El sexo te ayuda a vivir más

El sexo te ayuda a vivir más

¿Quieres vivir más? ¿Piensas que todo se reduce a comer bien y hacer ejercicio? Por supuesto, la alimentación y la actividad física son los pilares de la longevidad, pero existen muchas otras actividades que nos ayudan a vivir más, y esta seguro que te convence: mantener sexo con regularidad.

Índice

Beneficios del sexo

El sexo es muy beneficioso, siempre que se realice con protección y evitando el riesgo de embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual. Más allá de resultar placentero, ofrece un buen número de beneficios:

1- Mejora el sistema inmunológico. Durante el sexo el cuerpo produce grandes cantidades de la hormona DHEA (dehidroepiandrosterona), un químico anti-edad que produce el propio cuerpo y nos ayuda a estar más sanos.

2- Nos hace sentir mejor. Al mantener relaciones sexuales liberamos serotonina y endorfinas, neurotransmisores que mejoran nuestro estado de ánimo y nos aportan felicidad. Incluso mejora nuestra autoestima.

3- Protege contra la gripe o el resfriado. El sexo regular, varias veces a la semana, incrementa en un tercio los niveles de un anticuerpo llamado Inmunoglobulina A (IgA), que nos prortege frente a enfermedades respiratorias como el resfriado o la gripe. 

4- Mejora nuestro estado físico. El sexo es una uno de los mejores deportes. 30 minutos de sexo queman hasta 100 calorías. Por lo tanto, nos ayuda a perder peso y a estar en forma.

5- Reduce el dolor. El sexo proporciona endorfinas, llamadas opioides naturales porque los produce el propio cuerpo. Así, el sexo ayuda a reducir el dolor de cabeza, el dolor menstrual o incluso el dolor de parto.

6- Evita enfermedades cardiovasculares. Tener sexo una o dos veces por semana reduce en un 50% el riesgo de un ataque cardíaco en comparación con aquellas personas que solamente tienen relaciones sexuales una vez al mes o menos. 

7- Mejora nuestra piel. El sexo aumenta el flujo sanguíneo y los nutrientes que llegan a la piel, favoreciendo el desarrollo de nuevas células cutáneas y la regeneración de la piel, haciendo que esté más saludable, con menos arrugas y más brillante.

8- Reduce el estrés. El sexo es la mejor terapia antiestrés, ya que reduce la hormona cortisol, la que se produce cuando tenemos altos niveles de estrés.

9- Favorece el sueño. El sexo estimula la producción de melatonina, una hormona que induce el sueño profundo. De hecho, la melatonina suele ser un tratamiento habitual contra el insomnio.

Además, un estudio comprobó que, para las mujeres, tanto el sexo en pareja y la masturbación con orgasmo mejoran la latencia del sueño y la calidad del sueño, mientras que se percibe que la actividad sexual sin orgasmo ejerce efectos negativos sobre estos parámetros del sueño, la mayoría fuertemente por los hombres. Es decir, si bien no surgieron diferencias de género en el efecto positivo del sexo en pareja con orgasmo sobre el sueño, los efectos negativos de la actividad sexual sin orgasmo fueron más fuertes en los hombres. Los resultados de los presentes estudios indican que la actividad sexual, especialmente con una pareja, puede ser un comportamiento valioso para promover el buen sueño y, por lo tanto, la salud en general.

10- Evita enfermedades neurodegenerativas. Un estudio realizado en ratas macho descubrió que el sexo diario durante dos semanas ayudó al crecimiento neuronal (generación de nuevas neuronas) y a mejorar las funciones cognitivas. 

La investigación en humanos ha arrojado resultados similares. Un estudio analizó las prácticas sexuales de casi 7.000 adultos de 50 a 89 años y comprobó que aquellos que tenían sexo con frecuencia se desempeñaban mejor en una tarea de secuenciación numérica (que sirve para medir funciones ejecutivas como la resolución de problemas) y una tarea de recuperación de palabras (que mide la memoria).

Por último, otra investigación que involucró a aproximadamente 6.000 adultos de 50 años en adelante exploró cómo la frecuencia sexual se asoció con el rendimiento en dos tareas de memoria episódica administradas con dos años de diferencia. Los participantes que tuvieron relaciones sexuales con mayor frecuencia tuvieron un mejor desempeño en la prueba de memoria.

¿Puede el sexo ayudarnos a vivir más?

Solo con los beneficios antes indicados ya es más que patente que el sexo beneficia nuestra salud y, por lo tanto, nos ayuda a alargar nuestra longevidad. No obstante, se han hecho también muchos estudios concretos sobre sexo y envejecimiento que nos muestran las bondades específicas de la actividad sexual en relación con la longevidad.

Por ejemplo, una investigación realizada durante 9 años en unas 10.000 personas comprobó que las personas que tuvieron relaciones sexuales hasta 51 veces durante un año (un poco menos de 1 a la semana) tenían un 30% menos de probabilidades de morir que las que no habían tenido relaciones sexuales y las que mantenían más de 1 relación sexual a la semana reducían su riesgo en un 50%. Las muertes por cáncer y enfermedades cardiovasculares fueron menores entre las personas con mayor frecuencia sexual.

Según los investigadores, esto se debe por una parte a que durante el sexo liberamos endorfinas, que aumentan la actividad de las células asesinas naturales del sistema inmunológico que nos protegen contra las infecciones e incluso el cáncer. Pero también puede haber otra posibilidad: la alta frecuencia sexual se debe en parta a las relaciones comprometidas, por lo que la calidad de la relación y el amor es lo que reduce el riesgo de muerte más que el sexo en sí. Es decir, estar involucrados en una relación amorosa y sexual satisfactoria nos ayuda a vivir más.

Otra investigación, realizada con roedores, determinó que la actividad sexual y/o la reproducción se asocian con una duplicación de la esperanza de vida. El análisis de los tejidos de estos roedores permitió descubrir que los cambios en la regulación del eje de estrés hipotalámico-pituitario-suprarrenal juegan un papel clave con respecto a la esperanza de vida extendida de ratas topo reproductoras versus no reproductivas.

De acuerdo con estudios previos, la regulación positiva del proteasoma y las llamadas 'moléculas anti-envejecimiento', por ejemplo, la dehidroepiandrosterona (DHEA), está relacionada con una mayor esperanza de vida.

Además, los niveles de cortisol en el cabello de los no reproductores son en promedio aproximadamente dos veces más altos que los de los reproductores. Y ya sabemos que el cortisol, la hormona del estrés, puede ser perjudicial para la salud en niveles altos prolongados. En conjunto, toda la evidencia sugiere que la presencia de reproductores causa angustia en los no reproductores, lo que resulta en la activación constante del eje HPA y contribuye a reducir la esperanza de vida.

En el sistema circulatorio, representado por la sangre y el bazo, se observó en los reproductores una regulación a la baja de los factores de coagulación. Debido a que se sabe que los factores de coagulación se regulan positivamente durante el envejecimiento en humanos, ratones, ratas e incluso peces, esto puede interpretarse como un signo de un transcriptoma de criadores más juveniles. Además, la actividad de los factores de coagulación se asocia con un mayor riesgo de enfermedad coronaria.

También se encontró que dos mecanismos de defensa están regulados positivamente en los reproductores: el metabolismo xenobiótico y la señalización del TNF-α. El aumento de la señalización de TNF-α a menudo conduce a la inducción de apoptosis. De acuerdo con esto, la apoptosis y la señalización de P53 también estaban reguladas al alza en los criadores. La apoptosis se considera un mecanismo anticáncer importante.

Muchas vías anabólicas están reguladas positivamente en los reproductores a través de los tejidos: biosíntesis de proteínas, miogénesis y el eje GH/IGF1.

En resumen, se encontraron muchas diferencias en los tejidos en las ratas que habían tenido sexo reproductor y las que no, lo que podría aplicarse a los humanos, a pesar de las diferencias entre ambos organismos. Más allá de estudios en condiciones de laboratorio o encuestas epidemiológicas, lo que es indudable es que la práctica de sexo es un mecanismo evolutivo que regula de forma indirecta el funcionamiento de casi todos los órganos y sistemas del cuerpo humano: mantener una salud hormonalmente activa, es decir, extender las condiciones hormonales que se asemejan a la edad reproductiva, es una de las técnicas antienvejecimiento mejor consideradas. Es por ello que optimizar la salud hormonal, ya sea mediante estilo de vida, suplementación y/o farmacología, en casos específicos, protege contra muchas enfermedades de la vejez.

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Ideas clave

  • El sexo es muy beneficioso: mejora el sistema inmunológico, nos da alegría, protege contra el resfriado, mejora el estado físico, evita enfermedades cardiovasculares, reduce el dolor y el estrés, favorece el sueño, etc.
  • Tener relaciones sexuales regulares reduce el riesgo de muerte, lo que implica vivir más.
  • La regulación positiva del proteasoma y las llamadas 'moléculas anti-envejecimiento', por ejemplo, la dehidroepiandrosterona (DHEA), está relacionada con una mayor esperanza de vida.

Enfermedades relacionadas

Fuente:

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     https://doi.org/10.1111/jsr.13814

Redacción: Irene García

Supervisión editorial: Tomás Duraj

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