
¿Dolor articular? Técnicas naturales efectivas para tratarlo
El dolor articular es habitual en las personas de más de 60 años, pero puede evitarse y controlarse sus síntomas y consecuencias con una serie de cambios en el estilo de vida. ¡Echa un vistazo!
Índice
- ¿Qué es el dolor articular?
- Causas del dolor articular
- ¿El dolor articular aumenta al envejecer?
- Cambios en el estilo de vida para aliviar los dolores articulares
¿Qué es el dolor articular?
El dolor articular es una molestia que afecta una o más articulaciones del cuerpo. Una articulación es donde se unen los extremos de dos o más huesos. Por ejemplo, la articulación de la cadera es donde el fémur se une con la pelvis.
La molestia articular es común y suele sentirse en las manos, los pies, las caderas, las rodillas o la columna vertebral. El dolor articular puede ser constante o intermitente. A veces, las articulaciones pueden sentirse rígidas, doloridas o inflamadas. Algunas personas se quejan de una sensación de ardor, pulsación o roce. Además, las articulaciones pueden sentirse rígidas por la mañana, pero se aflojan y mejoran con el movimiento y la actividad. Sin embargo, el exceso de actividad podría empeorar el dolor.
El dolor articular puede afectar la función articular y limitar la capacidad para realizar tareas básicas. El dolor articular intenso puede afectar la calidad de vida. El tratamiento debe centrarse no solo en el dolor, sino también en retomar las actividades cotidianas y disfrutar al máximo.
Causas del dolor articular
El dolor articular puede tener múltiples causas, desde procesos inflamatorios hasta lesiones mecánicas.
1. Enfermedades degenerativas
• Osteoartritis (artrosis): la causa más común, sobre todo al envejecer. Degeneración progresiva del cartílago por edad, sobreuso, sobrepeso o lesiones previas.
• Discopatías o espondiloartrosis: afectan las articulaciones de la columna.
2. Enfermedades inflamatorias
• Artritis reumatoide: enfermedad autoinmune que afecta múltiples articulaciones (especialmente manos y pies).
• Espondilitis anquilosante: inflamación de las articulaciones de la columna vertebral.
• Lupus eritematoso sistémico: otra enfermedad autoinmune que puede afectar articulaciones.
• Gota o pseudogota: depósitos de cristales (ácido úrico o pirofosfato de calcio) que inflaman las articulaciones.
3. Causas mecánicas o traumáticas
• Lesiones por sobreuso o esfuerzo repetitivo: como en deportistas o trabajos físicos.
• Luxaciones, esguinces o fracturas articulares.
• Disfunción de la articulación temporomandibular, en el caso de la mandíbula.
4. Causas infecciosas
• Artritis séptica: infección bacteriana dentro de la articulación (urgencia médica).
• Enfermedad de Lyme: transmitida por garrapatas, puede causar artritis migratoria.
5. Causas metabólicas y hormonales
• Hipotiroidismo o hipertiroidismo: pueden provocar dolor o rigidez articular.
• Menopausia: la disminución de estrógenos puede afectar la salud articular.
6. Causas sistémicas y funcionales
• Fibromialgia: no causa daño articular, pero genera dolor difuso, incluida la zona articular.
• Síndrome de fatiga crónica: puede incluir dolor musculoesquelético.
7. Medicamentos o tóxicos
• Algunos medicamentos pueden causar dolor articular como efecto secundario (estatinas, inhibidores de aromatasa, etc.).
8. Envejecimiento natural
• Disminución de colágeno, hidratación y elasticidad articular.
¿El dolor articular aumenta al envejecer?
Como hemos visto, el envejecimiento es una de las principales causas de este problema, sobre todo de la osteoartritis (OA), la forma más común de enfermedad articular.
La prevalencia de osteoartritis sintomática (especialmente de rodilla y cadera) aumenta significativamente después de los 50 años. Un metaanálisis publicado en The Lancet (2020) estimó que la osteoartritis afecta a más de 520 millones de personas en el mundo, y que su prevalencia aumenta con la edad, siendo mucho más común en personas mayores de 60 años.
¿Por qué? Al envejecer se producen cambios estructurales y funcionales relacionados con la edad:
• Disminución del espesor y elasticidad del cartílago articular.
• Menor capacidad regenerativa del tejido sinovial.
• Cambios en el hueso subcondral y pérdida de masa muscular (sarcopenia), lo que aumenta la carga mecánica sobre la articulación.
Asimismo, el envejecimiento se asocia con un aumento progresivo de marcadores inflamatorios sistémicos, incluso en ausencia de enfermedad aparente. Esta “inflammaging” contribuye al dolor crónico, incluido el dolor musculoesquelético.
A medida que envejecemos, aumentan las enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad y la hipertensión, que también pueden agravar el dolor articular.
Cambios en el estilo de vida para aliviar los dolores articulares
Desde la medicina integrativa y las intervenciones de estilo de vida, se puede abordar el dolor articular de forma muy efectiva, especialmente en fases iniciales o cuando no hay daño estructural severo. El enfoque es tratar la inflamación crónica de bajo grado, mejorar la función articular y reducir el dolor sin depender exclusivamente de fármacos.
1. Nutrición antiinflamatoria
Una dieta rica en alimentos integrales, antioxidantes y baja en ultraprocesados ayuda a reducir la inflamación sistémica:
Dieta mediterránea: rica en frutas, verduras, pescado azul, aceite de oliva, frutos secos. Ha mostrado reducir dolor y rigidez en pacientes con artritis reumatoide y osteoartritis.
Muchos estudios controlados que compararon el ibuprofeno y los AGE omega-3 demostraron un efecto equivalente en la reducción del dolor artrítico. Los suplementos de aceite de pescado con AGE omega-3 parecen ser una alternativa más segura a los AINE para el tratamiento del dolor de cuello o espalda no quirúrgico en este grupo selectivo. Los omega 3 forman parte de muchos alimentos de la dieta mediterránea como pescados grasos, frutos secos, aceite de oliva…
Restricción calórica: puede reducir marcadores inflamatorios y mejorar síntomas articulares en personas con sobrepeso u obesidad.
2. Ejercicio adaptado
Contrario a lo que muchas personas creen, el ejercicio mejora el dolor articular, no lo empeora, si se adapta bien:
• Ejercicio de bajo impacto como caminar, nadar o yoga, mejora la función y reduce el dolor en osteoartritis.
• El fortalecimiento muscular es clave para reducir la carga sobre la articulación afectada. Los ejercicios de fuerza ayudan a evitar la sarcopenia y los problemas articulares.
3. Suplementos con respaldo científico
Algunos suplementos tienen evidencia de beneficio:
• Cúrcuma (curcumina): efecto antiinflamatorio comparable al ibuprofeno en algunos estudios sobre osteoartritis. Los extractos de Curcumina domestica son tan eficaces como el ibuprofeno para el tratamiento de la osteoartritis de rodilla. El perfil de efectos secundarios fue similar, pero se reportaron menos reacciones adversas gastrointestinales en el grupo tratado con extractos de Curcumina domestica.
• Omega-3 (EPA/DHA): reduce la inflamación y puede ser útil en artritis inflamatorias como hemos visto anteriormente.
• Boswellia serrata: mejora el dolor y la rigidez, especialmente en rodilla.
4. Gestión del estrés
El estrés crónico eleva los niveles de cortisol e inflamación, lo que puede empeorar los síntomas articulares:
• Mindfulness y meditación han demostrado mejorar la calidad de vida en personas con dolor crónico.
• La psicoeducación sobre el dolor también reduce su impacto.
5. Medicina integrativa: Acupuntura y terapias manuales
• Acupuntura: los estudios al respecto han mostrado eficacia moderada para el dolor en osteoartritis y otras artralgias, mejor que placebo en varios ensayos controlados.
• Terapias manuales, como fisioterapia o masajes terapéuticos, también tienen beneficios comprobados en ciertos tipos de dolor articular.
6. Dormir bien
Un sueño no reparador se asocia a mayor percepción del dolor. Tratar el insomnio debe formar parte del abordaje integrativo para reducir el estrés y la sensación de dolor, lo que ayuda a llevar mejor la enfermedad.

Ideas clave
- El dolor articular es una molestia en una o varias articulaciones, como las de manos, pies, caderas, rodillas o columna.
- Puede ser constante o intermitente, presentarse con rigidez, inflamación o sensación de ardor, y afectar la capacidad para realizar actividades diarias.
- Causas principales del dolor articular: Degenerativas: Osteoartritis: la causa más común, ligada a la edad, sobrepeso o lesiones.
- Discopatías y espondiloartrosis: afectan principalmente la columna vertebral.
- Inflamatorias: Artritis reumatoide, lupus, espondilitis anquilosante. Gota y pseudogota: por acumulación de cristales.
- Mecánicas o traumáticas: Lesiones por sobreuso, luxaciones, fracturas, disfunción temporomandibular.
- Infecciosas: Artritis séptica (urgencia médica) y enfermedad de Lyme.
- Metabólicas y hormonales: Problemas tiroideos, menopausia.
- Sistémicas y funcionales: Fibromialgia, síndrome de fatiga crónica.
- Medicamentos y tóxicos: Algunos fármacos como estatinas o inhibidores de aromatasa.
- Envejecimiento natural: Pérdida de colágeno y elasticidad articular.
- Con la edad, sobre todo después de los 50 años, aumenta la osteoartritis.
- Cambios como el adelgazamiento del cartílago, la pérdida muscular (sarcopenia) y la inflamación crónica asociada al envejecimiento ("inflammaging") agravan el problema.
- Según un metaanálisis publicado en The Lancet (2020), la osteoartritis afecta a más de 520 millones de personas, siendo más frecuente en mayores de 60 años.
- Estrategias de alivio mediante el estilo de vida: el abordaje integrativo busca controlar la inflamación, mejorar la función articular y reducir el dolor sin depender solo de fármacos.
- Nutrición antiinflamatoria: Dieta mediterránea y restricción calórica. Omega-3 (aceite de pescado) comparable al ibuprofeno en algunos estudios.
- Ejercicio adaptado: Caminar, nadar, yoga, y ejercicios de fuerza que previenen sarcopenia.
- Suplementos con respaldo científico: Cúrcuma: comparable al ibuprofeno en dolor de rodilla. Omega-3 y Boswellia serrata.
- Gestión del estrés: Mindfulness, meditación y psicoeducación sobre el dolor.
- Medicina integrativa: Acupuntura y fisioterapia, con evidencia de beneficio en dolor articular.
- Sueño reparador: El insomnio agrava la percepción del dolor.
Fuente:
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