemplo con CBT-I o terapia de imágenes) realmente ralentiza el envejecimiento biológico y reduce la mortalidad y explorar qué subtipos de pesadillas son más peligrosos (frecuencia, intensidad, contenido) y cómo personalizar las intervenciones.