Enfermedades cardiovasculares, arterioesclerosis y longevidad

Índice

• ¿Qué son las enfermedades cardiovasculares?
• ¿Cómo se relacionan las enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento?
• ¿Cómo prevenir las enfermedades cardiovasculares relacionadas con el envejecimiento?

¿Qué son las enfermedades cardiovasculares?

Las enfermedades cardiovasculares son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos.

Se clasifican en medicina en:

- hipertensión arterial (presión alta): la presión arterial alta aumenta el riesgo de infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.

- cardiopatía coronaria (infarto de miocardio): es el tipo más común de problema cardiaco y la causa es la acumulación de placa en las arterias que conducen al corazón, que no puede recibir suficiente sangre y oxígeno.

- enfermedad cerebrovascular (apoplejía): causado por la falta de flujo sanguíneo al cerebro. Este problema puede ocurrir como consecuencia de un coágulo de sangre que viaja a los vasos sanguíneos del cerebro o por una hemorragia en el mismo.

- enfermedad vascular periférica: ocurre cuando las arterias de las piernas y los pies se estrechan por la acumulación de placas en ellas. Las arterias estrechas reducen o bloquean el flujo sanguíneo y el oxígeno a las piernas, lo que puede lesionar los nervios y tejidos de la zona.

- insuficiencia cardíaca: ocurre cuando el miocardio (tejido muscular del zorazón) se vuelve rígido o débil, por lo que no puede bombear la cantidad de sangre limpia u oxigenada suficiente, causando una serie de problemas. Puede afectar solo a un lado del corazón. 

- cardiopatía congénita: es un problema relacionado con la estructura y funcionamiento del corazón causado durante el desarrollo del feto, por lo que está presente desde el nacimiento. Existen muchos tipos de cardiopatías congénitas de diversa gravedad. 

- miocardiopatías: es una enfermedad del miocardio (el músculo cardíaco) que dificulta el bombeo de sangre del corazón al resto del cuerpo. La miocardiopatía puede provocar una insuficiencia cardíaca. Los principales tipos de miocardiopatía son la miocardiopatía dilatada, la hipertrófica y la restrictiva.

Estos problemas a menudo se deben a la arteriosclerosis, una afección que ocurre cuando la grasa y el colesterol se acumulan en las paredes de las arterias. Esta acumulación se llama placa. Con el tiempo, la placa puede estrechar los vasos sanguíneos o incluso obstruir la arteria del todo y causar problemas en todo el cuerpo, fundamentalmente un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

¿Cómo se relacionan las enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento?

El envejecimiento es el declive de las funciones fisiológicas básicas de un ser vivo (respiración, deglución, movimiento) a causa de una serie de cambios genéticos, celulares, moleculares, orgánicos... que están influidos por el paso de los años, pero también por la dieta, la educación, el medio ambiente, etc. 

Las enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento (como las cardiovasculares) se producen por los mismos mecanismos que el envejecimiento en sí, es decir, un deterioro de sus células, moléculas, etc. A su vez, el desarrollo de este tipo de enfermedades aceleran el envejecimiento, reduciendo la esperanza de vida. 

No obstante, aunque es cierto que la genética, la edad y el envejecimiento provoca la aparición de estas enfermedades del sistema circulatorio al producir diversos procesos como el engrosamiento de las arterias, el incremento de la masa cardiaca del ventrículo izquierdo por hipertrofia, la hipertensión arterial, etc., también es cierto que el estilo de vida es fundamental a la hora de la aparición de estas enfermedades. Así, la dieta, la vida sedentaria, el peso, el tabaco o el estrés son clave para el desarrollo temprano (entre los 40 y los 60 años) de estas patologías.

Por lo tanto, si quieres aumentar tu esperanza de vida y tu longevidad, debes evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares, ya que estas patologías disminuyen la esperanza de vida hasta en 12 años, que puede llegar a 15 si además padeces diabetes mellitus tipo 2.

¿Cómo prevenir las enfermedades cardiovasculares relacionadas con el envejecimiento?

- Dieta: el primer paso es la dieta, evitar todos aquellos alimentos que conducen a la aparición de la arterioesclerosis, como grasas trans, alimentos ultraprocesados… y sustituirlos por alimentos saludables como frutas, verduras y grasas poliinsaturadas. La arterioesclerosis es un proceso complejo en el que influyen no solamente las partículas de transportadores de colesterol (apolipoproteínas LDL, HDL y otras densidades), sino también el microambiente de inflamación y disfunción endotelial.

- Peso: el sobrepeso y la obesidad conducen a la acumulación de grasa en todo el organismo, incluido en las arterias, dando lugar a la arterioesclerosis y las enfermedades cardiovasculares.

- Ejercicio físico: el ejercicio regular disminuye el avance de la rigidez arterial y además mejora la función endotelial en el músculo esquelético, lo cual favorece la vasodilatación, mejorando el flujo sanguíneo. Además, el ejercicio disminuye la presión arterial y la frecuencia cardiaca, con lo cual disminuye la distensión de la pared arterial. La dosis de ejercicio recomendado es de 2,5 h a la semana. Pero a cada paciente se le debe hacer una recomendación individualizada con 3 características principales: intensidad, duración y frecuencia.

- Estilo de vida saludable, lo que incluye no haber fumado nunca, no beber mucho alcohol, evitar el estrés y dormir lo necesario. No obstante, para los fumadores, conviene saber que el fumador a cualquier edad, cuando deja de fumar, reduce el riesgo de muerte por cardiopatía isquémica a la mitad en dos años y se iguala al de los que nunca han fumado en 10 años.

- Controla la presión arterial: mantén tu presión arterial bajo control. Si tienes presión arterial alta, sigue las recomendaciones médicas para controlarla, como llevar una dieta baja en sodio, hacer ejercicio regularmente, reducir el estrés y tomar los medicamentos recetados si es necesario.

- Controla los niveles de colesterol: mantén tus niveles de colesterol dentro de los límites saludables. Limita el consumo de alimentos ricos en colesterol y grasas saturadas. Si es necesario, sigue una dieta baja en colesterol y considera hablar con tu médico sobre la necesidad de medicamentos para reducir el colesterol.

- Controla la diabetes: si tienes diabetes, mantén tus niveles de azúcar en sangre bajo control. Sigue un plan de alimentación saludable, toma los medicamentos según lo recetado, haz ejercicio regularmente y realiza controles regulares con tu médico.

- Controla el estrés: el estrés crónico puede tener un impacto negativo en la salud cardiovascular. Encuentra formas de manejar el estrés, como la práctica de técnicas de relajación, meditación, ejercicio regular, mantener conexiones sociales y buscar actividades que te brinden alegría y bienestar.

- Realiza controles médicos regulares: visita a tu médico regularmente para realizar chequeos de salud, incluyendo pruebas de detección de enfermedades cardiovasculares. Esto permite identificar tempranamente cualquier problema y tomar medidas preventivas o de tratamiento adecuadas.

- Uso de estatinas: este tipo de fármacos hipolipemiantes son los más usados para prevenir y tratar las enfermedades cardiovasculares y su uso durante años ha resultado muy efectivo después de síndromes coronarios agudos o accidentes cerebrovasculares. Conseguir reducir los niveles de colesterol LDL por debajo de 70 mg/dl en un primer paso y posteriormente a menos de 50 reduce el riesgo. Las estatinas, sin embargo, no son libres de efectos secundarios y nunca deben sustituir un estilo de vida saludable.

- ¿Uso de aspirina?: durante años se ha usado la aspirina para prevenir las enfermedades cardiovasculares ya que muchos estudios (estudio) mostraron que el consumo de aspirina reducía el riesgo de padecer infarto de miocardio y accidente cerebrovascular. La reducción asociada con el uso de aspirina en el riesgo de un primer infarto de miocardio parecía estar directamente relacionada con el nivel de proteína C reactiva, lo que aumenta la posibilidad de que los agentes antiinflamatorios puedan tener beneficios clínicos para prevenir la enfermedad cardiovascular. El uso de aspirina a dosis bajas, alrededor de 1 mg/kg de peso y día, ayudaba a bloquear las prostaglandinas proagregantes y vasoconstrictoras, consiguiendo a su vez el aumento de las vasodilatadoras y antiagregantes, evitando por tanto el riesgo de infarto.

No obstante, a pesar del amplio uso durante años de la aspirina para prevenir complicaciones trombóticas cardiovasculares, en los últimos años se ha puesto en duda su uso en pacientes de edad avanzada ya que no ha demostrado ser mejor que un placebo. Según diversos estudios que incluyen a más de 150.000 personas, el uso de aspirina en adultos sanos no produce ningún beneficio en su salud cardiovascular ni reduce el riesgo de infarto. Y, por el contrario, aumenta el riesgo de hemorragia cerebral, por lo que no se caonseja su uso como medida preventiva.