Mayores sí, acabados no

Mayores sí, acabados no

El 1 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores para dar visibilidad a esa parte de la población cada vez más numerosa a la que apenas se tiene en cuenta, como si no tuvieran nada que aportar a la sociedad. En un momento en el que buscamos vivir cada vez más años, respetar y cuidar a nuestros mayores, así como conseguir que tengan una vejez cada vez más saludable y activa, es fundamental para el avance de toda la sociedad.

Índice

La importancia de los mayores a lo largo de la Historia

El papel de los mayores y su importancia en el devenir de su sociedad han ido cambiando mucho a lo largo de la Historia. En la prehistoria la vida era muy dura y complicada y pocas eran las personas que superaban los 30 años. A estos “afortunados” se les consideraba personas de gran sabiduría y ocupaban puestos especiales en la jerarquía social como chamanes y brujos. Eran referentes para los más jóvenes, por lo que gozaban de gran prestigio e influencia. Incluso las mujeres de mayor edad tenían una gran influencia al ser transmisoras de su sabiduría y experiencia. 

En la sociedad egipcia las personas alcanzaban más edad, por lo que ya se habla de ellos en términos de envejecimiento, pérdidas de algunas capacidades como el oído o la vista, debilidad física… a pesar de ello, seguían gozando de prestigio social y representaban la sabiduría. 

En la Grecia antigua se sentaron las bases de nuestra sociedad Occidental y es aquí donde se empieza a deteriorar el concepto de vejez ya que los griegos eran amantes de la perfección, la juventud y la belleza, por lo que la vejez era considerada un castigo. No obstante, seguía existiendo un concepto positivo del anciano como transmisor de sabiduría e incluso hubo algunas épocas en las que los ancianos formaron parte del poder. 

Lo que sí empieza a desvirtuarse es el papel de la mujer, quedando relegada al papel de cuidadora, por lo que pierde su prestigio y poder, que no recuperará hasta hace bien poco.

En Roma había una visión positiva del anciano, que además tenía gran autoridad al ser el responsable de la familia (pater familias) y de los esclavos. Incluso durante la República el poder estaba en manos de hombres de avanzada edad. Sin embargo, a partir del siglo I a.C. los valores predominantes en la sociedad romana sufrieron un cambio y los ancianos empezaron a perder su prestigio y a ser menospreciados. 

Este declive se acentúa con la llegada de la Edad Media y, a partir del siglo V d.C., los ancianos empieza a verse de manera negativa e incluso la sociedad los rechaza. Esta sociedad otorgaba mucho valor a la fuerza física al ser una etapa llena de batallas y luchas, por lo que a los ancianos se les consideraba débiles. Esto hizo que a las personas relevantes de la sociedad se les permitiera retirarse en su vejez a un monasterio para alejarse de la brutalidad de la época, con una clara diferencia entre el anciano de clase baja y el noble protegido en su castillo o en un monasterio si tenía dinero para ello. 

El Renacimiento es la peor etapa para la vejez ya que vuelven las ideas de la Grecia clásica y su culto a la juventud, rechazando la fealdad y la vejez. Aparece además un nuevo invento que supondrá un antes y un después en la transmisión de sabiduría: la imprenta, que registra de manera más rápida todos los saberes, con lo que los ancianos dejan de tener ese papel importante de transmisores de sabiduría. 

El Mundo Moderno trajo la transformación del poder político y la relevancia de la tercera clase. Surge el funcionariado y lo que conocemos hoy en día como la jubilación. En este momento el cuidado de los ancianos deja de corresponder exclusivamente a la familia y pasa también a ser responsabilidad de los poderes públicos.

Llegados ya al Mundo Contemporáneo, los cambios y transformaciones tan veloces hacen que los ancianos no se adapten y sean incapaces de progresar y estar al día, por lo que el concepto de vejez es negativo, sin contar la importancia que se le da actualmente a la apariencia física, primando la juventud y la belleza, por lo que las arrugas o las canas son algo negativo. Además, los avances médicos han hecho que la gente cada vez viva más, por lo que la población mayor aumenta, pero las familias también cambian, quedando muchos mayores desprotegidos. Empieza a producirse el fenómeno de la soledad entre las personas mayores, especialmente los que viven en zonas urbanas.

La incorporación de la mujer al trabajo hace que sea complicado cuidar de los mayores, por lo que surgen las Residencias para ocuparse de esta tarea. 

Sin embargo, la visión de la tercera edad no es igual en todas las culturas. Por ejemplo, en casi todos los países del continente asiático existe un enorme respeto a los ancianos; mientras que en Europa o Estados Unidos son vistos muchas veces como una carga. Además, es cierto que viven mucho más, pero la mayoría de las veces llegan a los 90 años en malas condiciones de salud física y mental y con nula independencia, lo que hace que se hable de ellos de manera despectiva. Y no es culpa suya, nadie les explicó que fumar, llevar una dieta poco saludable, no hacer ejercicio físico o dormir poco podría llevarles a una vejez nada agradable. 

La parte buena es que se está intentando replantear y cambiar esta visión de las personas mayores y volver al concepto original de sabiduría y experiencia, además de mejorar sus cuidados y conseguir que lleguen a esta edad en mejores condiciones. 

Y es que no es necesario llegar en malas condiciones a los 80 o los 90 años, es posible vivir más y con una buena calidad de vida, solo hace falta saber desde jóvenes qué debemos hacer para que nuestra vejez no esté marcada por la enfermedad y la discapacidad.

La empoderación de las personas mayores

Así que ha llegado el momento de reivindicar el papel de los mayores y afirmar de manera clara y rotunda que la vida no se acaba tras la jubilación, sino que empieza el mejor momento de nuestra vida, si sabemos cuidarnos y llegar a esta edad en buenas condiciones de salud, claro.

Para empezar, en un momento en el que es complicado asegurar el sistema de pensiones, parece que aumentar la edad de jubilación, sobre todo en ciertos sectores, hasta los 70 años no es ninguna locura. Aprovechar toda la experiencia y la sabiduría de personas que llevan toda su vida trabajando y mejorando en un sector concreto puede ser bueno para las empresas y la sociedad en general.

Además, los abuelos no tienen por qué quedar relegados al papel de cuidadores de sus nietos, pueden seguir aprendiendo, estudiando y viajando, disfrutando de esta etapa de jubilación más que en todos sus años de estrés y vida laboral.

Pero para poder disfrutar de esta tercera edad hay que empezar a cuidarse desde los 40 años y evitar todos aquellos hábitos nocivos que aceleran nuestro envejecimiento y aumentan el riesgo de enfermedades crónicas graves como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las neurodegenerativas…


¿Cómo llegar a la tercera edad activos y vitales?

La vida ha cambiado muchísimo en los últimos 50 años, así como el conocimiento que tenemos de algunos temas como por qué envejecemos y cómo retrasar este proceso inevitable. Nuestros padres no tuvieron esa suerte y han llegado como han podido a la tercera edad, pero ahora que tenemos esa información, y ya sabemos que la información es poder, debemos ponerla en práctica desde ya para no solo conseguir vivir más años, sino poder llegar a los 100 años en un estado de salud que nos permita seguir disfrutando de la vida. ¿Cómo? Siguiendo unos sencillos consejos:

1- Seguir una dieta saludable basada en alimentos frescos y naturales, nada de ultraprocesados. Además, hay que mantenerse bien hidratados bebiendo unos 2 litros de agua al día, restringir las calorías que consumimos desde los 40 años e incluso, si nuestra salud nos lo permite, hacer algún tipo de ayuno intermitente. 

2- Mantener unos niveles adecuados de todos los nutrientes esenciales y, en caso de necesidad, tomar suplementos dietéticos. 

3- Evitar el sobrepeso y la obesidad.

4- Tomar suplementos antienvejecimiento que contengan sustancias antioxidantes que nos ayuden a luchar contra los radicales libres para evitar la oxidación que acelera el proceso de envejecimiento.

5- Evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico a diario. El ejercicio nos ayuda a evitar el desarrollo de ciertas enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la obesidad, algunos tipos de cáncer, el Alzheimer… Asimismo, mantiene la salud de nuestros huesos y fortalece la masa muscular, evitando problemas que limitan nuestra movilidad como la osteoporosis o la sarcopenia. La actividad física también mejora la coordinación y el equilibrio, haciendo que seamos menos dependientes.

Lo más recomendado en personas mayores es el ejercicio aeróbico durante mínimo 15-30 minutos al día, combinados con ejercicios de fuerza para retrasar el envejecimiento y mantener el sistema osteomuscular. 

6- Evitar el estrés y la ansiedad que aumentan el riesgo de enfermedades que acortan la vida. Para ello, se puede realizar yoga, taichí, meditación, ejercicios de relajación, etc.

7- Cuidar las relaciones sociales. Evitar el aislamiento es fundamental para evitar enfermedades neurodegenerativas; además, mantener una buena relación de pareja y amigos nos ayuda a tener mejores hábitos de vida, ser más felices y, por lo tanto, vivir más. 

8- Dormir bien y respetar nuestro ritmo circadiano. Es normal que los ritmos circadianos cambien al llegar a la tercera edad y que necesitemos dormir menos horas, pero es importante seguir durmiendo al menos 7 horas al día para mantener nuestra salud. 

9- Mantener un propósito de vida está asociado a una mejor salud física y mental y con mayores niveles de la calidad de vida en general.

10- Evitar sustancias nocivas como el tabaco o el alcohol. El sol es beneficioso en su justa medida ya que nos ayuda a sintetizar la vitamina D y estar más felices, pero no debemos exponernos al sol más de 15 minutos seguidos sin protección solar ya que los rayos UVA y UVB aumentan el riesgo de cáncer de piel.

11- Mantener contacto con la naturaleza aumenta nuestra esperanza de vida y nos hace sentir más jóvenes y saludables. Además, la naturaleza nos evoca tranquilidad, calma e imaginación. 

12- Tener una actitud positiva siempre, incluso ante los reveses de la vida, nos ayuda a evitar ciertas enfermedades y problemas y recuperarnos mejor cuando nos ocurre algo. La amabilidad y el altruismo también contribuyen a aumentar nuestra esperanza de vida. 

Si sigues estos consejos, podrás celebrar durante muchos años el Día Internacional de las Personas Mayores con buena salud y calidad de vida. 

AgeSwitch Antienvejecimiento

Ideas clave

  • El papel de los mayores y su importancia en el devenir de su sociedad han ido cambiando mucho a lo largo de la Historia. En la prehistoria la vida era muy dura y complicada y pocas eran las personas que superaban los 30 años. A estos “afortunados” se les consideraba personas de gran sabiduría y ocupaban puestos especiales en la jerarquía social como chamanes y brujos.
  • En la sociedad egipcia las personas alcanzaban más edad, por lo que ya se habla de ellos en términos de envejecimiento, pérdidas de algunas capacidades como el oído o la vista, debilidad física… a pesar de ello, seguían gozando de prestigio social y representaban la sabiduría. 
  • En la Grecia antigua se sentaron las bases de nuestra sociedad Occidental y es aquí donde se empieza a deteriorar el concepto de vejez ya que los griegos eran amantes de la perfección, la juventud y la belleza, por lo que la vejez era considerada un castigo.
  • En Roma había una visión positiva del anciano, que además tenía gran autoridad al ser el responsable de la familia (pater familias) y de los esclavos. Incluso durante la República el poder estaba en manos de hombres de avanzada edad. Sin embargo, a partir del siglo I a.C. los valores predominantes en la sociedad romana sufrieron un cambio y los ancianos empezaron a perder su prestigio y a ser menospreciados. 
  • Este declive se acentúa con la llegada de la Edad Media y, a partir del siglo V d.C., los ancianos empieza a verse de manera negativa e incluso la sociedad los rechaza.
  • El Renacimiento es la peor etapa para la vejez ya que vuelven las ideas de la Grecia clásica y su culto a la juventud, rechazando la fealdad y la vejez. Aparece además un nuevo invento que supondrá un antes y un después en la transmisión de sabiduría: la imprenta, que registra de manera más rápida todos los saberes, con lo que los ancianos dejan de tener ese papel importante de transmisores de sabiduría. 
  • El Mundo Moderno trajo la transformación del poder político y la relevancia de la tercera clase. Surge el funcionariado y lo que conocemos hoy en día como la jubilación. En este momento el cuidado de los ancianos deja de corresponder exclusivamente a la familia y pasa también a ser responsabilidad de los poderes públicos.
  • Llegados ya al Mundo Contemporáneo, los cambios y transformaciones tan veloces hacen que los ancianos no se adapten y sean incapaces de progresar y estar al día, por lo que el concepto de vejez es negativo, sin contar la importancia que se le da actualmente a la apariencia física, primando la juventud y la belleza, por lo que las arrugas o las canas son algo negativo.
  • Sin embargo, la visión de la tercera edad no es igual en todas las culturas. Por ejemplo, en casi todos los países del continente asiático existe un enorme respeto a los ancianos; mientras que en Europa o Estados Unidos son vistos muchas veces como una carga.
  • La parte buena es que se está intentando replantear y cambiar esta visión de las personas mayores y volver al concepto original de sabiduría y experiencia, además de mejorar sus cuidados y conseguir que lleguen a esta edad en mejores condiciones. 
  • Así que ha llegado el momento de reivindicar el papel de los mayores y afirmar de manera clara y rotunda que la vida no se acaba tras la jubilación, sino que empieza el mejor momento de nuestra vida, si sabemos cuidarnos y llegar a esta edad en buenas condiciones de salud, claro.
  • Pero para poder disfrutar de esta tercera edad hay que empezar a cuidarse desde los 40 años y evitar todos aquellos hábitos nocivos que aceleran nuestro envejecimiento y aumentan el riesgo de enfermedades crónicas graves como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las neurodegenerativas…
  • Sigue una dieta sana, evita el sobrepeso, toma suplementos, evita el sedentarismo, evita el estrés, cuida las relaciones sociales, duerme bien, mantén un propósito de vida, evita sustancias nocivas, mantén contacto con la naturaleza, ten una actitud positiva.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

   
  • Smith L, Yang L, Veronese N, Soysal P, Stubbs B, Jackson SE. Sexual Activity is Associated with Greater Enjoyment of Life in Older Adults. Sex Med. 2019 Mar;7(1):11-18. doi: 10.1016/j.esxm.2018.11.001

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

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