¿Por qué las vacaciones son el momento ideal para mejorar nuestra salud?

¿Por qué las vacaciones son el momento ideal para mejorar nuestra salud?

Las vacaciones son un momento muy esperado para desconectar del trabajo, reducir el estrés, disfrutar del tiempo libre o pasar más tiempo con amigos y familia. Pero unas vacaciones pueden ser mucho más. Pueden convertirse en el punto de partida para desencadenar cambios en nuestros hábitos de vida que nos lleven a vivir más tiempo con más salud.

Índice

¿Por qué en vacaciones es buen momento para cuidarse?

Este periodo puede ser una oportunidad excepcional para centrarnos en nosotros mismos y en nuestro bienestar ya que en vacaciones tenemos: 

  • Menos estrés al no tener que cumplir con las obligaciones diarias, lo que nos permite tener el estado mental preciso para adoptar nuevos hábitos.

  • Más tiempo disponible para dedicarnos a actividades saludables como hacer ejercicio, aprender a cocinar para disminuir el consumo de ultraprocesados, mejorar nuestra higiene del sueño, etc.

  • Un nuevo entorno y contexto que puede ayudarnos a romper con rutinas poco saludables y facilitar la adopción de nuevas prácticas. Como vimos en un anterior post, el contexto es el que en la mayoría de las veces determina un hábito (tanto bueno como malo)

  • La excitación y el optimismo asociados con las vacaciones pueden aumentar nuestra motivación para realizar cambios positivos.

¿Por dónde empezar?

No importa por dónde empezar, lo realmente relevante es empezar porque, una vez dado el primer paso y manteniendo el impulso durante un tiempo, los resultados beneficiosos para nuestra salud no tardarán en aparecer, nos empezaremos a sentir mejor y entraremos en un círculo virtuoso que hará que cada día queramos dar un pasito más hacia la optimización de nuestra salud a largo plazo.

Así, a continuación detallo algunas ideas sencillas por donde empezar:

Alimentación Saludable

Durante las vacaciones, tenemos la oportunidad de experimentar con una alimentación más saludable. Podemos aprovechar el tiempo para planificar y preparar comidas equilibradas, probar recetas nuevas y aprender sobre nutrición. Además, es un buen momento para reducir el consumo de alimentos procesados y aumentar la ingesta de frutas y verduras frescas.

Ejercicio Regular

El tiempo libre y la reducción del estrés durante las vacaciones facilitan la incorporación del ejercicio en nuestra rutina diaria. Podemos aprovechar para practicar actividades físicas al aire libre, como caminar, nadar, andar en bicicleta o hacer yoga o llamar a amigos para practicar cualquier deporte en equipos como el fútbol o el voley. Estas actividades no solo mejoran nuestra salud física, sino que también tienen un impacto positivo en nuestro bienestar mental.

Descanso y Sueño

El sueño es fundamental para nuestra salud general, y las vacaciones son el momento perfecto para restablecer un patrón de sueño saludable. Sin las interrupciones y el estrés del trabajo, podemos enfocarnos en obtener un sueño de calidad y suficiente, lo que puede mejorar nuestra energía, humor y funcionamiento cognitivo. En este periodo podemos aprovechar para establecer una rutina de sueño regular y crear un ambiente de sueño relajante, evitando el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.

Prácticas de Mindfulness y Meditación

Las vacaciones nos brindan la oportunidad de practicar mindfulness y meditación, actividades que pueden reducir el estrés y mejorar nuestra salud mental. Dedicar unos minutos cada día a la meditación puede tener beneficios duraderos, ayudándonos a mantener la calma y la concentración incluso después de que terminen las vacaciones.

Actividades Recreativas y de Relajación

Incorporar actividades recreativas y de relajación, como la lectura, el arte, practicar algún hobby o simplemente disfrutar paseando por la naturaleza, puede contribuir significativamente a nuestro bienestar. Estas actividades nos permiten desconectar y recargar energías, reduciendo el estrés y mejorando nuestro estado de ánimo.

¿Y qué hago con los demás?

Cuando una persona decide cambiar sus hábitos de vida para mejorar su salud, ya sea adoptando una dieta más saludable o aumentando su actividad física, estos cambios no solo le afectan a ella, sino también a las personas con las que vive. 

Este fenómeno ocurre debido a la interconexión de nuestras rutinas y estilos de vida, lo que hace que cualquier modificación individual pueda tener repercusiones en el entorno familiar o convivencial de maneras muy diversas:

  1. Modificación de Rutinas Compartidas: Las actividades cotidianas, como las comidas y el tiempo libre, suelen estar sincronizadas en un hogar. Un cambio en la dieta o en los horarios de ejercicio puede alterar estas rutinas, afectando a todos los miembros.

  1. Ajustes en la Compra de Alimentos: Adoptar una dieta más saludable a menudo requiere cambios en la lista de la compra y la preparación de alimentos, lo que puede influir en las preferencias y necesidades de los demás convivientes.

  1. Dinamismo en las Actividades Sociales: Cambiar hábitos puede incluir la incorporación de nuevas actividades o la eliminación de algunas anteriores, lo que puede alterar la dinámica social y de ocio en el hogar.

  1. Impacto Emocional y Psicológico: Los cambios pueden generar resistencia o incomodidad en los convivientes que no están preparados para adaptarse a nuevas rutinas, lo que puede provocar tensiones y conflictos.

Todos estos factores pueden minimizarse en la época vacacional ya que al variar el contexto diario los cambios pueden percibirse de manera más positiva.

Sin embargo, siempre tenemos que tener en cuanto que pueda haber resistencias a estos cambios y por ello siempre es aconsejable seguir los siguientes consejos:

  1. Comunicación Abierta y Empática: Es fundamental hablar abiertamente sobre los cambios que se desean implementar, explicando los motivos y escuchando las preocupaciones de los demás. La empatía y el respeto por los sentimientos de todos son clave.

  2. Involucrar a los Convivientes: Involucrar a los demás en el proceso de cambio puede ser beneficioso. Por ejemplo, cocinar juntos nuevas recetas saludables o planificar actividades físicas en familia.

  3. Flexibilidad y Compromiso: Establecer compromisos que respeten las necesidades de todos. Si alguien no quiere seguir una dieta específica, buscar alternativas que sean aceptables para todos.

  4. Crear un Ambiente de Apoyo: Fomentar un ambiente de apoyo y motivación mutua. Celebrar pequeños logros y proporcionar apoyo emocional puede ayudar a que los cambios sean más aceptados.

¿Cómo puedo ayudar a mis seres queridos?

Otro factor clave importante a considerar es cómo ayudar a las personas que queremos a cambiar sus hábitos sin que éstos puedan sentirse presionados o incomodados.

Para ello, las mejores estrategias son:

  1. Dar ejemplo: El ejemplo es una de las formas más poderosas de influir. Al demostrar los beneficios de los nuevos hábitos a través de acciones, se puede inspirar a otros a seguir el mismo camino sin necesidad de presión.

  2. Proporcionar información: Compartir información sobre los beneficios de los cambios de hábitos de una manera no intrusiva puede despertar el interés. Artículos, estudios científicos y testimonios pueden ser útiles.

  3. Ofrecer ayuda y soporte: Estar disponible para ofrecer ayuda cuando los demás estén listos para hacer cambios. Esto puede incluir planificar juntos, compartir recetas o hacer ejercicio juntos.

  4. Respetar el ritmo de cada uno: Cada persona tiene su propio ritmo y disposición para el cambio. Es importante respetar este ritmo y no intentar forzar a nadie a realizar cambios antes de que estén listos.

Así, con una comunicación abierta, empatía y un enfoque colaborativo, es posible minimizar los conflictos y fomentar un ambiente de apoyo podremos aprovechar las vacaciones para mejorar nuestros hábitos de vida al tiempo que podemos conseguir que que nuestros seres queridos nos acompañen en este cambio o, al menos, no pongan piedras en el mismo.

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Ideas clave

  • Menos estrés y más tiempo en vacaciones permiten adoptar nuevos hábitos saludables con mayor facilidad.
  • Cambiar de entorno facilita romper rutinas negativas y fomenta la creación de nuevas prácticas.
  • La motivación y optimismo asociados a las vacaciones impulsan cambios positivos en salud y bienestar.
  • Comer de manera saludable es más fácil durante las vacaciones, con tiempo para planificar y cocinar.
  • Las vacaciones permiten integrar el ejercicio físico en la rutina diaria, mejorando la salud mental y física. Es un buen momento para mejorar el sueño, creando hábitos de descanso más saludables y consistentes.
  • Mindfulness y meditación reducen el estrés y mejoran el bienestar mental durante las vacaciones.
  • Los cambios en hábitos afectan a quienes conviven, por lo que es importante una comunicación abierta y empática.
  • Dar ejemplo e involucrar a los demás en cambios de hábitos fomenta un ambiente de apoyo sin presiones.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

  • Lee IM, Shiroma EJ, Lobelo F, Puska P, Blair SN, Katzmarzyk PT; Lancet Physical Activity Series Working Group. Effect of physical inactivity on major non-communicable diseases worldwide: an analysis of burden of disease and life expectancy. Lancet. 2012 Jul 21;380(9838):219-29. doi: 10.1016/S0140-6736(12)61031-9. 
 
  • Wang X, Ouyang Y, Liu J, Zhu M, Zhao G, Bao W, Hu FB. Fruit and vegetable consumption and mortality from all causes, cardiovascular disease, and cancer: systematic review and dose-response meta-analysis of prospective cohort studies. BMJ. 2014 Jul 29;349:g4490. doi: 10.1136/bmj.g4490. 

Redacción: Marcelo Lewin

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

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