¿Por qué el tiempo pasa más deprisa conforme nos hacemos mayores?
¿Ya va a terminar el verano? ¿Pero si ya estamos casi en Navidades?... Cuántas veces nos sorprendemos a nosotros mismos realizando este tipo de afirmaciones. Porque lo cierto es que según vamos sumando años, el tiempo nos parece que pasa más deprisa. A algunos más deprisa que a otros, pero sí parece que hay momentos que no duran un suspiro. ¿Quieres saber por qué sucede este fenómeno? ¿Y cómo conseguir que no nos suceda?
Índice
La percepción subjetiva del tiempo
La percepción de que el tiempo pasa más rápido a medida que envejecemos es un fenómeno comúnmente experimentado por muchas personas.
Aunque no existe una respuesta definitiva a este fenómeno, se han propuesto varias teorías para explicar esta circunstancia:
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Rutina y familiaridad: A medida que envejecemos, tendemos a establecer rutinas y hábitos más sólidos en nuestras vidas. Cuando nuestras experiencias son más familiares y predecibles, percibimos que el tiempo pasa más rápido porque no estamos experimentando nuevas cosas que puedan "ralentizar" nuestra percepción del tiempo.
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Proporción del tiempo vivido: A medida que envejecemos, cada año representa una porción más pequeña de nuestro tiempo vivido. Por ejemplo, un año para un niño de cinco años es el 20% de su vida, mientras que un año para una persona de cincuenta años es solo el 2% de su vida. Cuanto más tiempo hemos vivido, menos significativo parece un período específico.
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Menos eventos memorables: Cuando somos jóvenes, tendemos a experimentar muchos eventos nuevos e impactantes (empezar la universidad, la primera pareja, el primer viaje al extranjero, etc.), lo que crea más recuerdos distintos en nuestra mente. A medida que envejecemos, la cantidad de eventos memorables puede disminuir, lo que hace que percibamos que el tiempo pasa más rápido porque hay menos acontecimientos distintos para recordar.
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Nuestras expectativas cambian: Cuando somos jóvenes, tenemos muchas expectativas sobre el futuro. Estas expectativas nos hacen sentir que el tiempo se mueve lentamente, porque estamos esperando con impaciencia que sucedan cosas. A medida que envejecemos, nuestras expectativas se reducen, lo que hace que el tiempo parezca pasar más rápido.
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Procesamiento mental: Al enfrentar una mayor cantidad de responsabilidades y tareas a medida que envejecemos, nuestra mente puede estar más ocupada y centrada en diversas actividades. Como resultado, puede sentirse que el tiempo pasa más rápido porque estamos más absortos en nuestras actividades diarias.
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Cognición y atención: Al envejecer, la velocidad de procesamiento cognitivo puede disminuir ligeramente, lo que puede influir en cómo percibimos el tiempo. Además, a medida que acumulamos más conocimientos y experiencias, nuestra mente puede dedicar menos tiempo a procesar y registrar nuevos acontecimientos, lo que contribuiría a esa sensación de que el tiempo pasa más rápido.
En resumen, la percepción de que el tiempo pasa más rápido a medida que envejecemos es un fenómeno complejo influenciado por factores psicológicos, sociales y fisiológicos. Si bien estas teorías pueden ayudar a entender esta experiencia común, es esencial recordar que la percepción del tiempo es subjetiva y puede variar entre las personas.
¿Y si no queremos que pase tan deprisa?
Dado que esta percepción es subjetiva, también su valoración lo es. Seguro que hay personas a las que no les importa que el tiempo pase volando. Sin embargo, también existe un buen número de personas a las que les gustaría que el tiempo pase al mismo ritmo que pasaba como cuando eran jóvenes.
Conseguirlo es sencillo… sólo se trata de… vivir la vida… aprovechándola al máximo.
Se resume en no caer en la rutina y buscar nuevas experiencias y actividades que nos sorprendan o mantengan expectantes. Puede ser la planificación de un viaje, empezar con una nueva afición, comenzar a colaborar con alguna ONG, hacer planes nuevos con familia o amigos, apuntarse a algún estudio o enamorarse otra vez. La gama de opciones es infinita.
La única limitación, y no es menor, es que tenemos que tener la energía y salud necesarias para hacerlo. Y sobre este tema…, ya hemos escrito mucho y es la razón de ser de Actiage!
Ideas clave
- La percepción de que el tiempo pasa más rápido a medida que envejecemos es un fenómeno comúnmente experimentado por muchas personas.
- Aunque no existe una respuesta definitiva a este fenómeno, se han propuesto varias teorías para explicar esta circunstancia: las rutinas y hábitos que establecemos hacen que el tiempo pase más rápido; la proporción del tiempo vivido; vivir menos eventos memorables que en la juventud; las expectativas cambian; nuestra mente está más ocupada; la velocidad de procesamiento cognitivo puede disminuir ligeramente al envejecer.
- En resumen, la percepción de que el tiempo pasa más rápido a medida que envejecemos es un fenómeno complejo influenciado por factores psicológicos, sociales y fisiológicos. Si bien estas teorías pueden ayudar a entender esta experiencia común, es esencial recordar que la percepción del tiempo es subjetiva y puede variar entre las personas.
- Dado que esta percepción es subjetiva, también su valoración lo es. Seguro que hay personas a las que no les importa que el tiempo pase volando. Sin embargo, también existe un buen número de personas a las que les gustaría que el tiempo pase al mismo ritmo que pasaba como cuando eran jóvenes.
- Conseguirlo es sencillo… sólo se trata de… vivir la vida… aprovechándola al máximo.
- Se trata de no caer en la rutina y buscar experiencias nuevas.
- La única limitación, y no es menor, es que tenemos que tener la energía y salud necesarias para hacerlo. Y sobre este tema…, ya hemos escrito mucho y es la razón de ser de Actiage!
Fuente:
- Baldo MVC, Cravo AM, Haddad H. The Time of Perception and the Other Way Around. The Spanish Journal of Psychology. 2007;10(2):258-265. doi:10.1017/S1138741600006521
- Wearden, John. (2016). The Psychology of Time Perception. 10.1057/978-1-137-40883-9.