Se pueden evitar más de 30 tipos de cáncer haciendo ciertos cambios en nuestro estilo de vida

Índice

• ¿Cómo aumenta nuestro estilo de vida a la posibilidad de desarrollar cáncer?
• ¿Qué hábitos de vida debemos desterrar si queremos vivir más?

¿Cómo aumenta nuestro estilo de vida a la posibilidad de desarrollar cáncer?

El cáncer sigue siendo un problema de salud importante y las investigaciones indican que el número total de casos sigue aumentando.

Si bien se recomienda llevar un estilo de vida saludable para reducir el riesgo de enfermedad, parece que ciertos factores y hábitos pueden tener un impacto mayor en el desarrollo del cáncer de lo que se pensaba anteriormente.

Por eso, los científicos de la Sociedad Estadounidense del Cáncer han identificado hábitos comunes que contribuyen a cuatro de cada diez casos de cáncer en los Estados Unidos. Estos mismos factores también se asociaron con aproximadamente la mitad de todas las muertes por cáncer en el país.

Entre los hábitos que estudiaron figuraban el tabaquismo; humo de segunda mano; exceso de peso corporal; consumo de alcohol; consumo de carnes rojas y procesadas; bajo consumo de frutas y verduras, fibra dietética y calcio dietético; inactividad física; radiación ultravioleta; y siete infecciones cancerígenas (infección por el virus de Epstein-Barr (VEB), Helicobacter pylori, virus de la hepatitis B (VHB), virus de la hepatitis C (VHC), herpesvirus humano-8 (HHV-8; también llamado herpesvirus del sarcoma de Kaposi), virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el virus del papiloma humano (VPH).

En 2019, se estima que el 40 % de todos los cánceres incidentes (excluidos los cánceres de piel no melanoma) y el 44 % de todas las muertes por cáncer en adultos de 30 años o más en los Estados Unidos fueron atribuibles a estos factores evaluados.

El tabaquismo fue el principal factor de riesgo que contribuyó a los casos y muertes por cáncer en general (19,3% y 28,5%, respectivamente), seguido del exceso de peso corporal (7,6% y 7,3%, respectivamente) y el consumo de alcohol (5,4% y 4,1%, respectivamente). Además, el tabaquismo contribuyó al 56 % de todos los cánceres potencialmente prevenibles en hombres (206.550 de 368.600) y al 39,9 % en mujeres (137.520 de 344.740).

Cuando se desglosa por tipo de cáncer, la proporción de casos causados por factores de riesgo potencialmente modificables osciló entre el 100 % para el cáncer de cuello uterino y el sarcoma de Kaposi y el 4,9 % para el cáncer de ovario, con más de la mitad de los casos correspondientes a 19 de los 30 tipos de cánceres evaluados atribuibles a estos factores.

Además, más del 80 por ciento de todos los melanomas de piel y cánceres de ano, garganta, pulmones y boca fueron atribuibles a factores de riesgo evaluados. El cáncer de pulmón tuvo el mayor número de casos atribuibles a factores de riesgo evaluados tanto en hombres (104.410 casos) como en mujeres (97.250), seguido del melanoma de piel (50.570) y el cáncer colorrectal (44.310). En los hombres, el cáncer de vejiga urinaria tuvo la mayor cantidad de casos (32.000), mientras que en las mujeres, los cánceres de mama (83.840), endometrial (35.790) y colorrectal (34.130) fueron los más comunes.

Estos datos son generalmente comparables a los de estudios recientes que utilizan métodos similares. Por ejemplo, un estudio anterior estimó que el 4,3 % de los casos de cáncer entre personas de 20 años o más en los Estados Unidos en 2017 fueron atribuibles a las infecciones. En otro estudio, proporciones más altas de cese del cáncer (7,4 %) y muertes (7,7 %) entre adultos estadounidenses en 2017 atribuibles a factores dietéticos a lo largo de la vida, en comparación con este estudio (4,2% y 4,3%, respectivamente), lo que puede deberse en parte a la inclusión del consumo de bebidas azucaradas en ese estudio porque puede aumentar el riesgo de cánceres asociados con la obesidad al contribuir a la obesidad.

Un aumento en el número de casos atribuibles a algunos tipos de cáncer, como el de mama y de páncreas, puede reflejar además un aumento continuo en las tasas de incidencia.

La diferencia más notable fue un aumento en el número de tipos de cáncer asociados con la inactividad física, de tres en el estudio anterior a siete según una evaluación más reciente de la evidencia.

¿Qué hábitos de vida debemos desterrar si queremos vivir más?

1. Tabaco

Como decíamos, el tabaquismo sigue siendo el principal contribuyente a los casos de cáncer y muertes tanto en hombres (22,7% y 32,2%, respectivamente) como en mujeres (15,8% y 24,4%, respectivamente). Como tal, la ampliación de los programas integrales de control del tabaco puede tener el mayor impacto en la reducción de los casos y las muertes por cáncer. Entre las políticas de control del tabaco, el aumento del precio de los cigarrillos mediante impuestos especiales ha mostrado el efecto más fuerte en los Estados Unidos.

También hay que fortalecer la implementación de otras medidas efectivas para reducir el tabaquismo, incluidas leyes antitabaco, asistencia para dejar de fumar, etiquetas de advertencia y campañas en los medios, y prohibiciones de comercialización.

Aunque la prevalencia del tabaquismo ha disminuido drásticamente durante las últimas décadas, es necesario un mayor compromiso político para el control del tabaco para reducir sustancialmente la carga de enfermedades causadas por el tabaquismo ya que no es solo cáncer, hay muchas más.

Es importante mejorar el apoyo para dejar de fumar porque dejar de fumar en todas las edades, especialmente en las más jóvenes, se asocia con una reducción sustancial del riesgo excesivo de mortalidad por cáncer asociado con el tabaquismo.

Además, la realización de las pruebas de detección de cáncer de pulmón recomendadas entre los fumadores actuales y anteriores de alto riesgo sigue siendo baja.

2. Exceso de peso corporal, consumo de alcohol, factores dietéticos e inactividad física

Estimaron que de todos los casos de cáncer y muertes en los Estados Unidos, casi entre el 7% y el 8% fueron atribuibles al exceso de peso corporal, entre el 4% y el 5% fueron atribuibles al consumo de alcohol, el 4% fueron atribuibles a factores dietéticos (todos los factores dietéticos evaluados combinados), y el 3% fueron atribuibles a la inactividad física.

Entre los factores dietéticos, el bajo consumo de frutas y verduras contribuyó a la mayoría de los casos y muertes por cáncer. La combinación de exceso de peso corporal, consumo de alcohol, factores dietéticos e inactividad física contribuyó a la mayor proporción de todos los casos de cáncer en mujeres (casi una cuarta parte de todos los casos) y ocupó el segundo lugar después del tabaquismo en los hombres (una sexta parte de todos los casos).

Estos cuatro factores de riesgo combinados también contribuyeron a la segunda proporción más alta de muertes por cáncer en ambos sexos, es decir, casi una quinta parte de todas las muertes por cáncer en hombres y una cuarta parte de todas las muertes por cáncer en mujeres.

Estos hallazgos sugieren que mantener un peso corporal saludable, dejar o limitar el consumo de alcohol (para quienes beben), consumir una dieta saludable y ser físicamente activo puede reducir sustancialmente el número de casos de cáncer y muertes. Esta conclusión es consistente con los resultados de varios estudios previos que han demostrado un riesgo reducido de desarrollar y morir por cáncer en personas que siguen pautas integrales sobre peso, nutrición y actividad física.

Es de destacar que la prevalencia de la obesidad y la obesidad grave entre los adultos y niños estadounidenses ha aumentado sustancialmente durante las últimas décadas. Actualmente, el 42% de los adultos de 20 años o más y el 20% de los niños y adolescentes de 2 a 19 años se ven afectados por la obesidad. Además, más de la mitad (54%) de los adultos de 21 años o más informaron haber consumido alcohol en el último mes en y solo el 12% de las personas de 18 años o más cumplieron con las recomendaciones de consumo de vegetales y fruta.

Por eso, hay que hacer más hincapié en la necesidad de seguir una dieta sana y realizar actividad física diaria a todos los niveles. Ejemplos de promoción de una dieta saludable incluyen aumentar la disponibilidad de opciones de alimentos y bebidas asequibles y más saludables en las máquinas expendedoras en escuelas, lugares de trabajo y lugares públicos; programas educativos; facilitación del establecimiento de mercados de agricultores y tiendas de comestibles, especialmente en barrios históricamente marginados; y limitación de anuncios de alimentos y bebidas menos saludables. Los impuestos sobre las bebidas azucaradas han mostrado resultados prometedores en términos de reducción de compras y consumo, lo que puede ayudar a reducir la obesidad en la población.

Ejemplos de promoción de la actividad física incluyen mejorar el entorno construido (por ejemplo, mejorar las rutas propicias para la actividad hacia destinos cotidianos, el transporte público y el acceso a lugares para la actividad física, como parques y aceras seguras), programas escolares y juveniles (por ejemplo, programas bien diseñados educación física y actividades antes y después de la escuela), apoyo individual y social, y campañas comunitarias.

También se recomiendan estrategias para reducir el consumo de alcohol, incluido el fortalecimiento de las restricciones sobre la disponibilidad de alcohol y la aplicación estricta de las leyes relativas a la edad mínima para beber y el aumento de los precios de las bebidas alcohólicas a través de impuestos.

3. Radiación ultravioleta

Casi el 93% de todos los casos y muertes por melanoma de piel en los Estados Unidos son atribuibles a la radiación ultravioleta. Aunque los cánceres de piel no melanoma son generalmente menos mortales que el melanoma, son mucho más comunes.

Se han recomendado varias medidas de protección solar para reducir el riesgo de cáncer de piel. Estas medidas incluyen limitar la exposición excesiva al sol (p. ej., evitar la exposición directa al sol entre las 10 a. m. y las 4 p. m.); usar ropa protectora, sombrero y gafas de sol; y la aplicación regular de protectores solares de amplio espectro que bloqueen los rayos UVA y UVB con un factor de protección solar de 30 o más.

Las intervenciones tempranas en la vida son muy importantes porque la exposición excesiva a los rayos UV en las primeras etapas de la vida puede tener un gran impacto en el riesgo eventual de cáncer de piel.

4. Infecciones

Aproximadamente entre el 3 y el 4% de todos los casos de cáncer y muertes en este estudio fueron atribuibles a infecciones. La infección por VPH contribuyó a la mayor proporción de casos de cáncer (1,8%) y muertes (1,2%) atribuibles a cualquier infección cancerígena evaluada en este estudio. La incidencia y las tasas de mortalidad del cáncer de cuello uterino han ido disminuyendo desde mediados del siglo XX, principalmente debido al uso generalizado de pruebas de detección del cáncer de cuello uterino. Entre las mujeres de 24 años y menos, la disminución de las tasas de incidencia de cáncer de cuello uterino se ha acelerado sustancialmente en años más recientes debido a la vacunación contra el VPH, aunque sigue siendo mucho más baja de lo recomendable. Se necesitan esfuerzos concertados para aumentar la cobertura de la vacunación contra el VPH y así reducir la carga del cáncer de cuello uterino y otros cánceres relacionados con el VPH (incluyen casos de cáncer de boca y esófago en hombres).

Después de la infección por VPH, la infección por VHC ocupó el segundo lugar entre las infecciones cancerígenas en hombres (alrededor del 1%). La prevalencia de la infección crónica por VHC en los Estados Unidos aumentó en la segunda mitad del siglo XX, principalmente en personas nacidas entre 1945 y 1965, entre las cuales la prevalencia del VHC en 2013-2016 fue varias veces mayor que en individuos de otras cohortes de nacimiento. Esta tendencia fue seguida por aumentos en la incidencia de cáncer de hígado y en las tasas de mortalidad en ambos sexos hasta mediados de la década de 2010, después de lo cual las tasas de incidencia se estabilizaron en los hombres y continuaron aumentando en mujeres a un ritmo más lento. Sin embargo, se han observado aumentos sustanciales en las tasas de infección aguda por VHC asociadas con la epidemia de opioides en adultos más jóvenes en las últimas dos décadas.

La detección temprana de infecciones crónicas por VHC es importante porque los antivirales orales de acción directa son muy eficaces en el tratamiento y pueden reducir el cáncer de hígado relacionado con el VHC.

La infección por H. pylori contribuyó a aproximadamente el 1% de todos los casos y muertes por cáncer. La prevalencia de la infección por H. pylori en los Estados Unidos ha disminuido en el último siglo, probablemente debido a mejoras en el saneamiento y las condiciones de vida y al uso más generalizado de antibióticos, seguido de una disminución en las tasas de cáncer gástrico no cardíaco. Actualmente, las pruebas de detección para H. pylori solo se recomienda para personas con ciertas afecciones, como úlcera péptica activa o pasada, linfoma de tejido linfoide asociado a la mucosa gástrica de bajo grado o antecedentes de resección endoscópica de cáncer gástrico temprano, y las personas con resultados positivos deben se les ofrecerá tratamiento. No hay evidencia que respalde la detección sistemática en otras personas.