¿Qué es la edad social y cómo nos influye?

¿Qué es la edad social y cómo nos influye?

La edad social es un concepto que se refiere a la percepción y expectativas que la sociedad tiene respecto a las etapas de vida de una persona, y cómo estas percepciones afectan su comportamiento, roles y estatus social. Los estereotipos, prejuicios y discriminaciones que hay en torno a la tercera edad pueden hacer que sintamos que nuestra vida ha acabado a los 65 años y dejemos de tener sueños y objetivos, cuando esta etapa puede ser la mejor de nuestra vida si nos cuidamos y nos olvidamos de estos prejuicios negativos.

Índice

Componentes de la edad social

La edad social es un concepto que se refiere a la percepción y expectativas que la sociedad tiene respecto a cada etapa de la vida. En este caso, hablaríamos de la tercera edad o vejez, en torno a la que hay muchos prejuicios negativos.

A diferencia de la edad cronológica, que se mide en años desde el nacimiento, la edad social está más relacionada con los hitos y roles sociales que se esperan alcanzar en determinados periodos de la vida. Por ejemplo, se espera que los niños asistan a la escuela, que los adultos trabajen y que las personas mayores estén jubiladas y se pasen el día sentados en un parque.

La edad social también está marcada por la consecución de ciertos hitos, como terminar la educación, conseguir un empleo, casarse, tener hijos, y jubilarse. Y, en muchos casos, parece que no hay nada más y que estamos obligados a cumplir con esos hitos o expectativas.

No obstante, la edad social también está marcada por la percepción individual, es decir, la manera en que una persona se identifica con su edad social puede influir en cómo se comporta y en las decisiones que toma. Una persona puede sentirse "joven" o "vieja" socialmente, independientemente de su edad cronológica. Y ahí es donde entra la labor de cada uno: cuidarse, sentirse bien y decidir en cada momento la edad que tenemos, sin dejar que la sociedad nos obligue a ser de una u otra forma.

Importancia de la edad social en nuestra vida

La edad social puede influir en las oportunidades educativas y profesionales. Por ejemplo, se espera que los jóvenes asistan a la universidad o reciban formación profesional, mientras que se espera que los adultos estén desarrollando sus carreras profesionales.

La edad social también afecta cómo las personas se relacionan entre sí. Las expectativas sobre quiénes son tus amigos, compañeros de trabajo o círculos sociales pueden estar influenciadas por la edad social y lo que se supone que es adecuado para cada etapa de la vida.

Las percepciones y expectativas sociales sobre la edad pueden influir en la salud mental y física. Las personas que sienten que están cumpliendo con las expectativas sociales de su edad pueden experimentar mayor bienestar, mientras que aquellos que sienten que no cumplen con estas expectativas pueden experimentar estrés o ansiedad.

Las políticas y programas sociales a menudo se diseñan en torno a categorías de edad social. Por ejemplo, la edad de jubilación, la edad para votar o para recibir beneficios sociales.

En la vejez, se espera que las personas mayores se retiren del trabajo, reciban beneficios de jubilación y asuman roles como abuelos o mentores en la comunidad. Pero las personas mayores de 65 años son mucho más que jubilados o abuelos y todavía tienen mucho que aportar a la sociedad y a las personas que les rodean.

No dejes que el edadismo te influya negativamente

El edadismo, también conocido como discriminación por edad, se refiere a los estereotipos, prejuicios y discriminaciones que se dirigen hacia personas basadas en su edad. Este fenómeno puede afectar a personas de todas las edades, pero es más comúnmente asociado con la discriminación hacia las personas mayores. Por ejemplo, suponer que todas las personas mayores son frágiles, lentas o incapaces de aprender nuevas habilidades tecnológicas. O negar oportunidades de empleo a personas mayores o asumir que no pueden contribuir eficazmente en el lugar de trabajo.

De igual modo, los profesionales de la salud pueden subestimar los problemas de salud de los adultos mayores, atribuyéndolos simplemente al envejecimiento, y no brindar el mismo nivel de atención que a los pacientes más jóvenes.

Por otra parte, la investigación médica a menudo excluye a los adultos mayores, lo que resulta en tratamientos y medicamentos que no están adecuadamente probados para esta población.

Las personas mayores a menudo son representadas de manera negativa en los medios de comunicación, perpetuando estereotipos de fragilidad, dependencia y falta de relevancia. Y a menudo hay una falta de representación de las personas mayores en los medios de comunicación, lo que contribuye a su marginación y falta de reconocimiento en la sociedad, sintiéndose excluidas de actividades sociales o comunitarias debido a su edad, lo que puede conducir al aislamiento y la soledad.

Todas estas actitudes y prejuicios tienen un gran impacto en la salud mental y física:

- disminución de la autoestima

- sentimientos de inutilidad

- depresión

- aislamiento

- renunciar a tratamientos o cuidados médicos

Combatir el edadismo requiere un esfuerzo concertado a nivel individual, social y político para desafiar los estereotipos y prejuicios, promover la inclusión y garantizar que todas las personas sean valoradas y respetadas independientemente de su edad.

Y esto empieza por ti mismo. No dejes que los prejuicios y los estereotipos te impidan hacer ese viaje que deseas, escalar una montaña, apuntarte de nuevo a la universidad, comprarte una moto o lanzarte en paracaídas. Si te cuidas y te mantienes en forma física y mentalmente, no hay nada que no puedas hacer.

Ignora la edad que la sociedad te impone y confía solo en tu edad biológica.

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Ideas clave

  • La edad social es un concepto que se refiere a la percepción y expectativas que la sociedad tiene respecto a cada etapa de la vida. En este caso, hablaríamos de la tercera edad o vejez, en torno a la que hay muchos prejuicios negativos.
  • A diferencia de la edad cronológica, que se mide en años desde el nacimiento, la edad social está más relacionada con los hitos y roles sociales que se esperan alcanzar en determinados periodos de la vida.
  • La edad social también está marcada por la consecución de ciertos hitos, como terminar la educación, conseguir un empleo, casarse, tener hijos, y jubilarse. Y, en muchos casos, parece que no hay nada más y que estamos obligados a cumplir con esos hitos o expectativas.
  • No obstante, la edad social también está marcada por la percepción individual, es decir, la manera en que una persona se identifica con su edad social puede influir en cómo se comporta y en las decisiones que toma.
  • La edad social también afecta cómo las personas se relacionan entre sí. Las expectativas sobre quiénes son tus amigos, compañeros de trabajo o círculos sociales pueden estar influenciadas por la edad social y lo que se supone que es adecuado para cada etapa de la vida.
  • Las percepciones y expectativas sociales sobre la edad pueden influir en la salud mental y física. Las personas que sienten que están cumpliendo con las expectativas sociales de su edad pueden experimentar mayor bienestar, mientras que aquellos que sienten que no cumplen con estas expectativas pueden experimentar estrés o ansiedad.
  • El edadismo, también conocido como discriminación por edad, se refiere a los estereotipos, prejuicios y discriminaciones que se dirigen hacia personas basadas en su edad. Este fenómeno puede afectar a personas de todas las edades, pero es más comúnmente asociado con la discriminación hacia las personas mayores.
  • De igual modo, los profesionales de la salud pueden subestimar los problemas de salud de los adultos mayores, atribuyéndolos simplemente al envejecimiento, y no brindar el mismo nivel de atención que a los pacientes más jóvenes.
  • Las personas mayores a menudo son representadas de manera negativa en los medios de comunicación, perpetuando estereotipos de fragilidad, dependencia y falta de relevancia.
  • Todas estas actitudes y prejuicios tienen un gran impacto en la salud mental y física: disminución de autoestima, sentimientos de inutilidad, depresión, aislamiento, etc.
  • Combatir el edadismo requiere un esfuerzo concertado a nivel individual, social y político para desafiar los estereotipos y prejuicios, promover la inclusión y garantizar que todas las personas sean valoradas y respetadas independientemente de su edad.
  • Y esto empieza por ti mismo. No dejes que los prejuicios y los estereotipos te impidan hacer ese viaje que deseas, escalar una montaña, apuntarte de nuevo a la universidad, comprarte una moto o lanzarte en paracaídas. Si te cuidas y te mantienes en forma física y mentalmente, no hay nada que no puedas hacer.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

  • Ayalon, L., & Tesch-Römer, C. (Eds.). (2018). Contemporary Perspectives on Ageism. Springer.
 
  • Levy, B. R., & Macdonald, J. L. (2016). Ageism. In The Wiley Blackwell Encyclopedia of Adulthood and Aging (pp. 1-5). Wiley-Blackwell.
 
  • Nelson, T. D. (2016). Promoting Healthy Aging by Confronting Ageism. American Psychologist, 71(4), 276-282.
 
  • Palmore, E. B., Branch, L., & Harris, D. K. (2005). Encyclopedia of Ageism. Haworth Press.
 
  • WHO. (2021). Global Report on Ageism. World Health Organization.

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

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