La prevención como símbolo de estatus

La prevención como símbolo de estatus

A lo largo de los siglos han ido cambiando los símbolos que indicaban que una persona tenía un status social más alto o privilegiado y la globalización y la democratización ha hecho que algo que distingue actualmente a unas personas de otras sea cómo se cuidan y buscan aumentar su longevidad.

Índice

La prevención como símbolo de estatus

Tal y como veíamos en un artículo anterior, las personas con mayor nivel educativo suelen tener un mejor conocimiento sobre hábitos saludables y los riesgos asociados a comportamientos perjudiciales.

Esto incluye una mejor comprensión de la nutrición, la importancia del ejercicio físico, tener en cuenta el rol del sueño o el estrés en nuestra salud y la evitación de hábitos nocivos como el sedentarismo, el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol.

La educación también facilita el acceso a información actualizada sobre salud y medicina, permitiendo tomar decisiones informadas sobre el autocuidado y el manejo de enfermedades al poder evaluar mejor los riesgos para la salud, tomar decisiones más informadas sobre tratamientos médicos y comprender y seguir mejor las indicaciones médicas.

Adicionalmente este tipo de personas tiene una mayor capacidad económica que les permite ser más proactivas en la utilización de los servicios de salud preventiva, como chequeos regulares, vacunaciones y exámenes de detección temprana.

Pero hay algo más y no es un aspecto menor.

En una sociedad cada vez más tribalizada y polarizada, mantener hábitos saludables se ha convertido además en una potente señal de estatus social.

Si hace unos años un buen coche o un reloj eran indicios suficientes para marcar diferencias, hoy el autocuidado se ha convertido en un símbolo de estatus.

¿Qué función cumple el estatus?

Desde un punto de vista evolutivo, la búsqueda de estatus tiene raíces profundas en la supervivencia y la reproducción.

El estatus en las sociedades antiguas otorgaba acceso a recursos esenciales como alimento, refugio y pareja, lo que aumentaba las posibilidades de supervivencia y reproducción.

Las personas con estatus elevado tenían mayores oportunidades reproductivas, ya que ser visto como un proveedor confiable o alguien físicamente atractivo incrementaba su valor como pareja. Esto aseguraba que sus genes se transmitieran a la siguiente generación, reforzando la importancia evolutiva del estatus.

Además, el estatus facilitaba la cooperación dentro del grupo, permitiendo la formación de alianzas sociales que ofrecían protección y apoyo, lo que aumentaba las probabilidades de supervivencia. De la misma forma, también ayudaba a la transmisión de normas culturales, ya que aquellos con estatus podían influir en los comportamientos que otros miembros del grupo imitaban, consolidando estructuras sociales que beneficiaban al grupo en su conjunto.

La motivación para mostrar señales de estatus es entonces un mecanismo evolutivo que ha ayudado a los humanos a asegurar su posición en la jerarquía social, promoviendo la supervivencia y la reproducción.

¿Y cómo llegamos a que la prevención se convierta en una muy poderosa señal de estatus?

Aunque es un fenómeno complejo, en los últimos tiempos ciertos objetos y servicios que eran símbolos claros de estatus social y accesibles solo para una minoría privilegiada han dejado de serlos.

Un ejemplo de esto es la tecnología, como los teléfonos móviles de alta gama, que solían ser un lujo reservado para unos pocos.

Hoy en día, la democratización de la tecnología ha hecho que incluso personas con ingresos modestos puedan acceder a dispositivos con prestaciones avanzadas.

Esto ha diluido su valor como símbolo de estatus, ya que tener un smartphone de última generación es ahora algo común y no necesariamente indicativo de riqueza o posición social.

Anteriormente, la moda de alta costura y las marcas de lujo eran indicadores claros de estatus social, accesibles sólo para una élite adinerada. Sin embargo, la globalización y el auge de las marcas "fast fashion" han hecho que las tendencias de moda y diseños inspirados en grandes marcas sean accesibles para una audiencia mucho más amplia.

Además, el mercado de segunda mano y las plataformas de alquiler de ropa de lujo han permitido que personas de diferentes niveles económicos puedan vestir prendas de alta gama. Esto ha erosionado la exclusividad de la moda de lujo como un símbolo de estatus. Y, buena prueba de ello es que antes estas marcas exponían su logotipo en todos sus productos y desde hace un tiempo lo han dejado de hacer.

Otro posible ejemplo son los viajes internacionales, que solían ser un lujo reservado para las personas más adineradas, pero ahora se han democratizado con la proliferación de aerolíneas de bajo costo y opciones de alojamiento accesibles. Viajar ya no es un privilegio de unos pocos, reduciendo su valor como símbolo de estatus exclusivo.

Estos cambios reflejan cómo la accesibilidad extendida ha transformado los símbolos tradicionales de estatus, impulsando a las personas a buscar nuevas formas de diferenciarse en una sociedad donde la exclusividad es cada vez más difícil de alcanzar.

Y es aquí donde entra a jugar la prevención como símbolo de status ya que estar en forma o tener salud a largo plazo mediante una prevención efectiva requiere un esfuerzo, tanto en dinero como en tiempo, que no toda la población puede permitirse.

Lo más paradójico de esta situación es que en realidad no debería ser de esta manera ya que todo el conocimiento sobre cómo cuidarse se encuentra a un click de distancia de cualquiera que tenga interés y prevenir puede a llegar ser totalmente gratuito ya que actividades como caminar o calistenia son gratis, cocinar con productos de temporada es muy económico, respetar las horas de sueño están al alcance de cualquiera y gestionar adecuadamente el nivel de estrés no requiere de ir a terapia todas las semanas…

Por lo tanto, adquirir un status privilegiado basándose en la prevención de las enfermedades crónicas y la mejora de la salud a largo plazo está al alcance de cualquiera de nosotros, solo necesitamos contar con la información necesaria para saber cómo hacerlo.

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Ideas clave

  • Las personas con mayor nivel educativo suelen tener un mejor conocimiento sobre hábitos saludables y los riesgos asociados a comportamientos perjudiciales.
  • Esto incluye una mejor comprensión de la nutrición, la importancia del ejercicio físico, tener en cuenta el rol del sueño o el estrés en nuestra salud y la evitación de hábitos nocivos como el sedentarismo, el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol.
  • La educación también facilita el acceso a información actualizada sobre salud y medicina, permitiendo tomar decisiones informadas sobre el autocuidado y el manejo de enfermedades al poder evaluar mejor los riesgos para la salud, tomar decisiones más informadas sobre tratamientos médicos y comprender y seguir mejor las indicaciones médicas.
  • Pero hay algo más y no es un aspecto menor. En una sociedad cada vez más tribalizada y polarizada, mantener hábitos saludables se ha convertido además en una potente señal de estatus social.
  • Desde un punto de vista evolutivo, la búsqueda de estatus tiene raíces profundas en la supervivencia y la reproducción.
  • El estatus en las sociedades antiguas otorgaba acceso a recursos esenciales como alimento, refugio y pareja, lo que aumentaba las posibilidades de supervivencia y reproducción.
  • Además, el estatus facilitaba la cooperación dentro del grupo, permitiendo la formación de alianzas sociales que ofrecían protección y apoyo, lo que aumentaba las probabilidades de supervivencia.
  • La motivación para mostrar señales de estatus es entonces un mecanismo evolutivo que ha ayudado a los humanos a asegurar su posición en la jerarquía social, promoviendo la supervivencia y la reproducción.
  • Aunque es un fenómeno complejo, en los últimos tiempos ciertos objetos y servicios que eran símbolos claros de estatus social y accesibles solo para una minoría privilegiada han dejado de serlos: como los móviles carísimos, la moda de alta costura o los viajes internacionales.
  • Estos cambios reflejan cómo la accesibilidad extendida ha transformado los símbolos tradicionales de estatus, impulsando a las personas a buscar nuevas formas de diferenciarse en una sociedad donde la exclusividad es cada vez más difícil de alcanzar.
  • Y es aquí donde entra a jugar la prevención como símbolo de status ya que estar en forma o tener salud a largo plazo mediante una prevención efectiva requiere un esfuerzo, tanto en dinero como en tiempo, que no toda la población puede permitirse.
  • Lo más paradójico de esta situación es que en realidad no debería ser de esta manera ya que todo el conocimiento sobre cómo cuidarse se encuentra a un click de distancia de cualquiera que tenga interés y prevenir puede a llegar ser totalmente gratuito ya que actividades como caminar o calistenia son gratis, cocinar con productos de temporada es muy económico, respetar las horas de sueño están al alcance de cualquiera y gestionar adecuadamente el nivel de estrés no requiere de ir a terapia todas las semanas…

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Fuente:

 
  • Christopher R. von Rueden and Adrian V. Jaeggi, Men’s status and reproductive success in 33 nonindustrial societies: Effects of subsistence, marriage system, and reproductive strategy, https://doi.org/10.1073/pnas.1606800113

Redacción: Marcelo Lewin

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

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