¿Por qué funcionan los placebos (incluso si lo sabes)?

¿Por qué funcionan los placebos (incluso si lo sabes)?

El efecto placebo funciona porque el cerebro y el cuerpo están profundamente conectados: las expectativas, creencias y el contexto terapéutico pueden provocar respuestas fisiológicas reales, incluso sin un principio activo farmacológico. Descubre cómo funciona el efecto placebo y cómo aprovecharlo para mejorar tu salud.

Índice

¿Qué es el efecto placebo y el efecto nocebo?

Los efectos placebo y nocebo son los efectos de las expectativas positivas y negativas de los pacientes, respectivamente, sobre su estado de salud.

Estos efectos se producen en diversos contextos clínicos, como el tratamiento con un principio activo o un placebo en la práctica clínica o en un ensayo clínico, el proceso de consentimiento informado, la información sobre tratamientos médicos y las campañas de salud pública.

Los efectos placebo producen resultados beneficiosos, mientras que los efectos nocebo producen resultados perjudiciales y peligrosos. La variación en la forma en que los pacientes responden a los tratamientos y experimentan síntomas se atribuye en parte a los efectos placebo y nocebo.

En muchos ensayos clínicos doble ciego de tratamientos para el dolor o trastornos psiquiátricos, por ejemplo, las respuestas al placebo son similares a las del tratamiento activo, y hasta el 19% de los adultos y el 26% de los ancianos que toman placebos reportan efectos secundarios. Además, hasta una cuarta parte de los pacientes que reciben placebo en ensayos clínicos lo interrumpen debido a los efectos secundarios, lo que sugiere que un efecto nocebo puede contribuir a la interrupción o falta de adherencia a los tratamientos activos.

La neurobiología del efecto placebo nació en 1978, cuando se demostró que la analgesia placebo podía ser bloqueada por el antagonista opioide naloxona, lo que indica una participación de opioides endógenos.

¿Por qué funciona el efecto placebo?

1. Expectativas del paciente

Cuando una persona cree que un tratamiento funcionará, su cerebro puede liberar sustancias como dopamina, endorfinas y opioides endógenos que producen un efecto terapéutico.

Se ha demostrado que los efectos placebo están asociados con la liberación de sustancias como opioides endógenos, endocannabinoides, dopamina, oxitocina y vasopresina. Los efectos de cada una de estas sustancias son específicos del sistema diana (es decir, el dolor, el sistema motor o el sistema inmunitario) y de la enfermedad (p. ej., artritis o enfermedad de Parkinson). Por ejemplo, la liberación de dopamina influye en los efectos placebo del tratamiento de la enfermedad de Parkinson, pero no en los efectos placebo del tratamiento del dolor crónico o agudo.

2. Activación de mecanismos neurobiológicos

Estudios con neuroimagen han demostrado que el placebo puede activar las mismas regiones cerebrales que los medicamentos reales. Por ejemplo, en pacientes con dolor, el placebo puede activar zonas como la corteza prefrontal y el sistema opioide del cerebro.

La experiencia del dolor surge de factores tanto fisiológicos como psicológicos, incluyendo las creencias y expectativas personales. Por lo tanto, los tratamientos placebo sin efectos farmacológicos intrínsecos pueden producir analgesia al alterar las expectativas. Sin embargo, existe controversia sobre si los placebos alteran la transmisión sensorial del dolor, el afecto del dolor o simplemente inducen acatar las sugerencias de los investigadores. En dos experimentos con resonancia magnética funcional (fMRI), se observó que la analgesia placebo se relacionaba con una disminución de la actividad cerebral en las regiones cerebrales sensibles al dolor, incluyendo el tálamo, la ínsula y la corteza cingulada anterior, y se asociaba con un aumento de la actividad durante la anticipación del dolor en la corteza prefrontal, lo que demuestra que los placebos alteran la experiencia del dolor.

3. Condicionamiento clásico

Si una persona ha tomado una pastilla que le ha funcionado en el pasado, el solo hecho de tomar una similar puede desencadenar una respuesta condicionada, aunque no contenga principios activos.

Varios estudios sugieren que el efecto placebo es un fenómeno de aprendizaje en el que la experiencia previa con un resultado terapéutico desempeña un papel importante. De hecho, se pueden obtener respuestas placebo robustas tras la exposición repetida a tratamientos eficaces. Por el contrario, aunque las sugerencias verbales por sí solas también pueden provocar respuestas placebo, estas son más leves. El efecto potenciador de la experiencia positiva previa no se comprende bien, pero el condicionamiento y/o las expectativas parecen influir.

4. Relación médico-paciente

La confianza en el profesional de salud y el entorno clínico también influyen. Una actitud positiva del médico puede potenciar el efecto placebo.

Los resultados de un estudio mostraron una mejora progresiva en los síntomas:

• Observación: mejoras mínimas.

• Placebo limitado: mejoras moderadas.

• Placebo potenciado: mejoras significativas en síntomas, calidad de vida y alivio general.

Esto sugiere que los efectos no específicos del tratamiento pueden combinarse de manera acumulativa, y que la relación médico-paciente es el componente más influyente del efecto placebo.

5. Influencia emocional y reducción del estrés

Creer que se está recibiendo tratamiento puede reducir la ansiedad, lo que a su vez disminuye la producción de cortisol y mejora el bienestar general.

El efecto placebo es un fenómeno psicobiológico atribuible a diferentes mecanismos, como la expectativa de mejoría clínica y el condicionamiento pavloviano. Por lo tanto, debemos buscar diferentes mecanismos en diferentes condiciones, ya que no existe un único efecto placebo, sino muchos. Hasta la fecha, la mayoría de los mecanismos neurobiológicos que subyacen a este complejo fenómeno se han estudiado en el campo del dolor y la analgesia, aunque investigaciones recientes se han realizado con éxito en el sistema inmunitario, los trastornos motores y la depresión. En general, el efecto placebo parece ser un modelo muy adecuado para comprender cómo una actividad mental compleja, como la expectativa, interactúa con diferentes sistemas neuronales.

A nivel psicológico, aún queda mucho por hacer para desentrañar los mecanismos psicológicos que podrían impulsar estas activaciones comunes y los efectos placebo. Una hipótesis es que los efectos placebo son impulsados por la atención ejecutiva: las evaluaciones de seguridad pueden conducir a un mayor uso de estrategias de autodistracción. La corteza prefrontal dorsal y ventral se activa ante una amplia variedad de condiciones cognitivamente exigentes. Numerosos estudios sobre la distracción del dolor también producen activación en estas regiones.

Otra hipótesis es que los efectos placebo reducen la ansiedad, lo que a su vez reduce el dolor. Esta explicación no parece suficiente para explicar la activación generalizada en los sistemas frontales encontrada en los estudios. Sin embargo, el hallazgo de disminuciones en la amígdala inducidas por placebo sugiere que el valor de amenaza de las señales que predicen el dolor disminuye con placebo.

Una tercera alternativa es que esta red esté al servicio del proceso de generación de significado y evaluación de eventos actuales y previstos. El tratamiento placebo efectivo puede generar una reevaluación activa de la importancia del dolor, lo que involucra a la corteza oftalmológica (COF) y a los sistemas prefrontales laterales en la generación y el mantenimiento del contexto a corto plazo que sesga el procesamiento nociceptivo y afectivo en curso.

¿Y el efecto nocebo? ¿Cómo puede afectar negativamente a nuestra salud?

El efecto nocebo ocurre cuando las expectativas negativas provocan síntomas o empeoran una condición de salud, incluso sin causa médica real. Es la aparición de efectos adversos reales provocados por la creencia de que un tratamiento (o situación) causará daño, aunque sea inerte (como una pastilla de azúcar o una intervención sin riesgos reales). Se produce por diversas causas:

1. Expectativas negativas y sugestión

Cuando una persona cree que algo le hará daño, su cerebro anticipa el malestar, lo que activa redes neuronales relacionadas con el dolor, el estrés y la ansiedad. El artículo de Barsky et al. (2002), titulado "The Nocebo Phenomenon: Negative Expectations and the Patient's Experience of Health Care" y publicado en JAMA, explora cómo las expectativas negativas de los pacientes pueden influir en la percepción y experiencia de efectos adversos durante tratamientos médicos, incluso cuando estos efectos no tienen una causa farmacológica directa.

Entre los factores que contribuyen al efecto nocebo se incluyen:

• Expectativas negativas sobre los efectos secundarios al inicio del tratamiento.

• Condicionamiento basado en experiencias previas donde se asociaron medicamentos con síntomas somáticos.

• Características psicológicas como ansiedad, depresión y tendencia a somatizar.

• Factores situacionales y contextuales, como la forma en que se comunica la información sobre el tratamiento.

El artículo destaca que estos efectos no específicos pueden ser comunes, angustiantes y costosos, pero a menudo son poco estudiados y comprendidos. El estudio enfatiza la importancia de abordar el efecto nocebo en la práctica clínica para mejorar la adherencia al tratamiento y los resultados de salud.

2. Neurobiología del nocebo

El nocebo se asocia con el aumento de actividad en el sistema límbico (relacionado con el miedo y el dolor), así como con la liberación de colecistoquinina (CCK), un neurotransmisor que intensifica la percepción del dolor.

Se ha demostrado que la exacerbación del dolor producido experimentalmente mediante sugestión verbal, un efecto nocebo, está mediada por el neuropéptido colecistoquinina y bloqueada por la proglumida, un antagonista mixto de los receptores de colecistoquinina tipo A y tipo B. Este tipo de hiperalgesia inducida verbalmente se ha asociado con un aumento de la actividad del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal en personas sanas. Tanto la hiperalgesia como la hiperactividad hipotálamo-hipofisario-adrenal son antagonizadas por la benzodiazepina diazepam, lo que sugiere un papel de la ansiedad en estos efectos nocebo. Sin embargo, la proglumida bloquea la hiperalgesia, pero no la hiperactividad hipotálamo-hipofisaria-suprarrenal, lo que sugiere la participación del sistema de colecistoquinina en el componente de hiperalgesia del efecto nocebo, pero no en el componente de ansiedad. Las influencias genéticas en los efectos placebo y nocebo se han vinculado a haplotipos de polimorfismos de un solo nucleótido en los genes de la dopamina, los opioides y los endocannabinoides.

3. Influencia de la información médica

Explicar posibles efectos secundarios puede inducir el nocebo. Por ejemplo, cuando los pacientes son advertidos sobre dolores de cabeza como efecto secundario, más personas reportan dolor, aunque hayan recibido un placebo.

Las imágenes cerebrales y de médula espinal han demostrado que los efectos nocebo aumentan la señalización del dolor desde la médula espinal hasta el cerebro. En experimentos que evaluaron la respuesta a cremas placebo descritas como dolorosas y etiquetadas con precios altos o bajos, se activaron las regiones de transmisión del dolor en el cerebro y la médula espinal cuando las personas esperaban sentir más dolor con un tratamiento más costoso. De manera similar, algunos experimentos evaluaron el dolor inducido por calor y aliviado por el potente opioide remifentanilo; en participantes que creían haber suspendido el remifentanilo, se activó el hipocampo y un efecto nocebo bloqueó la eficacia terapéutica del fármaco, lo que sugiere un papel del estrés y la memoria en este efecto

4. Ansiedad y atención corporal

El nocebo también está ligado a la hipervigilancia corporal. Las personas ansiosas tienden a notar más sensaciones físicas y a interpretarlas como negativas o peligrosas.

Ejemplos comunes de síntomas causados por el efecto nocebo:

• Dolor de cabeza, náuseas o insomnio tras leer efectos secundarios de un medicamento.

• Empeoramiento del dolor tras una sugerencia negativa.

• Reacciones adversas por “alergias” inexistentes (diagnosticadas por autoconvicción).

Cómo usar el efecto placebo para mejorar tu salud

1. Cree en tu rutina (aunque sepas que es simbólica). El simple hecho de seguir un ritual con intención puede activar circuitos cerebrales de sanación.

Ejemplo: Tomar un vaso de agua con limón cada mañana creyendo que “te desintoxica” puede ayudarte a sentirte mejor, comer más sano y estar más consciente, aunque el agua sola no tenga efecto “detox”.

2. Acompaña tus nuevos hábitos con afirmaciones o intenciones. “Este paseo diario me llena de energía”, “Estas respiraciones calman mi sistema nervioso”.

Esto activa el poder de la expectativa positiva, uno de los mecanismos centrales del placebo.

3. Asocia hábitos saludables con sensaciones placenteras. Ejemplo: Usa música relajante al meditar, una taza bonita para tus infusiones saludables, una app visual para registrar tu progreso.

Esto condiciona tu mente a disfrutar el hábito, y activa un sistema de recompensa más fuerte.

4. Confía en el poder de la relación humano-humano. Hablar con un profesional empático (coach, terapeuta, médico) potencia cualquier intervención, incluso si no es farmacológica. Como hemos visto, el “efecto placebo relacional” está bien documentado.

5. Crea tus propios rituales saludables

Ejemplo:

• Encender una vela al escribir tu diario de gratitud.

• Respirar profundamente antes de una comida saludable.

• Usar una pulsera como “recordatorio placebo” de tu compromiso.

Esto convierte comportamientos simples en símbolos de bienestar, que tu cuerpo y mente empiezan a asociar con mejora.

El efecto placebo no es "autoengaño", sino un ejemplo del poder que tiene la mente sobre el cuerpo. Si se usa con conciencia, puede ser una herramienta real de transformación.

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Ideas clave

  • El efecto placebo es un efecto que mejora la salud causada por expectativas positivas del paciente, incluso si el tratamiento no tiene principio activo.
  • Mientras que el efecto nocebo es la aparición o empeoramiento de síntomas por expectativas negativas, sin causa médica real.
  • ¿Cómo funciona el efecto placebo? Expectativas positivas: el cerebro libera sustancias como dopamina, endorfinas y opioides endógenos.
  • Mecanismos neurobiológicos: activa regiones cerebrales similares a las de tratamientos reales (corteza prefrontal, sistema opioide).
  • Condicionamiento clásico: experiencias previas positivas con medicamentos refuerzan el efecto.
  • Relación médico-paciente: una actitud empática y optimista del profesional potencia el placebo.
  • Reducción del estrés: la confianza en el tratamiento disminuye la ansiedad y mejora el bienestar general.
  • ¿Y el efecto nocebo? Surge por expectativas negativas, condicionamiento previo, ansiedad o mala comunicación médica.
  • Aumenta la actividad cerebral relacionada con el miedo y el dolor (amígdala, sistema límbico).
  • Está relacionado con la liberación de colecistoquinina (CCK), que intensifica el dolor.
  • Se agrava por hipervigilancia corporal en personas ansiosas o con tendencia a somatizar.
  • ¿Cómo usar el efecto placebo a favor? Cree en tus rituales saludables, aunque simbólicos. Usa afirmaciones positivas con tus hábitos. Asocia hábitos con placer (música, objetos, entorno). Apóyate en relaciones humanas empáticas. Crea rutinas con significado para tu mente y cuerpo. 

Fuente:

 
  • Benedetti F, Mayberg HS, Wager TD, Stohler CS, Zubieta JK. Neurobiological mechanisms of the placebo effect. J Neurosci. 2005 Nov 9;25(45):10390-402. doi: 10.1523/JNEUROSCI.3458-05.2005.
 
  • Wager TD, Rilling JK, Smith EE, Sokolik A, Casey KL, Davidson RJ, Kosslyn SM, Rose RM, Cohen JD. Placebo-induced changes in FMRI in the anticipation and experience of pain. Science. 2004 Feb 20;303(5661):1162-7. doi: 10.1126/science.1093065.
 
  • Luana Colloca, Fabrizio Benedetti, How prior experience shapes placebo analgesia, Pain, Volume 124, Issues 1–2, 2006, Pages 126-133, https://doi.org/10.1016/j.pain.2006.04.005.
 
  • Kaptchuk, T. J., et al. (2008). "Components of placebo effect: randomised controlled trial in patients with irritable bowel syndrome", BMJ, 336(7651): 999–1003. https://doi.org/10.1136/bmj.39524.439618.25
 
  • Hauser, W., et al. (2012). "Nocebo phenomena in medicine: Their relevance in everyday clinical practice", Dtsch Arztebl Int, 109(26): 459–465. https://doi.org/10.3238/arztebl.2012.0459https://doi.org/10.3238/arztebl.2012.0459
 
  • Barsky, A. J., et al. (2002). "The Nocebo Phenomenon: Negative Expectations and the Patient's Experience of Health Care", JAMA, 289(1): 120–123. https://doi.org/10.1001/jama.289.1.120

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Carlos Gutiérrez

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