El ejercicio físico previene el Alzheimer

El ejercicio físico previene el Alzheimer

Desde hace tiempo se sabe que el ejercicio físico es una de las mejores formas de prevenir la demencia senil, especialmente la enfermedad de Alzheimer. Un nuevo estudio confirma que las personas que están en mejor forma física tienen menos probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que las personas que tienen menos forma física.

Índice

¿Se puede prevenir el Alzheimer?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa con inicio insidioso y deterioro progresivo de las funciones cognitivas y conductuales, incluida la memoria, comprensión, lenguaje, atención, razonamiento y juicio, que afecta a la salud en general del enfermo.

Es el tipo de demencia senil más habitual, con una incidencia en torno al 11% en Europa, siendo más prevalente cuanto mayor es la población.

Esta enfermedad lleva a dificultades funcionales y de independencia graves que acaban suponiendo la muerte del individuo. Y, lamentablemente, aún no hay una cura, solo medicamentos que pueden retrasar ligeramente los síntomas. Por eso, aunque se siguen investigando medicamentos que terminen con esta enfermedad cada vez más usual en una población envejecida como la española, es crucial la prevención de la misma y, entre los factores más determinantes para evitar su aparición encontramos la actividad física.

¿Cómo ayuda el ejercicio físico a prevenir el Alzheimer?

El ejercicio físico regular es uno de los principales factores de prevención bajo nuestro control. Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico regular retrasa la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Entre los adultos mayores con enfermedad de Alzheimer y otras demencias, la actividad física regular puede mejorar el desempeño de las actividades de la vida diaria y la movilidad, y puede mejorar la cognición global y el equilibrio.

Además, hacer ejercicio en forma regular ayuda a combatir otros factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer, como la depresión y la obesidad.

Así, el ejercicio físico regular ayuda a:

- Conservar la capacidad de pensamiento, razonamiento y aprendizaje en las personas sanas.

- Mejorar la memoria, el razonamiento, el juicio y la capacidad de pensamiento (la cognición) en las personas con Alzheimer leve.

- Retrasar el inicio de la enfermedad de Alzheimer en las personas en riesgo de desarrollar esta enfermedad.

- Aumentar el tamaño del hipocampo, la parte del cerebro asociada con la formación de la memoria.

Esto se debe a que la actividad física ayuda al cerebro a mantener el flujo sanguíneo y a aumentar las sustancias químicas que protegen al cerebro. Asimismo, suele contrarrestar parte de la reducción natural de las conexiones cerebrales que ocurre con la edad.

Si quieres prevenir el Alzheimer, ponte en forma

Además de los beneficios antes señalados, un nuevo estudio realizado por la Academia Americana de Neurología ha confirmado que la actividad física realmente previene el desarrollo del Alzheimer.

Según esta investigación, cuanto mejor era el estado físico de una persona y más en forma estaba, menor era el riesgo de Alzheimer. Por eso, debemos empezar desde ya a hacer ejercicio físico con regularidad para disminuir la posibilidad de tener esta enfermedad. 

El estudio siguió durante 9 años a casi 650.000 veteranos del ejército militar con una edad media de 61 sin Alzheimer al inicio de la investigación.

En el estudio, además, se midió la aptitud cardiorrespiratoria de los participantes ya que indica cómo de bien transporta nuestro oxígeno a los músculos y cómo absorben los músculos ese oxígeno durante el ejercicio.

Los participantes se dividieron en cinco grupos, de menos aptos a más aptos. Los niveles de condición física se determinaron según el rendimiento de los participantes en una prueba de cinta rodante. Esta prueba mide la capacidad de ejercicio, la mayor cantidad de esfuerzo físico que una persona puede soportar. Para las personas de mediana edad y mayores, el nivel más alto de condición física se puede lograr caminando a paso ligero al menos dos horas y media durante casi todos los días. 

El grupo con el nivel más bajo de condición física desarrolló Alzheimer a una tasa de 9,5 casos por 1.000 personas-año, en comparación con 6,4 casos por 1.000 personas-año para el grupo más en forma. La tasa de casos disminuyó a medida que aumentaba el nivel de condición física, con una tasa de 8,5 para el segundo grupo menos apto, 7,4 para el grupo medio y 7,2 para el segundo grupo más apto.

Cuando los investigadores ajustaron otros factores que podrían afectar el riesgo de la enfermedad de Alzheimer (estilo de vida, enfermedades...), encontraron que las personas en el grupo más en forma tenían un 33% menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que las del grupo menos en forma. El segundo grupo más apto tenía un 26% menos de probabilidades, mientras que el grupo intermedio tenía un 20% menos y los del segundo grupo menos apto tenían un 13% menos de riesgo.

“La idea de que se puede reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer simplemente aumentando la actividad es muy prometedora, especialmente porque no existen tratamientos adecuados para prevenir o detener la progresión de la enfermedad”, explica Zamrin, uno de los autores del estudio. “Esperamos desarrollar una escala simple que se pueda individualizar para que las personas puedan ver los beneficios que incluso las mejoras incrementales en el estado físico pueden brindar”.

Por lo tanto, es importante realizar ejercicio físico regular toda la vida, no hay que dejarlo para la tercera edad, puesto que puede ser tarde. Se recomienda realizar unos 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbico y 3 sesiones de ejercicios de fuerza, ya que la combinación de ambos tipos de ejercicio es lo más aconsejable para la salud física y mental.

 

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Ideas clave

  • El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa con inicio insidioso y deterioro progresivo de las funciones cognitivas y conductuales, incluida la memoria, comprensión, lenguaje, atención, razonamiento y juicio, que afecta a la salud en general del enfermo.
  • El ejercicio físico regular es uno de los principales factores de prevención bajo nuestro control. Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico regular retrasa la progresión de la enfermedad de Alzheimer. Entre los adultos mayores con enfermedad de Alzheimer y otras demencias, la actividad física regular puede mejorar el desempeño de las actividades de la vida diaria y la movilidad, y puede mejorar la cognición global y el equilibrio.
  • Además de los beneficios antes señalados, un nuevo estudio realizado por la Academia Americana de Neurología ha confirmado que la actividad física realmente previene el desarrollo del Alzheimer. Según esta investigación, a medida que mejoraba el estado físico de las personas, disminuía su riesgo de enfermedad de Alzheimer.
  • El grupo con el nivel más bajo de condición física desarrolló Alzheimer a una tasa de 9,5 casos por 1.000 personas-año, en comparación con 6,4 casos por 1.000 personas-año para el grupo más en forma.
  • Cuando los investigadores ajustaron otros factores que podrían afectar el riesgo de la enfermedad de Alzheimer, encontraron que las personas en el grupo más en forma tenían un 33 % menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que las del grupo menos en forma.
  • Por lo tanto, es importante realizar ejercicio físico regular toda la vida, no hay que dejarlo para la tercera edad, puesto que puede ser tarde. Se recomienda realizar unos 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbico y 3 sesiones de ejercicios de fuerza, ya que la combinación de ambos tipos de ejercicio es lo más aconsejable para la salud física y mental.

Enfermedades relacionadas

Fuente: American Academy of Neurology. "Physical fitness linked to lower risk of Alzheimer’s disease."

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Tomás Duraj

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