¿Cuáles son los beneficios del aceite de coco?

¿Cuáles son los beneficios del aceite de coco?

El aceite de coco se ha puesto muy de moda en los últimos años por sus propiedades beneficiosas para la salud. Puede consumirse como alimento o encontrarse en cremas y suplementos dietéticos. Descubre sus beneficios y cómo puede ayudarte a vivir más.

Índice

¿Qué es el aceite de coco?

El aceite de coco proviene de la nuez (fruto) de la palma de coco. Contiene ácidos grasos de cadena media, que incluyen ácido cáprico, ácido caprílico y ácido láurico. Estos ácidos, que suponen del 50 al 80% del aceite de coco, son un tipo de grasas saturadas, por eso, hasta hace unos años se consideraba que podía ser malo para la salud, pero las últimas investigaciones al respecto han descubierto que las grasas saturadas, en su justa medida, también son buenas para el organismo.

Y es que no todos los tipos de grasas saturadas son iguales. 

El aceite de coco contiene un tipo de grasas saturadas llamado triglicéridos de cadena media que no elevan el colesterol como lo hacen otras grasas saturadas, por lo que puede ser bueno para la salud cardiovascular, entre otros beneficios.

De hecho, el aceite de coco es una de las pocas fuentes principales de triglicéridos de cadena media o MCT. Alrededor del 60 % del aceite de coco consiste en MCT, principalmente uno llamado ácido láurico. Estos MCT se metabolizan de formar más similar a los carbohidratos, por lo que se digieren fácilmente y se usan como energía, sin acumularse en nuestro organismo.

Podemos encontrarlo en forma líquida para consumir en las comidas, en diversos tratamientos estéticos y en forma de suplementos. Estos últimos se fabrican a partir de la pulpa del coco, rica en proteínas, carbohidratos, aceites y minerales, además de los ácidos antes mencionados. Gracias a estos ingredientes aportan muchos beneficios a nuestra salud.

Beneficios del aceite de coco para la salud

1- Fomentar la quema de grasa y perder peso

Como decíamos, el aceite de coco es una rica fuente de triglicéridos de cadena media (MCT), cuyo consumo puede aumentar la cantidad de calorías que quema el organismo, lo que puede ayudarnos a perder peso.

No obstante, hay que tener en cuenta que, si bien los MCT pueden ayudarnos a quemar más calorías, sigue aportando muchas calorías, por lo que nunca debe consumirse en exceso o conseguiremos el efecto contrario: ganar peso.

2- Proporciona energía

Los MCT del aceite de coco dan un chute rápido de energía ya que funcionan de manera diferente a los triglicéridos de cadena larga (LCT), que se transportan a través de la sangre a los músculos o tejidos que los necesitan, mientras que los MTC van directamente al hígado y proporcionan energía de manera tan rápida como los carbohidratos. Por eso, el aceite de coco lo usan a menudo los deportistas profesionales. 

3- Tiene efectos antimicrobianos

El aceite de coco tiene propiedades antimicrobianas y antifúngicas ya que el ácido láurico puede combatir contra diversas bacterias como Staphylococcus aureus, Streptococcus mutans, Streptococcus pyogenes, Escherichia coli, Helicobacter pylori, causantes de las principales enfermedades respiratorias y digestivas.

Y actúa tanto como un agente bacteriostático, es decir, evitando que las bacterias se multipliquen sin matarlas, como un agente bactericida, que destruye algunas bacterias.

Además, también puede inhibir el crecimiento de microorganismos que son dañinos para las plantas.

4- Reducir el hambre

La ingesta de los MTC puede ayudarnos a comer menos y sentir menos hambre ya que el organismo, al descomponerlos, produce moléculas llamadas cetonas, las cuales reducen el apetito tanto alterando los niveles de la grelina, la hormona que induce al apetito, como actuando directamente sobre los mensajeros químicos del cerebro. Es decir, actúa de manera similar a las dieta cetogénicas o "Keto" tan de moda.

Sin embargo, aunque el aceite de coco es una de las fuentes naturales más ricas de MCT, no hay evidencia de que el aceite de coco en sí mismo reduzca el apetito más que otros aceites.

5- Reducir las convulsiones

La dieta cetogénica o keto se creó en 1920 para combatir un tipo de epilepsia llamada refrectaria en personas resistente a los medicamentos. Esta dieta, muy baja en carbohidratos y alta en grasas, ayuda a reducir las convulsiones epilépticas.

Los investigadores creen que la falta de glucosa disponible para alimentar las células cerebrales es una posible explicación de la reducción en la frecuencia de las convulsiones en personas con epilepsia que siguen dietas cetogénicas.

Recientemente, se descubrió que se puede tratar la epilepsia de manera efectiva siguiendo dietas cetogénicas modificadas que incluyen MCT y una asignación de carbohidratos más generosa para inducir la cetosis.

La investigación muestra que los MCT en el aceite de coco se transportan al hígado y se convierten en cetonas. 

6- Mejorar la salud de la piel

El aceite de coco tiene muchos usos para mejorar la salud y el aspecto de la piel. Los estudios demuestran que el aceite de coco puede aumentar la humedad de la piel seca. También puede mejorar la función de la piel, ayudando a prevenir la pérdida excesiva de agua y protegiéndolo de factores externos, como agentes infecciosos, químicos y alérgenos.

De hecho, un estudio reciente determinó que aplicar de 6 a 8 gotas de aceite de coco virgen en las manos y dejarlo toda la noche puede ser una forma efectiva de prevenir la piel seca causada por el uso frecuente de desinfectantes para manos a base de alcohol.

También puede reducir la gravedad de los síntomas leves a moderados de la dermatitis atópica.

7- Proteger el cabello

El aceite de coco también puede proteger contra el daño del cabello. Por ejemplo, un estudio determinó que, dado que el aceite de coco penetra profundamente en los mechones de pelo, los hace más flexibles y aumenta su fuerza para evitar que se rompan bajo tensión.

8- Mejorar la salud bucal

La evidencia muestra que el uso de aceite de coco como enjuague bucal, mediante un proceso llamado extracción de aceite, beneficia la higiene bucal y puede reducir las bacterias dañinas de la boca. Se cree que esto se debe a las propiedades antibacterianas del ácido láurico.

Además, el ácido láurico en el aceite de coco reacciona con la saliva para formar una sustancia similar al jabón que previene las caries y ayuda a reducir la acumulación de placa dental y la inflamación de las encías.

9- Reducir los síntomas de la enfermedad de Alzheimer

Se cree que las cetonas pueden compensar los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer de leve a moderada al proporcionar una fuente de energía alternativa para las células cerebrales. Por esta razón, se han investigado alimentos individuales como el aceite de coco por su papel potencial en el control de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, se necesitan estudios más amplios en humanos.

10- Podría ayudar a la salud cardiovascular

Algunas investigaciones afirman que es beneficioso para la salud del corazón. Esto se debe a que alguna evidencia sugiere que puede reducir los niveles de colesterol LDL (malo) y aumentar los niveles de colesterol HDL (bueno).

Sin embargo, la evidencia sobre los efectos del aceite de coco en los niveles de colesterol en la sangre es contradictoria.

Una posible explicación de los resultados contradictorios podría ser la diferencia de métodos entre los estudios. Por ejemplo, algunos estudios comparan los efectos del aceite de coco con otras fuentes de grasas vegetales saturadas, mientras que otros lo comparan con grasas animales saturadas, como la mantequilla.

El aceite de coco disminuye la síntesis y cantidad de partículas apoB, que son realmente la forma “dañina” de LDL-C. Medir solamente LDL-C no es suficiente para estimar el riesgo cardiovascular.

Un aumento en los niveles de colesterol HDL (bueno) en realidad reduce el riesgo de enfermedad cardíaca, por lo que podría pensarse que el aumento de HDL del aceite de coco podría ser beneficioso. El aceite de coco aumenta la apoA.

Sin embargo, la American Heart Association (AHA) ha determinado que los aumentos en HDL causados por la dieta o la terapia con medicamentos no parecen estar directamente relacionados con los cambios en el riesgo de enfermedad cardíaca. Su uso en la prevención todavía es controvertido, y solamente tendría sentido si lo utilizamos como parte de una dieta cetogénica, no para “cubrir” los defectos de una dieta mixta alta en carbohidratos y grasas procesadas.

¿Puede ayudarnos el aceite de coco a vivir más?

Además de todos los beneficios para la salud antes comentados, el aceite de coco es una buena fuente de antioxidantes que ayudan a neutralizar las moléculas dañinas llamadas radicales libres. Esto, a su vez, ayuda a prevenir varias enfermedades crónicas y degenerativas.

Algunos de los principales tipos de antioxidantes en el aceite son tocoferoles, tocotrienoles, fitoesteroles, flavonoides y polifenoles.

Estos antioxidantes le confieren potenciales efectos antiinflamatorios y protectores del cerebro. Por lo tanto, nos ayudan a retrasar ciertas enfermedades y trastornos asociados al envejecimiento.

¿Cómo tomar el aceite de coco?

El aceite de coco puede usarse en forma de aceite añadido a las comidas. Pero para controlar mejor la dosis adecuada y evitar los perjuicios de ingerir demasiadas grasas saturadas, podemos encontrarlo en forma de cápsulas.

Para que funcione, por lo general, está recomendado la ingestión de 2 a 4 cápsulas de 1 g o 1.000 mg al día, que deben tomarse antes de las principales comidas.

Algunos de los efectos secundarios del aceite de coco en cápsulas incluyen reacciones de alergia con síntomas como comezón, enrojecimiento, puntos rojos e hinchazón de la piel.

El aceite de coco en cápsulas está contraindicado para pacientes con alergia a cualquiera de los componentes de la fórmula. No se recomienda en caso de embarazo, lactancia o niños.

Al comprar suplementos, se deben buscar aquellos con aceite de coco virgen, que se extrae de los cocos frescos sin utilizar calor ni productos químicos. El aceite de coco virgen retiene antioxidantes más beneficiosos que el aceite de coco procesado, que se llama aceite de copra.

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Ideas clave

  • El aceite de coco proviene de la nuez (fruto) de la palma de coco. Contiene ácidos grasos de cadena media, que incluyen ácido cáprico, ácido caprílico y ácido láurico. Aproximadamente del 52% al 85% del aceite de coco se compone de grasas saturadas específicas, llamadas ácidos grasos de cadena media.
  • El aceite de coco contiene un tipo de grasas saturadas llamado triglicéridos de cadena media que no elevan el colesterol como lo hacen otras grasas saturadas, por lo que puede ser bueno para la salud cardiovascular, entre otros beneficios. De hecho, el aceite de coco es una de las pocas fuentes principales de triglicéridos de cadena media o MCT. Alrededor del 60 por ciento del aceite de coco consiste en MCT, principalmente uno llamado ácido láurico. Estos MCT se metabolizan más como los carbohidratos, por lo que se digieren fácilmente y se usan como energía.
  • Entre los principales beneficios para la salud encontramos perder peso, proporcionar energía, luchar contra bacterias, reducir el hambre, reducir las convulsiones, mejorar la salud de la piel y el cabello, mejorar la salud bucal, reducir los síntomas del Alzheimer y algunos estudios afirman que puede ayudar a la salud cardiovascular, pero este punto es más controvertido.
  • Además de todos los beneficios para la salud antes comentados, el aceite de coco es una buena fuente de antioxidantes que ayudan a neutralizar las moléculas dañinas llamadas radicales libres. Esto, a su vez, ayuda a prevenir varias enfermedades crónicas y degenerativas, por lo que nos podría ayudar a vivir más.
  • El aceite de coco puede usarse en forma de aceite añadido a las comidas. Pero para controlar mejor la dosis adecuada y evitar los perjuicios de ingerir demasiadas grasas saturadas, podemos encontrarlo en forma de cápsulas. Para que funcione, por lo general, está recomendado la ingestión de 2 a 4 cápsulas de 1 g o 1.000 mg al día, que deben tomarse antes de las principales comidas.

Enfermedades relacionadas

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Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Tomás Duraj

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