¿Y si el (buen) sexo es cosa de mayores?

¿Y si el (buen) sexo es cosa de mayores?

El sexo es parte esencial de nuestra vida. Los seres humanos somos seres sexuales y, como tal, necesitamos que el sexo forme parte de nuestra vida. Además, el sexo nos ayuda a sentirnos mejor, evitar ciertas dolencias e incluso vivir más. El problema es que, muchas veces, asociamos sexo con adolescencia, juventud y hormonas, pensando que la vida sexual de una persona termina conforme nos hacemos mayores. Pero nada más lejos de la realidad, el sexo sigue pasada la barrera de la madurez y en la tercera edad y, no solo eso, puede ser mejor que nunca y ayudarnos a aumentar nuestra esperanza de vida. 

Índice

¿Cómo cambia la sexualidad conforme se envejece?

Empecemos por los hombres… ¡Sí, los hombres también tenéis problemas de libido!

Existe la falsa creencia de que la libido de los hombres es infalible, siempre está arriba y nunca disminuye. Absurdo, ¿verdad? Somos seres vivos y todo en este planeta en el que vivimos da vueltas, sube y baja. Así que primer descubrimiento del día: los hombres también podéis sufrir una bajada de libido y es lo más natural del mundo. 

Durante la juventud es raro que los hombres presenten condicionantes biológicos o físicos que puedan afectar a su deseo sexual. Pero esto no significa que no pase, se pueden presentar factores psicológicos como la depresión, la ansiedad y el estrés o problemas con la pareja que condicionen la vida sexual. En otras ocasiones puede deberse a un problema crónico resultante de una experiencia sexual traumática en la infancia o por haber aprendido a reprimir los pensamientos sexuales. También la ingesta de algunos fármacos pueden reducir notablemente las concentraciones de testosterona y, en consecuencia, de la libido. 

Durante la vida adulta, cuando se plantea la paternidad, muchos hombres también sufren una bajada pronunciada de la libido. Sus miedos les provocan ansiedad y dejan de desear tener relaciones con su pareja, pensando que puede ser peligroso para la criatura. Sin embargo, no hay que tener miedo ya que, a no ser que haya contraindicaciones, es totalmente seguro mantener relaciones durante el embarazo.

Pero las alteraciones más comunes del deseo sexual masculino sí están muy relacionadas con la edad y la fecha clave está en torno a los 50 años. Al igual que las mujeres atraviesan la menopausia a esta edad, momento en el que sus hormonas sexuales descienden bruscamente, la mayoría de los varones comienza a sufrir un descenso progresivo de la testosterona (hormona masculina). Esto no implica que comiencen a aparecer obstáculos para el desarrollo de sus relaciones sexuales, el mayor problema aparece cuando ese descenso se produce de manera muy brusca. Esa bajada de testosterona recibe el nombre de andropausia y, en algunos casos, hasta puede acarrear problemas de erección, cansancio, irritabilidad y descenso del deseo sexual. Este déficit excesivo de testosterona se presenta en el 11% de hombres de 40 a 70 años.

La buena noticia es que existen tratamientos para mejorar el deseo sexual, las erecciones nocturnas y la frecuencia de relaciones sexuales. En los casos no tan severos, la suplementación natural con plantas que han demostrado evidencia en la mejora de la libido puede funcionar.

De forma simultánea, se suele producir alrededor de los 45 años un crecimiento progresivo de la próstata, lo cual obliga a los hombres a tener que acudir al baño más veces y orinar con mayor dificultad. Esto, el seguramente descenso de la actividad sexual ya sea por falta de tiempo, energía o ánimos y la falta de deseo, afectan seriamente a la salud y a la calidad de vida. 

Pero todos estos problemas pueden tener fácil solución si los identificamos y los tratamos. La vergüenza no es excusa para no seguir disfrutando de las relaciones sexuales. 

Y las mujeres… siempre condicionadas por las hormonas

La libido y el deseo sexual en las mujeres están muy condicionados por las hormonas, pero también por la mente. De hecho, para muchos, el cerebro es el órgano más importante si hablamos del sexo en las mujeres.

En cuanto a las hormonas, empecemos por las fluctuaciones que sufrimos durante el ciclo menstrual. Desde los 12 o 13 años con la primera regla o menarquía, hasta los 50 años con la última menstruación al llegar la menopausia, en cada ciclo menstrual nuestras hormonas suben y bajan causando una serie de síntomas entre los que encontramos variaciones considerables en la libido. Eso hace que, en los días más fértiles, que suelen situarse a mitad del ciclo, sintamos muchas más ganas de mantener relaciones sexuales, sensación que va disminuyendo hasta que nos baja la regla.

Después, si decidimos tener hijos, pasaremos por una auténtica revolución hormonal durante el embarazo y el posparto que afectará de muchas formas diferentes a nuestra sexualidad. Durante la gestación, lo normal es que apenas tengamos ganas de sexo en el primer trimestre, aunque la libido suele aumentar en el segundo ya que se produce una mayor vascularización y congestión de los tejidos que envuelven la vagina, así como una mayor lubricación, lo cual puede aumentar la excitación y mejorar el orgasmo. Esta etapa que viven tantas mujeres es uno de los momentos con más variaciones en cuanto a deseo sexual se refiere. Y de nuevo en el tercer trimestre la libido vuelve a descender. Aunque cada mujer es un mundo.

Y tras la llegada del bebé, el dolor, el cansancio, la lactancia… hacen que lo habitual sea que se den unos cuantos meses de sequía hasta que las hormonas y las rutinas van volviendo a su cauce.

Y eso sin hablar de los anticonceptivos hormonales. El más usado es la píldora anticonceptiva, pero, lamentablemente, uno de sus efectos secundarios más habituales es la pérdida de libido, lo que de nuevo incide en nuestra sexualidad. Si una mujer tiene menos testosterona y estrógeno, sus ganas de tener sexo pueden verse afectadas y eso es lo que hace la píldora anticonceptiva. Esta apatía sexual puede desencadenar en una frustración con su pareja o ellas mismas al no saber el origen de esta falta de deseo aparentemente inexplicable. Incluso pensar que la relación de pareja se ha acabado, porque decae la pasión, cuando hay un origen fisiológico que es el causante.

Y por fin llegamos a la menopausia, el final de nuestros ciclos ovulatorios debido a un descenso de los estrógenos que provocan muchos síntomas, entre los que se encuentran un descenso de la libido. Además, la caída en los niveles de estrógenos puede afectar directamente a la vagina con efectos como sequedad, pérdida de elasticidad y sensibilidad o la reducción del canal vaginal, lo que puede derivar en dispareunia o dolor en la penetración, dificultando las relaciones sexuales. 

No obstante, pasada la etapa de la postmenopausia muchas mujeres afirman entrar en una etapa maravillosa en el terreno sexual. De hecho, para las mujeres, la libido a menudo aumenta después de la menopausia. Una vez se equilibran las hormonas tras la postmenopausia, muchas mujeres notan cómo sus niveles de libido crecen.

No obstante, llegados a la edad madura también es cierto que la libido puede verse reducida por enfermedades crónicas (como la diabetes y la enfermedad cardíaca), los efectos secundarios de los medicamentos (medicamentos antihipertensivos, por ejemplo), la infelicidad y el aburrimiento matrimoniales. Pero si te cuidas y cuidas tus relaciones, puedes tener la libido mejor que nunca y disfrutar del sexo como nunca.

De hecho, son muchas las mujeres de esta edad que afirman que el sexo puede ser mejor que en la juventud y los orgasmos más intensos ya que con 60 años ya sabes lo que quieres y lo que no, lo que necesitas para disfrutar, tienes confianza con tu pareja para pedirle lo que necesitas, ya no sientes vergüenza y puedes disfrutar sin tapujos de tu cuerpo y tu sexualidad. Sin contar con que ya no tienes que preocuparte de los embarazos, por lo que tienes una mayor libertad. Y, además, el sexo te mantendrá más en forma y te ayudará a vivir más. 

¿Cómo afecta la sexualidad a la longevidad?
 

Ya sabemos que el sexo regular es muy beneficioso para nuestra salud y puede, por ejemplo, fortalecer nuestro sistema inmunitario ya que las relaciones sexuales aumentan la producción de la hormona DHEA (dehidroepiandrosterona), una hormona producida naturalmente en el cuerpo por las glándulas suprarrenales que ayuda a producir las hormonas sexuales masculinas y femeninas en el cuerpo. Los niveles de DHEA parecen disminuir con el paso del tiempo, por lo que su producción nos ayuda a estar más sanos y vivir más.

Además, tener sexo con frecuencia aumenta hasta en un 30% los niveles de un anticuerpo llamado Inmunoglobulina A (IgA), que actúa como protector contra el resfriado y la gripe.

El sexo también aumenta los niveles de serotonina y endorfinas entre otros neurotransmisores, hormonas de la felicidad que nos hacen sentir mejor y más felices.

También mejora nuestro estado físico y nos ayuda a mantener el peso. Y nos ayuda a reducir el dolor al liberar endorfinas, llamadas opioides naturales porque los produce el propio cuerpo y nos ayudan a aliviar ciertos dolores como el dolor de cabeza, el menstrual o incluso el dolor de parto. 

Otros beneficios son reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejorar la salud de nuestra piel, reducir el estrés, mejorar el sueño o incluso reducir el riesgo de padecer Alzheimer. 

Todo esto ya nos tiene que hacer pensar que el sexo es una de las prácticas más saludables y placenteras que debemos incorporar a nuestra rutina antienvejecimiento. Pero, además, diversos estudios han demostrado que el sexo frecuente aumenta nuestra longevidad. 

Por ejemplo, una investigación realizada a lo largo de 9 años con 10.000 personas demostró que mantener sexo al menos 51 veces al año disminuye las posibilidades de morir, especialmente de cáncer o de enfermedades cardiovasculares gracias a las endorfinas que liberamos. 

Otra investigación, realizada con roedores, determinó que la actividad sexual y/o la reproducción se asocian con esperanza de vida mayor debido a una serie de cambios que se producen en la regulación del eje de estrés hipotalámico-pituitario-suprarrenal en personas con sexo frecuente. 

Además, los niveles de cortisol en las personas que tienen sexo con frecuencia son más bajos y ya sabemos que los niveles elevados de esta hormona durante mucho tiempo aumentan las posibilidades de desarrollar ciertas enfermedades como infarto de miocardio.

Las personas que tienen sexo con frecuencia también presentan una regulación a la baja de los factores de coagulación, relacionados con el envejecimiento y un mayor riesgo de enfermedad coronaria.

En resumen, el sexo regula de forma indirecta el funcionamiento de casi todos los órganos y sistemas del cuerpo humano, por lo que nos ayuda a vivir más y mejor. 

Así que no lo dudes, olvídate de excusas como la edad, el estrés, el cansancio o la falta de libido y permite que el sexo entre en tu vida.

¿Cómo mejorar el sexo según tenemos más edad?
 

El sexo es todo, no solo la penetración, sino también la masturbación, el sexo oral, los besos, los abrazos y las caricias. Por lo tanto, la forma física no es una excusa para no mantener sexo ya que no se trata de una maratón de 2 horas de posturas imposibles, sino de conectarse con nuestra pareja mediante diversas formas para disfrutar (y hacerla disfrutar). 

Para los problemas de sequedad vaginal que pueden causar dispareunia la solución es fácil: lubricantes naturales. Y, por supuesto, dedicar más tiempo a los preliminares (o incluso quedarnos en ellos, según nuestro estado de salud y nuestra forma física). 

La libido se puede aumentar de muchas formas diferentes sin necesidad de recurrir a la famosa pildorita azul. Nuevas posturas, nuevos juguetes sexuales, realización de fantasías sexuales y suplementos naturales con sustancias que aumentan la libido como el ginkgo biloba, el ginseng, la maca o la damiana. 

Lo importante es comunicarse con la pareja, decir lo que nos falta y lo que necesitamos o qué debemos cambiar ya que el sexo con 65 años no tiene por qué ser igual que con 25 (lo que no significa que sea peor, solo diferente). Y, por supuesto, no dejar el sexo en un segundo plano solo por el hecho de ser mayores ya que, como hemos visto, no solo el sexo nos va a ayudar vivir más, sino que puede sorprendernos y ser mejor que nunca. Deja volar tu imaginación y dale una oportunidad. El sexo no es solo cosa de jóvenes y, como suele decirse, “no tiene edad”.

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Ideas clave

  • Existe la falsa creencia de que la libido de los hombres es infalible, siempre está arriba y nunca disminuye. Absurdo, ¿verdad? Somos seres vivos y todo en este planeta en el que vivimos da vueltas, sube y baja. Así que primer descubrimiento del día: los hombres también podéis sufrir una bajada de libido y es lo más natural del mundo. 
  • Durante la juventud es raro que los hombres presenten condicionantes biológicos o físicos que puedan afectar a su deseo sexual. Pero esto no significa que no pase, se pueden presentar factores psicológicos como la depresión, la ansiedad y el estrés o problemas con la pareja que condicionen la vida sexual. En otras ocasiones puede deberse a un problema crónico resultante de una experiencia sexual traumática en la infancia o por haber aprendido a reprimir los pensamientos sexuales. También la ingesta de algunos fármacos pueden reducir notablemente las concentraciones de testosterona y, en consecuencia, de la libido. 
  • Durante la vida adulta, cuando se plantea la paternidad, muchos hombres también sufren una bajada pronunciada de la libido. Sus miedos les provocan ansiedad y dejan de desear tener relaciones con su pareja, pensando que puede ser peligroso para la criatura. Sin embargo, no hay que tener miedo ya que, a no ser que haya contraindicaciones, es totalmente seguro mantener relaciones durante el embarazo.
  • Pero las alteraciones más comunes del deseo sexual masculino sí están muy relacionadas con la edad y la fecha clave está en torno a los 50 años. Al igual que las mujeres atraviesan la menopausia a esta edad, momento en el que sus hormonas sexuales descienden bruscamente, la mayoría de los varones comienza a sufrir un descenso progresivo de la testosterona (hormona masculina). Esto no implica que comiencen a aparecer obstáculos para el desarrollo de sus relaciones sexuales, el mayor problema aparece cuando ese descenso se produce de manera muy brusca. Esa bajada de testosterona recibe el nombre de andropausia y, en algunos casos, hasta puede acarrear problemas de erección, cansancio, irritabilidad y descenso del deseo sexual. Este déficit excesivo de testosterona se presenta en el 11% de hombres de 40 a 70 años.
  • La buena noticia es que existen tratamientos para mejorar el deseo sexual, las erecciones nocturnas y la frecuencia de relaciones sexuales. En los casos no tan severos, la suplementación natural con plantas que han demostrado evidencia en la mejora de la libido puede funcionar.
  • De forma simultánea, se suele producir alrededor de los 45 años un crecimiento progresivo de la próstata, lo cual obliga a los hombres a tener que acudir al baño más veces y orinar con mayor dificultad. Esto, el seguramente descenso de la actividad sexual ya sea por falta de tiempo, energía o ánimos y la falta de deseo, afectan seriamente a la salud y a la calidad de vida. 
  • La libido y el deseo sexual en las mujeres están muy condicionados por las hormonas, pero también por la mente. De hecho, para muchos, el cerebro es el órgano más importante si hablamos del sexo en las mujeres.
  • Desde los 12 o 13 años con la primera regla o menarquía, hasta los 50 años con la última menstruación al llegar la menopausia, en cada ciclo menstrual nuestras hormonas suben y bajan causando una serie de síntomas entre los que encontramos variaciones considerables en la libido.
  • Después, si decidimos tener hijos, pasaremos por una auténtica revolución hormonal durante el embarazo y el posparto que afectará de muchas formas diferentes a nuestra sexualidad.
  • Y tras la llegada del bebé, el dolor, el cansancio, la lactancia… hacen que lo habitual sea que se den unos cuantos meses de sequía hasta que las hormonas y las rutinas van volviendo a su cauce.
  • Y por fin llegamos a la menopausia, el final de nuestros ciclos ovulatorios debido a un descenso de los estrógenos que provocan muchos síntomas, entre los que se encuentran un descenso de la libido. Además, la caída en los niveles de estrógenos puede afectar directamente a la vagina con efectos como sequedad, pérdida de elasticidad y sensibilidad o la reducción del canal vaginal, lo que puede derivar en dispareunia o dolor en la penetración, dificultando las relaciones sexuales. 
  • No obstante, pasada la etapa de la postmenopausia muchas mujeres afirman entrar en una etapa maravillosa en el terreno sexual. De hecho, para las mujeres, la libido a menudo aumenta después de la menopausia. Una vez se equilibran las hormonas tras la postmenopausia, muchas mujeres notan cómo sus niveles de libido crecen.
  • De hecho, son muchas las mujeres de esta edad que afirman que el sexo puede ser mejor que en la juventud y los orgasmos más intensos ya que con 60 años ya sabes lo que quieres y lo que no, lo que necesitas para disfrutar, tienes confianza con tu pareja para pedirle lo que necesitas, ya no sientes vergüenza y puedes disfrutar sin tapujos de tu cuerpo y tu sexualidad. Sin contar con que ya no tienes que preocuparte de los embarazos, por lo que tienes una mayor libertad. Y, además, el sexo te mantendrá más en forma y te ayudará a vivir más. 
  • Ya sabemos que el sexo regular es muy beneficioso para nuestra salud y puede, por ejemplo, fortalecer nuestro sistema inmunitario ya que las relaciones sexuales aumentan la producción de la hormona DHEA (dehidroepiandrosterona), una hormona producida naturalmente en el cuerpo por las glándulas suprarrenales que ayuda a producir las hormonas sexuales masculinas y femeninas en el cuerpo. Los niveles de DHEA parecen disminuir con el paso del tiempo, por lo que su producción nos ayuda a estar más sanos y vivir más.
  • El sexo también aumenta los niveles de serotonina y endorfinas entre otros neurotransmisores, hormonas de la felicidad que nos hacen sentir mejor y más felices.
  • También mejora nuestro estado físico y nos ayuda a mantener el peso. Y nos ayuda a reducir el dolor al liberar endorfinas, llamadas opioides naturales porque los produce el propio cuerpo y nos ayudan a aliviar ciertos dolores como el dolor de cabeza, el menstrual o incluso el dolor de parto. 
  • Por ejemplo, una investigación realizada a lo largo de 9 años con 10.000 personas demostró que mantener sexo al menos 51 veces al año disminuye las posibilidades de morir, especialmente de cáncer o de enfermedades cardiovasculares gracias a las endorfinas que liberamos. 
  • Para los problemas de sequedad vaginal que pueden causar dispareunia la solución es fácil: lubricantes naturales. Y, por supuesto, dedicar más tiempo a los preliminares (o incluso quedarnos en ellos, según nuestro estado de salud y nuestra forma física). 
  • La libido se puede aumentar de muchas formas diferentes sin necesidad de recurrir a la famosa pildorita azul. Nuevas posturas, nuevos juguetes sexuales, realización de fantasías sexuales y suplementos naturales con sustancias que aumentan la libido como el ginkgo biloba, el ginseng, la maca o la damiana. 
  • Las personas que tienen sexo con frecuencia también presentan una regulación a la baja de los factores de coagulación, relacionados con el envejecimiento y un mayor riesgo de enfermedad coronaria.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

  • Sahm A, Platzer M, Koch P, Henning Y, Bens M, Groth M, Burda H, Begall S, Ting S, Goetz M, Van Daele P, Staniszewska M, Klose JM, Costa PF, Hoffmann S, Szafranski K, Dammann P. Increased longevity due to sexual activity in mole-rats is associated with transcriptional changes in the HPA stress axis. Elife. 2021 Mar 16;10:e57843. doi: 10.7554/eLife.57843. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33724179/
 
  • “Trends in Sexual Activity and Associations With All-Cause and Cause-Specific Mortality Among US Adults”, Chao Cao, Lin Yang, Tian lin Xu, Patricia A. Cavazos-Rehg, Qinran Liu, Daragh McDermott, Nicola Veronese, Thomas Waldhoer, Petre Cristian Ilie, Shahrokh F. Shariat, Lee Smith. The Journal of Sexual Medicine. https://doi.org/10.1016/j.jsxm.2020.05.028
 
  • Leuner, B., Glasper, E. R., & Gould, E. (2010). Sexual experience promotes adult neurogenesis in the hippocampus despite an initial elevation in stress hormones. PLoS One, 5(7), e11597.
 
  • Glasper, E. R., & Gould, E. (2013). Sexual experience restores age‐related decline in adult neurogenesis and hippocampal function. Hippocampus, 23(4), 303-312.

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

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