¿Miedo a la menopausia? Lo importante es llegar preparadas
Si te hablan de la menopausia seguro que sientes miedo, preocupación o piensas que es algo para lo que te falta mucho tiempo, propio de mujeres “mayores”. La menopausia sigue siendo un tabú del que nadie quiere hablar, y mucho menos aceptar, pero lo cierto es que es una etapa a la que todas vamos a llegar antes o después y, de hecho, llegar es una buena señal. Implica seguir viva, cumplir años, seguir aprendiendo y disfrutando… Por lo tanto, no debes darle la espalda a la menopausia, sino conocerla mejor, saber en qué consiste, qué síntomas comporta y cómo hacerlos frente.
Índice
- ¿A qué edad llega la menopausia?
- ¿Cuáles son los síntomas más habituales de la menopausia?
- Tratando la menopausia… terapia hormonal y mucho más
La menopausia no es una enfermedad ni es el final de tu vida. Tampoco es el comienzo de tu vejez o de la decadencia de tu vida. Es solo una etapa más que debemos afrontar con optimismo ya que, aunque no te lo parezca, también tiene cosas buenas.
¿A qué edad llega la menopausia?
Si te preguntan a qué edad llega la menopausia, seguro que piensas en los 50 años y en que, a tus 40 años, aún te queda mucho por delante antes de pensar en este tema.
Pues bien, tienes razón a medias. Es cierto que la edad media de la llegada de la menopausia son los 51 años en España, pero esta edad se refiere al momento en el que, tras 12 meses consecutivos sin la menstruación sin otros motivos fisiológicos, los ovarios dejan de funcionar y liberar óvulos, lo que significa el final de la vida fértil.
Este momento suele llegar en torno a los 50 años, pero viene precedido por una etapa conocida como perimenopausia que puede durar entre 2 y 8 años, lo que significa que, desde los 43 años, puedes empezar a experimentar los primeros síntomas asociados a los cambios hormonales que terminan causando la menopausia: reglas irregulares, ausencia de ovulación durante varios ciclos seguidos, irritabilidad, sequedad vaginal, sofocos y sudores nocturnos…
Así que, si tienes 40 años, es momento de empezar a pensar en la menopausia y saber qué es y cómo prevenir y paliar sus molestias ya que la información es poder y prepararnos adecuadamente nos ayudará a llevar mejor esta etapa y evitar muchos síntomas y complicaciones.
¿Cuáles son los síntomas más habituales de la menopausia?
En los años previos a la llegada de la menopausia, lo que se conoce como perimenopausia, aparecen los primeros síntomas y signos de este proceso:
1. Menstruaciones irregulares: los cambios en las hormonas reproductivas hacen que los periodos se vuelvan irregulares, es decir, tarden más o menos tiempo en sucederse. Además, suele haber cambios en la intensidad del flujo. Este proceso acaba cuando las reglas cesan para siempre.
2. Sequedad vaginal: los cambios hormonales provocan falta de elasticidad y lubricación en los tejidos vaginales, lo que provoca esta sequedad vaginal (menor intensidad del flujo vaginal) que a su vez puede causar dolor en las relaciones sexuales, sobre todo en la penetración.
3. Falta de libido: el deseo sexual desciende, lo que implica que la mujer no tiene ganas de hacer el amor con su pareja o no tan a menudo.
4. Sofocos: caracterizados por un calor intenso y repentino que se extiende por torso, cuello y cara, pueden ser muy molestos, durar varios minutos y provocar el enrojecimiento de la piel, palpitaciones y, posteriormente, escalofríos y sudores. En el 20% de las mujeres los sofocos persisten por más de 5 años.
5. Problemas para dormir: los sofocos, los sudores nocturnos, la ansiedad, el estrés y los problemas propios de la edad pueden causar muchos problemas para dormir, entre los que se encuentran tanto problemas para conciliar el sueño como frecuentes despertares.
6. Cambios de humor: las alteraciones hormonales provocan cambios de humor frecuentes, especialmente ansiedad e irritabilidad. También es habitual que la mujer se sienta cansada, abatida, le cueste concentrarse o se vuelva más agresiva.
7. Aumento de peso: el metabolismo se ralentiza no solo por la menopausia, sino por el envejecimiento del organismo, por lo que la mujer gana más peso y acumula grasa en ciertas zonas del cuerpo como el abdomen y las caderas. Además, resulta mucho más complicado perder los kilos ganados. La grasa corporal, que a los 20 años es del 26%, sube al 33% a los 40 años y al 42% a los 50 años.
8. Problemas en la piel y el cabello: los cambios hormonales afectan también a la salud y el aspecto del cabello y la piel, haciendo que el primero luzca más frágil y escaso y que la piel se vuelva más seca y aparezcan las manchas y arrugas propias de la edad.
9. Pérdida del volumen de los senos: la pérdida de firmeza de todos los tejidos afecta también a los senos, que pierden su volumen y se descuelgan de su posición.
Todos estos cambios hormonales y estos síntomas provocan profundos cambios fisiológicos que, unidos a los cambios propios del envejecimiento, hacen que la mujer, tras la menopausia, tenga mayor riesgo de desarrollar ciertas afecciones y problemas:
• Osteoporosis: la menopausia hace que los huesos se vuelvan más frágiles y se pierda masa ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Las mujeres con osteoporosis son más propensas a sufrir fracturas en la columna vertebral, las caderas y las muñecas.
• Colesterol alto: el descenso de los estrógenos hace que se acumule el colesterol malo en las arterias, lo que puede aumenta el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos.
• Incontinencia urinaria: a medida que los tejidos de la vagina y la uretra pierden elasticidad, la mujer aguanta menos tiempo sin ir al baño y, además, puede sufrir pequeñas pérdidas de orina al toser, reír o levantarse. Asimismo, es más frecuente sufrir infecciones de las vías urinarias.
Tratando la menopausia… terapia hormonal y mucho más
El tratamiento farmacológico por excelencia es la terapia hormonal sustitutiva, pero muchas mujeres tienen miedo a sus efectos secundarios, sobre todo a la posibilidad de aumentar el riesgo de padecer un cáncer.
Esta terapia consiste en la administración de estrógenos y progestina solos o combinados. Se han realizado diversos estudios e investigaciones de medicina para comprobar si la terapia de sustitución hormonal en la menopausia aumenta o no el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Los resultados de estas investigaciones muestran que la terapia de estrógeno y progestina no aumenta el riesgo de padecer cáncer endometrial, pero sí aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, riesgo que aumenta cuanto más tiempo se siga el tratamiento. La buena noticia es que tres años después de dejar el tratamiento, el riesgo se iguala al de mujeres que nunca han recibido este tratamiento.
No obstante, el riesgo no es muy alto, 8 casos de cáncer más de cada 10.000 mujeres que siguen el tratamiento. Y en el caso de la terapia solo con estrógeno, no está vinculada a un mayor riesgo de cáncer de mama.
Este riesgo aumenta en ciertos casos, por eso la terapia hormonal sustitutiva está contraindicada para las siguientes mujeres:
- mujeres con antecedentes actuales o pasados de cáncer de mama, cáncer de ovario, cáncer de endometrio, trombosis (coágulos de sangre) en las piernas o los pulmones, accidente cerebrovascular, enfermedades hepáticas o sangrado vaginal inexplicable.
- mujeres de más de 60 años o que han llegado a la menopausia hace más de 10 años. Sin embargo, si la terapia hormonal se inicia antes de los 60 años o en el plazo de 10 años después de la menopausia, los beneficios parecen superar los riesgos.
Este riesgo puede ser el doble si el tratamiento dura más de 10 años, en comparación con las pacientes que lo reciben durante 5 años o menos. Por lo tanto, cuanto menor es el tiempo de administración, menor es el riesgo.
Además, los estudios muestran que no hay ningún riesgo de cáncer de mama en las mujeres que recibieron tratamiento por vía vaginal, ya que no alcanza el torrente sanguíneo.
En resumen, la correlación entre el uso de la terapia hormonal sustitutiva y el cáncer de mama depende del tipo de medicación, la forma de administración y la duración del tratamiento.
Por lo tanto, a la hora de decidir si una paciente con síntomas severos de la menopausia puede recibir o no terapia hormonal sustitutiva el profesional de ginecología debe tener en cuenta sus antecedentes y la edad a la que llegó a la menopausia para decidir la dosis y el tiempo de tratamiento. Lo mejor es el menor tiempo posible.
Y para aquellas mujeres en los que esta terapia está contraindicada o que no necesitan recurrir a ella porque sus síntomas son menos graves e intensos, existen muchas opciones de tratamientos y suplementos naturales.
Lo más aconsejado son los fitoestrógenos, sustancias que contienen estrógenos naturales, ayudando a equilibrar estas hormonas. Por ejemplo, la soja, el Vitex Agnus Castux, la rhodiola rosea, la cimicífuga, la valeriana, la maca, el black cohosh, el trébol rojo, el aceite de onagra, etc.
Y, por supuesto, llevar una vida sana, no fumar ni beber mucho alcohol, hacer ejercicio cardiovascular y de fuerza con regularidad, beber mucha agua, controlar el peso y tener una mentalidad positiva.
Porque la menopausia no es tan mala como piensas y también puede tener cosas buenas. Por ejemplo, le dices adiós para la siempre a los dolores de la regla, los tampones y las compresas. También a los métodos anticonceptivos y al miedo a quedarte embarazada. Te sientes más libre y segura de ti misma. Tus hijos, si los tienes, ya son mayores y te dejan más tiempo para retomar tus actividades de ocio y tus salidas con amigos.
En resumen, ya no tienes 20 años, pero ni falta que hace. Los años vividos te han hecho madurar y adquirir más sabiduría y confianza en ti misma. Sabes lo que quieres en todos los ámbitos y cómo conseguirlo, lo que te permite sentirte más feliz y satisfecha contigo misma y con tu vida. Ahora sabes que la vida es demasiado corta como para perderla en tonterías, te centras en lo importante y disfrutas cada momento, por lo que puedes ser mucho más feliz que cuando tenías 20 años.
Así que ya sabes, no todo es malo en la menopausia, disfruta de esta nueva etapa y de sus beneficios.
También te puede interesar
Echa un vistazo al tratamiento de Antienvejecimiento. Analizamos tu salud con analíticas avanzadas y un sensor metabólico para ayudarte a adquirir los hábitos precisos para vivir más..
Ver tratamiento Calculadora de Esperanza de VidaIdeas clave
- La menopausia no es una enfermedad ni es el final de tu vida. Tampoco es el comienzo de tu vejez o de la decadencia de tu vida. Es solo una etapa más que debemos afrontar con optimismo ya que, aunque no te lo parezca, también tiene cosas buenas.
- La edad media de la llegada de la menopausia son los 51 años en España, pero esta edad se refiere al momento en el que, tras 12 meses consecutivos sin la menstruación sin otros motivos fisiológicos, los ovarios dejan de funcionar y liberar óvulos, lo que significa el final de la vida fértil.
- Este momento suele llegar en torno a los 50 años, pero viene precedido por una etapa conocida como perimenopausia que puede durar entre 2 y 8 años, lo que significa que, desde los 43 años, puedes empezar a experimentar los primeros síntomas asociados a los cambios hormonales que terminan causando la menopausia: reglas irregulares, ausencia de ovulación durante varios ciclos seguidos, irritabilidad, sequedad vaginal, sofocos y sudores nocturnos…
- Todos estos cambios hormonales y estos síntomas provocan profundos cambios fisiológicos que, unidos a los cambios propios del envejecimiento, hacen que la mujer, tras la menopausia, tenga mayor riesgo de desarrollar ciertas afecciones y problemas como osteoporosis, colesterol LDL alto, incontinencia urinaria.
- El tratamiento farmacológico por excelencia es la terapia hormonal sustitutiva, pero muchas mujeres tienen miedo a sus efectos secundarios, sobre todo a la posibilidad de aumentar el riesgo de padecer un cáncer.
- Se han realizado diversos estudios e investigaciones de medicina para comprobar si la terapia de sustitución hormonal en la menopausia aumenta o no el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Los resultados de estas investigaciones muestran que la terapia de estrógeno y progestina no aumenta el riesgo de padecer cáncer endometrial, pero sí aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama, riesgo que aumenta cuanto más tiempo se siga el tratamiento. La buena noticia es que tres años después de dejar el tratamiento, el riesgo se iguala al de mujeres que nunca han recibido este tratamiento.
- No obstante, el riesgo no es muy alto, 8 casos de cáncer más de cada 10.000 mujeres que siguen el tratamiento. Y en el caso de la terapia solo con estrógeno, no está vinculada a un mayor riesgo de cáncer de mama.
- Este riesgo aumenta en ciertos casos, por eso la terapia hormonal sustitutiva está contraindicada para las siguientes mujeres: mujeres con antecedentes familiares o personales de cáncer, mujeres de más de 60 años o que han llegado a la menopausia hace más de 10 años.
- En resumen, la correlación entre el uso de la terapia hormonal sustitutiva y el cáncer de mama depende del tipo de medicación, la forma de administración y la duración del tratamiento.
- Por lo tanto, a la hora de decidir si una paciente con síntomas severos de la menopausia puede recibir o no terapia hormonal sustitutiva el profesional de ginecología debe tener en cuenta sus antecedentes y la edad a la que llegó a la menopausia para decidir la dosis y el tiempo de tratamiento. Lo mejor es el menor tiempo posible.
- Y para aquellas mujeres en los que esta terapia está contraindicada o que no necesitan recurrir a ella porque sus síntomas son menos graves e intensos, existen muchas opciones de tratamientos y suplementos naturales.
- Lo más aconsejado son los fitoestrógenos, sustancias que contienen estrógenos naturales, ayudando a equilibrar estas hormonas. Por ejemplo, la soja, el Vitex Agnus Castux, la rhodiola rosea, la cimicífuga, la valeriana, la maca, el black cohosh, el trébol rojo, el aceite de onagra, etc.
- Y, por supuesto, llevar una vida sana, no fumar ni beber mucho alcohol, hacer ejercicio cardiovascular y de fuerza con regularidad, beber mucha agua, controlar el peso y tener una mentalidad positiva.
- Porque la menopausia no es tan mala como piensas y también puede tener cosas buenas. Por ejemplo, le dices adiós para la siempre a los dolores de la regla, los tampones y las compresas. También a los métodos anticonceptivos y al miedo a quedarte embarazada. Te sientes más libre y segura de ti misma. Tus hijos, si los tienes, ya son mayores y te dejan más tiempo para retomar tus actividades de ocio y tus salidas con amigos.
- Así que ya sabes, no todo es malo en la menopausia, disfruta de esta nueva etapa y de sus beneficios.
Enfermedades relacionadas
Fuente:
- Pajares, Francisco; Moraleda, Laura (2007), Cómo prevenir y tratar las secuelas de la menopausia. Ed. JAGUAR.
- Instituto de la Menopausia, https://www.institutodelamenopausia.com/