Pensar demasiado acorta la esperanza de vida

Pensar demasiado acorta la esperanza de vida

¿Eres de los que le da vueltas a todo? ¿Piensas mucho en tu futuro y en la muerte? ¡Deja de hacerlo! Un estudio demuestra que la alta actividad neuronal está relacionada con una esperanza de vida más corta.

Índice

Si no quieres morir joven, no pienses en la muerte

Si hay algo en lo que los humanos no pueden dejar de pensar es en la muerte. Pero una nueva investigación publicada en la revista Nature sugiere que todo ese pensamiento acerca de nuestra mortalidad podría ser precisamente una de las razones por las que la mortalidad pueda aumentar.

Hasta ahora se sabía que la actividad neuronal cerebral stá implicada en trastornos y enfermedades como demencia, epilepsia, etc. Este nuevo estudio ha demostrado que también tiene un papel clave en el envejecimiento y la esperanza de vida.

En concreto, los investigadores descubrieron que una mayor actividad neuronal tiene un efecto negativo sobre la longevidad. La actividad neuronal se refiere al flujo constante de electricidad y señales por todo el cerebro y la actividad excesiva, o excitación, podría manifestarse de muchas formas, desde una contracción muscular hasta un cambio en el estado de ánimo o un pensamiento nuevo.

En resumen, la longevidad extendida en humanos está asociada con una firma de transcriptoma distinta en la corteza cerebral que se caracteriza por la regulación a la baja de genes relacionados con la excitación neuronal y la función sináptica.

Si bien no hay que pensar en un pensamiento concreto pueda reducir la vida útil de la misma manera que fumar un cigarrillo, es cierto que esta actividad neuronal excesiva no es buena para nuestra salud.

El papel de REST

Para los investigadores, los resultados finales fueron sorprendentes ya que parece claro que el envejecimiento afecte al cerebro, pero no que el cerebro puede ser causa o impulso del envejecimiento. Para comprobar que efectivamente estos resultados sorprendentes eran ciertos, Yankner y sus colegas estudiaron el sistema nervioso de una variedad de animales, incluidos humanos, ratones y lombrices intestinales. Así descubrieron que existe una proteína llamada REST (element 1-silencing transcription factor) implicada en la actividad neuronal excesiva y, por lo tanto, en un envejecimiento más rápido.

En primer lugar, estudiaron muestras cerebrales donadas de personas fallecidas de entre 60 y 100 años y encontraron una gran diferencia entre los participantes con más y menos edad del estudio: las personas que más habían vivido, es decir 85 años o más, tenían una menor expresión de genes relacionados con la excitación neural que las que murieron antes de esta edad. Es decir, en estas personas, los genes relacionados con la excitación neural estaban infraexpresados.

También había significativamente más proteína REST en estas células, lo que concuerda con el resto de sus resultados ya que esta proteína se encarga de regular la expresión de varios genes y protege al cerebro de trastornos como la demencia.

Para demostrar que sus conclusiones no eran simple casualidad, Yankner y sus colegas amplificaron el gen REST en nematodos C.elegans y en ratones. Así comprobaron que cuanta más proteína REST tenían más silencioso y tranquilo estaba su sistema nervioso, lo que implicaba una mayor longevidad.

En Caenorhabditis elegans, la excitación neural aumenta con la edad y la inhibición de la excitación globalmente, o en las neuronas glutamatérgicas o colinérgicas, aumenta la longevidad. Además, la longevidad está dinámicamente regulada por el equilibrio excitatorio-inhibidor de los circuitos neuronales.

Además, encontraron que la esperanza de vida estaba regulada dinámicamente por el equilibrio excitador-inhibidor de los circuitos neuronales. Por lo tanto, un desequilibrio entre la excitación neuronal y la inhibición podría degradar la función neuronal y contribuir al proceso de envejecimiento.

Por lo tanto, mantener activada la proteína REST nos ayuda a reducir la excitación y la actividad neuronal, lo que nos puede ayudar a vivir más.

Esto no se debe solo a la proteína REST, sino a que sus niveles elevados desencadenan una serie de reacciones positivas para la esperanza de vida. En concreto, REST suprime la expresión de genes relacionados con la excitación neuronal, como los receptores de neurotransmisores y la estructura de las sinapsis. Mientras que los niveles más bajos de actividad cerebral activan un conjunto de proteínas llamados factores de transcripción forkhead (FoxA1) que regulan el ciclo celular y la información genética de nuestras células. FoxA1, a su vez, afecta a la señalización de la insulina y al factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF1), implicados en nuestra longevidad ya que tienen funciones en el metabolismo y el crecimiento celular. Por lo tanto, forman una vía de longevidad relacionada con el ayuno intermitente.

El factor de transcripción REST está regulado positivamente en humanos con longevidad prolongada y reprime genes relacionados con la excitación. En particular, los ratones deficientes en REST exhiben una mayor actividad cortical y excitabilidad neuronal durante el envejecimiento. Del mismo modo, las mutaciones de pérdida de función en los genes ortólogos spr-3 y spr-4 de REST de C. elegans elevan la excitación neuronal y reducen la vida útil de los mutantes daf-2 de larga duración. En los gusanos de tipo salvaje, la sobreexpresión de spr-4 suprime la excitación y prolonga la vida útil. REST, SPR-3, SPR-4 y la excitación reducida activan los factores de transcripción FOXO1 y DAF-16 asociados a la longevidad en mamíferos y gusanos, respectivamente.

El camino hacia la longevidad

El estudio podría informar el diseño de nuevas terapias para afecciones que involucran hiperactividad neuronal, como la enfermedad de Alzheimer y el trastorno bipolar.

Por ejemplo, se podría crear un fármaco que aumentara nuestra longevidad suprimiendo la actividad neuronal excesiva, parecidos a los antiepilépticos que suprimen la excitación que conlleva a las convulsiones y que, en lombrices, se ha demostrado que pueden alargar la vida. 

De igual modo, los antidepresivos que bloquean la actividad de la serotonina, una sustancia química necesaria para la actividad cerebral, aumentan la vida útil. Y prácticas como la restricción dietética, la meditación o mantener una actitud positiva ante la vida también se han relacionado durante mucho tiempo en la promoción de una vida más larga y saludable.

Así, mientras la restricción dietética reduce la señalización de insulina/IGF1, lo que este estudio mostró que afecta la proteína REST y la actividad neuronal, tener un estado mental "tranquilo" y evitar la rumiación, por ejemplo, también impactan en la activación de esta proteína.

También te puede interesar

Tratamiento Antienvejecimiento

Echa un vistazo al tratamiento de Antienvejecimiento. Analizamos tu salud con analíticas avanzadas y un sensor metabólico para ayudarte a adquirir los hábitos precisos para vivir más..

Ver tratamiento Calculadora de Esperanza de Vida

Ideas clave

  • La actividad neuronal del cerebro, implicada durante mucho tiempo en trastornos que van desde la demencia hasta la epilepsia, desempeña un papel en el envejecimiento y la duración de la vida humana.
  • Por eso, pensar en la muerte podría incrementar la mortalidad.
  • La actividad neuronal excesiva afecta la longevidad negativamente ya que una mayor excitación neuronal puede acelerar el envejecimiento.
  • La proteína REST regula la actividad neuronal y protege el cerebro. REST regula genes que disminuyen la excitación neuronal.
  • Personas mayores con más REST muestran menos excitación neural y viven más.
  • Los investigadores encontraron que REST calma el sistema nervioso y prolonga la vida.
  • La longevidad depende del equilibrio entre excitación e inhibición neuronal. 
  • Factores como FoxA1 e IGF1 se asocian a la longevidad y metabolismo celular.
  • Terapias para reducir la hiperactividad neuronal, como fármacos antiepilépticos, podrían extender la vida, así como la restricción dietética, la meditación y una actitud positiva.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

 

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Tomás Duraj

×