Dime dónde vives… ¡y te diré cuánto vivirás!

Dime dónde vives… ¡y te diré cuánto vivirás!

Sí, nuestra área de residencia tiene un impacto en nuestra salud más importante, e insospechado, de lo que pensábamos. El lugar donde vivimos determina significativamente nuestro estado de salud. Los factores ambientales, sociales y económicos de un vecindario pueden afectar nuestra dieta, actividad física, acceso a la atención médica y exposición a factores de riesgo para un buen número de enfermedades. Esta variable no siempre depende de nosotros al 100% pero es bueno ser conscientes de este hecho para así intentar seleccionar, de entre los posibles, el mejor lugar de residencia atendiendo a nuestra salud.

Índice

Zona de residencia y salud: una relación compleja

La relación entre la zona de residencia y la salud es compleja y multifacética. Aunque muchos factores influyen en la salud de una persona, como la genética, el estilo de vida y la atención médica, la ubicación geográfica también desempeña un papel fundamental. 

En este sentido, donde vivamos tendrá un impacto en:

1. Acceso a Atención Médica

El acceso a servicios de atención médica de calidad varía según la ubicación geográfica. En áreas urbanas densamente pobladas, es más probable que haya una mayor concentración de hospitales y clínicas de salud. 

Por otro lado, en zonas rurales o áreas urbanas marginadas, el acceso a atención médica puede ser limitado. Esto puede tener un impacto directo en la capacidad de las personas para recibir atención médica oportuna y de calidad. Así, las personas que viven en áreas con acceso limitado a servicios de salud tienen una mayor probabilidad de recibir un diagnóstico tardío y un tratamiento inadecuado.

2. Calidad del Aire y Contaminación

La calidad del aire es un factor crítico para la salud respiratoria y cardiovascular. Las áreas urbanas tienden a tener una mayor concentración de fuentes de contaminación del aire, como vehículos y fábricas, lo que contribuye a aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y pulmonares.

3. Seguridad del Vecindario

La seguridad del vecindario también varía según el código postal. Las áreas con mayores tasas de criminalidad pueden generar altos niveles de estrés y ansiedad entre los residentes. Este hecho impacta negativamente en la salud mental y emocional de las personas que viven en esas zonas. 

4. Disponibilidad de Alimentos Saludables

La disponibilidad de alimentos saludables es esencial para mantener una dieta equilibrada. Desafortunadamente, no todas las áreas tienen acceso igualitario a tiendas de comestibles que ofrezcan alimentos frescos y saludables. 

En este sentido, la paulatina desaparición de fruterías, verdulerías, carnicerías, pescaderías, etc a favor de los supermercados donde se incentiva el consumo de ultraprocesados contribuye a tasas más altas de obesidad y enfermedades relacionadas con la dieta.

5. Dotaciones culturales y deportivas

En los barrios con un mayor poder adquisitivo, existe un elevado número de dotaciones tanto deportivas como culturales. Gimnasios, piscinas, canchas y pistas deportivas, espacios verdes, parques de calistenia, museos, teatros o cines son sólo un ejemplo de opciones que suelen estar más disponibles en los barrios de mayor poder adquisitivo. El poder realizar ejercicio físico o practicar algún deporte así como disfrutar de productos culturales se correlaciona con una mayor satisfacción vital y, por ende, más esperanza de vida.

6. Renta y nivel socioeconómico

Por otra parte, el vecindario determina la renta de los vecinos, que tiene por sí misma un importante impacto en la salud. Las personas con ingresos bajos muestran unos niveles peores de salud y no sólo por el lugar donde habitan, sino también debido a:

  • Niveles inferiores de educación: La educación superior se asocia con una mejor salud. Las personas con educación superior tienen más probabilidades de tener hábitos saludables, como comer una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente. También tienen más probabilidades de tener acceso a trabajos bien remunerados que les brindan cobertura de atención médica.

  • Pleno empleo: El desempleo se asocia con una peor salud. Las personas desempleadas tienen más probabilidades de vivir en la pobreza, lo que puede dificultar el acceso a alimentos saludables, atención médica y otros recursos que promueven la salud. También tienen más probabilidades de experimentar estrés y ansiedad, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.

¿Dónde vivir entonces?

Nos guste o no (nos parezca justo o no…), las zonas donde residen vecinos con mayor poder adquisitivo siempre ofrecerán ventajas sobre otras en términos de dotaciones médicas, seguridad ciudadana, entorno urbano con mayor áreas naturales, menos contaminación, más opciones de realización de compras saludables y un largo etcétera.

Para el resto de la población, dentro de sus posibilidades deberían buscar áreas donde estas variables tengan una mayor presencia…

Otra opción, para aquellos que se animen, es mudarse a un pueblo con una menor cantidad de habitantes y mayor calidad de vida, pero que esté relativamente cerca y bien comunicado de un gran centro urbano.

Al menos en España, en un radio de 70 kilómetros de ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga, Valencia, Sevilla o Zaragoza hay literalmente cientos de pequeños pueblos en proceso de despoblación donde adquirir o alquilar una propiedad es más asequible… Eso sí, esta es unas opción plausible para aquellas personas que pueden teletrabajar o bien que puedan desarrollar o encontrar un trabajo en estas zonas, algo que no siempre resulta sencillo.

Suplemento nutricional antienvejecimiento

Ideas clave

  • La relación entre la zona de residencia y la salud es compleja y multifacética. Aunque muchos factores influyen en la salud de una persona, como la genética, el estilo de vida y la atención médica, la ubicación geográfica también desempeña un papel fundamental. 
  • El acceso a servicios de atención médica de calidad varía según la ubicación geográfica. En áreas urbanas densamente pobladas, es más probable que haya una mayor concentración de hospitales y clínicas de salud. 
  • Por otro lado, en zonas rurales o áreas urbanas marginadas, el acceso a atención médica puede ser limitado. Esto puede tener un impacto directo en la capacidad de las personas para recibir atención médica oportuna y de calidad.
  • La calidad del aire es un factor crítico para la salud respiratoria y cardiovascular. Las áreas urbanas tienden a tener una mayor concentración de fuentes de contaminación del aire, como vehículos y fábricas, lo que contribuye a aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y pulmonares.
  • La seguridad del vecindario también varía según el código postal. Las áreas con mayores tasas de criminalidad pueden generar altos niveles de estrés y ansiedad entre los residentes. Este hecho impacta negativamente en la salud mental y emocional de las personas que viven en esas zonas. 
  • La disponibilidad de alimentos saludables es esencial para mantener una dieta equilibrada. Desafortunadamente, no todas las áreas tienen acceso igualitario a tiendas de comestibles que ofrezcan alimentos frescos y saludables. 
  • En los barrios con un mayor poder adquisitivo, existe un elevado número de dotaciones tanto deportivas como culturales. Gimnasios, piscinas, canchas y pistas deportivas, espacios verdes, parques de calistenia, museos, teatros o cines son sólo un ejemplo de opciones que suelen estar más disponibles en los barrios de mayor poder adquisitivo. El poder realizar ejercicio físico o practicar algún deporte así como disfrutar de productos culturales se correlaciona con una mayor satisfacción vital y, por ende, más esperanza de vida.
  • Por otra parte, el vecindario determina la renta de los vecinos, que tiene por sí misma un importante impacto en la salud. Las personas con ingresos bajos muestran unos niveles peores de salud y no sólo por el lugar donde habitan, sino también debido a una menor educación y menos empleo.
  • Nos guste o no (nos parezca justo o no…), las zonas donde residen vecinos con mayor poder adquisitivo siempre ofrecerán ventajas sobre otras en términos de dotaciones médicas, seguridad ciudadana, entorno urbano con mayor áreas naturales, menos contaminación, más opciones de realización de compras saludables y un largo etcétera.
  • Otra opción, para aquellos que se animen, es mudarse a un pueblo con una menor cantidad de habitantes y mayor calidad de vida, pero que esté relativamente cerca y bien comunicado de un gran centro urbano.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

 

Redacción: Marcelo Lewin

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

×